Un ensayo realizado en el Reino Unido que evaluó los beneficios de combinar vacunas COVID-19 encontró que los voluntarios que recibieron dosis alternas tenían más probabilidades de desarrollar síntomas leves a moderados.
El estudio, difundido este jueves en la revista The Lancet, y liderado por expertos de la universidad británica de Oxford, se puso en marcha a comienzos de este año una investigación a fin de indagar sobre los efectos de la combinación de dos dosis de preparados fabricados por distintas farmacéuticas.
La búsqueda de los investigadores estaba centrada en ver el posible incremento de las llamadas reactogenicidad, es decir reacciones adversas comunes esperables de una vacuna, como una respuesta inmunológica excesiva, fiebre, dolor en el brazo en el lugar de la inyección.
El llamado estudio Com-COV, presentado como una primicia mundial por el gobierno del Reino Unido y dirigido por la Universidad de Oxford, examina las respuestas inmunitarias de los participantes del ensayo que recibieron una dosis de la vacuna Oxford-AstraZeneca seguida de la Vacuna Pfizer-BioNTech, y viceversa.
Los expertos encontraron que cuando se dejaba entre las dosis un intervalo de 4 semanas, aplicar los calendarios de “mezclas” (Pfizer-BionTech, seguido de Oxford-AstraZeneca y Oxford-AstraZeneca, seguido de Pfizer-BioNTech) generaba más reacciones leves o moderadas tras la segunda dosis que si se llevaba adelante al procedimiento estándar de no combinar vacunas de diferentes desarrolladores.
Efectos recurrentes
Los datos preliminares reflejan que los participantes que recibieron un programa “combinado” de vacunas anti-COVID tuvieron reacciones más frecuentes que aquellos en los programas sin mezcla.
De todos los efectos observados, el mas repetido es la aparición de fiebre. De los 110 participantes que fueron inyectados primero con la vacuna de AstraZeneca y después el de Pfizer, el 34% tuvieron episodios de fiebre, en todo los casos leves, es decir que no superaron los 39 grados. En tanto, que aquellos que primero fueron inoculados con el desarrollo de Pfizer, y una segunda de AstraZeneca, los voluntarios con temperatura fueron el 41% del total, frente al 21% de los que recibieron Pfizer las dos veces.
Algunos otros de los síntomas leves a moderados informados en los participantes que recibieron un programa de vacunación mixto incluyen escalofríos, fatiga, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, malestar general, dolores musculares y dolor en el lugar de la inyección.
Además los expertos informaron que cualquier efecto adverso derivado de esta aplicación “no convencional” duró poco tiempo y aclararon que no se detectaron otras preocupaciones relacionadas con la seguridad.
Matthew Snape, profesor asociado de pediatría y vacunas en la Universidad de Oxford, e investigador jefe del citado ensayo dijo que “aunque se trata de una parte secundaria de lo que estamos intentado explorar mediante estos estudios, es importante que informemos a la gente acerca de estos datos, especialmente porque varios países están planteándose emplear estos calendarios de dosis mixtas”
El ensayo inicialmente convocó a 830 voluntarios de 50 años y más. En abril, los investigadores ampliaron el programa para incluir las vacunas Moderna y Novavax para el Sars-COV-2 en un nuevo estudio, conocido como ‘Com-COV2’, el cual sumó 1.050 voluntarios adicionales al programa.
Entre los detalles de la publicación, los investigadores dijeron que estas primeras conclusiones pueden adelantar posibles que reacciones adversas a un esquema mixto de vacunas sean más comunes en los grupos de edad más jóvenes.
Incluso, frente a estos “efectos adversos o secundarios” el trabajo sugiere que “los calendarios de dosis mixtas podrían resultar en un incremento en las ausencias laborales el día después de la inmunización, y es importante considerarlo a la hora de planear la inmunización de los empleados del cuidado sanitario”
El equipo de expertos también se encargó de señalar que la inmensa mayoría de estos efectos fue de corta duración, en lapsos de dos o tres días, al tiempo que ninguno requirió hospitalización. Por otra parte, y aunque la administración del paracetamol no estaba incluida en el estudio, los investigadores sugirieron que los pacientes mostraron buena tolerancia y respuesta a su utilización.
Snape, quien también es el investigador principal del ensayo, sostuvo que era importante resaltar que no había preocupaciones de seguridad, y agregó que no se sabe si la respuesta inmune se verá afectada.
“Esperamos reportar estos datos en los próximos meses. Mientras tanto, hemos adaptado el estudio en curso para evaluar si el uso temprano y regular de paracetamol reduce la frecuencia de estas reacciones “, dijo Snape.
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