Desde el punk estilizado, minado de corsets y referencias religiosas de Madonna, a la androginia glam metamórfica de David Bowie, el fluir de la música y de la moda transcurre a través de un único sendero que se bifurca. A modo de herramientas identitarias, reflejos de su época, ambos lineamientos han desarrollado una relación simbiótica que logra establecer, por lo menos parcialmente, la estética y el espíritu de un período, construir personajes y fantasías posibles y marcar un quiebre con el pasado. En términos modernos, los músicos, desde Duke Ellington a Kanye West, han sido los primeros influencers.
Con la llegada de internet, la democratización de las voces y una nueva profesión basada en curar la imagen personal, los orígenes de las modas son cada vez más difusos y menos jerárquicos. Los artistas, en lugar de únicamente marcar tendencias, deben ser los primeros en encontrarlas. El exceso de exposición y la necesidad de renovación inherentes a la música pop, comercial y masiva hacen que el estilismo de los músicos sea cada vez más relevante y, a la vez, su influencia más volátil. Sin embargo, con una identidad clara y un personaje formado, los cantantes aún mantienen esa capacidad de dar forma a un sueño a través de su estética.
Criada en Reino Unido y de orígenes albaneses, Dua Lipa saltó a la fama internacional con su single “New Rules”, tras ser descubierta a través de YouTube luego de una breve incursión en el modelaje. Su estilo, a grandes rasgos, puede ser definido como algo heredado de las artistas pop que la antecedieron, por ejemplo, en sus referencias a la moda Y2K y al pop-punk propio de Madonna, creando una imagen de una mujer fuerte, independiente e irreverente que juega con el conflicto entre lo aniñado y el erotismo, lo desestructurado y lo extremadamente pulido. Con más de 65 millones de seguidores en Instagram y una carrera musical en alza, Lipa es una de las personas más influyentes en el mundo de la moda y estas son las claves de su estilo.
Estilo Y2K
La forma de vestir de Lipa es el resultado de la mezcla de influencias propia del estilo Y2K, nacido a finales de los ‘90 y que definió la moda de la primera década del milenio. Producto de la globalización, la tecnología, una nueva estructura social y un crecimiento irrestricto de la influencia de la cultura pop, los primeros años de los 2000 encontraron en Britney Spears y Paris Hilton sus íconos de estilo. Baby tees (un término que se emplea para describir camisetas de minúsculas proporciones), minifaldas, anteojos de sol con lentes tintados y marcos metálicos, carteras baguette, pantalones tiro bajo, bucket hats, brillos, remeras estampadas y la logomanía son elementos de la época.
Ver y ser visto era la lógica del momento, natural en una era dominada por las noticias sobre la farándula estadounidense. El imperio de la Saddle Bag de Dior y los conjuntos de Juicy Couture, dinámica opuesta al minimalismo de los ‘90. Tal vez por un mundo digital que crece exponencialmente o por la cualidad cíclica de la moda, el estilo Y2K tuvo un renacimiento estos últimos años y Lipa, estrella pop e influencer de primera línea, no tardó en adoptarlo para su marca personal.
Maximalismo, exceso y diversión
En esta década, la supremacía del minimalismo llegó a su fin y la diversión marca la pauta. La variedad de estilos es cada vez mayor y, a través de pequeñas modificaciones, la moda se vuelve cada vez más individual. Una estética menos pulida, de una sencillez cargada de color y desencuentros estéticos es parte de la época. La combinación de collares y anillos vibrantes y voluminosos que remiten a la joyería de la infancia, el choque de estampas y un maquillaje cargado de brillo y pigmento le confieren al estilo de Lipa un carácter alcanzable en su individualidad y brindan una posibilidad de reinterpretarlo. La clave está en no escatimar en nada: es a través del exceso que el todo cobra sentido.
Factor sorpresa y piezas únicas
La clave del estilo de Lipa se encuentra en la controversia. El encuentro de estampas y colores se equilibra por el poder de las piezas. No se trata de combinar a partir del parecido, sino desde lo distinto, el peso de cada prenda y la sorpresa que genera el conjunto. A diferencia de la forma tradicional de armar un conjunto, el estilista de Lipa, Lorenzo Posocco, no busca tener un único foco de atención, ya que cada una de las piezas es digna de atención por su cuenta. A través de la búsqueda de diseñadores emergentes, la personalidad de la artista sale a la luz con toda su fuerza. El objetivo es sorprender e impactar con looks difíciles de pasar por alto.
Humor e ironía
Las combinaciones inesperadas que bordean el absurdo, la mezcla de influencias, referencias y tendencias en un único conjunto y la búsqueda del exceso y el color hacen de su forma de vestir algo en ocasiones humorístico, irónico y humano. Prendas de pijama con pañuelos de seda, collares de piedras y tintura fantasía, no existen reglas para las combinaciones posibles. La influencia máxima de Lipa pareciera ser el caos del mundo digital que, víctima de un relativismo absoluto, no jerarquiza ni juzga estética alguna.
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