En medio de la pandemia por COVID-19 infinitos son los ensayos que alrededor del mundo se iniciaron en busca de tratamientos efectivos para hacer frente a la enfermedad.
La abrupta e inesperada irrupción del SARS-CoV-2 en el mundo hizo que muchas de las terapéuticas investigadas sean medicamentos aprobados para tratar otras enfermedades, cuya utilidad contra el nuevo virus se puso en estudio.
En este contexto, se están realizando grandes esfuerzos para desarrollar fármacos seguros y eficaces para tratar el COVID-19: las estrategias preventivas y terapéuticas que se están explorando actualmente incluyen la vacunación, anticuerpos específicos del SARS-CoV-2, nuevos análogos de nucleósidos y fármacos reutilizados.
Es el caso de la melatonina, la hormona encargada entre otras funciones de la regulación del sueño y que si bien es producida por el propio cuerpo también puede suplementarse de manera artificial.
Ahora, un estudio publicado en PLOS Biology da cuenta de que los pacientes que habían usado previamente melatonina tenían casi un 30% menos de probabilidades de dar positivo en la prueba del SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19. Esto fue después de tener en cuenta variables como la edad, la raza, el historial de tabaquismo y diversas enfermedades.
“Identificamos que el uso de melatonina se asocia significativamente con una probabilidad reducida del 28% de un resultado positivo en una prueba de laboratorio para el SARS-CoV-2 confirmado por la reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa ensayo”, concluyeron los investigadores, quienes determinaron que el uso de melatonina se asoció con una probabilidad reducida de resultado positivo en la prueba de SARS-CoV-2 en comparación con el uso de bloqueadores del receptor de angiotensina II o inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina.
El equipo descubrió, por ejemplo, que las proteínas asociadas con el síndrome de dificultad respiratoria y la sepsis, que son dos de las principales causas de muerte en pacientes con COVID-19 grave, también se asociaron con las proteínas que componen el SARS-CoV-2. Al establecer tales asociaciones, los investigadores identificaron 34 medicamentos que ya se utilizan para tratar otras afecciones que también podrían tratar el COVID-19. La melatonina fue la más prometedora.
Otro estudio, llamado “Eficacia de la melatonina en pacientes de unidades de cuidados no intensivos con COVID-19 neumonía y desregulación del sueño” evaluó que “la asociación de la interrupción del sueño con una mayor vulnerabilidad a la infección por COVID-19 es una tema de gran importancia clínica”. “En pacientes con neumonía asociada a COVID-19 admitidos en la unidad de cuidados no intensivos (UCIN) varios factores, como la influencia perturbadora de dificultad respiratoria, medicación, mayor estrés debido al aislamiento social y falta de la exposición a la luz ambiental puede ser fundamental para interrumpir el ciclo de sueño / vigilia -analizaron los investigadores-. El potencial de la melatonina para contrarrestar las consecuencias de la infección por COVID-19 ha sido abogado por sus amplios efectos como antioxidante, antiinflamatorio y compuesto inmunomodulador”.
“La melatonina podría ser única en la reducción de las consecuencias de la infección por SARS-CoV-2 -apuntaron-. También es un agente cronobiótico eficaz para revertir el ritmo circadiano, alteración del aislamiento social y control del delirio en pacientes gravemente afectados. Adecuadamente administrada, la melatonina puede restaurar el patrón circadiano óptimo del ciclo sueño-vigilia y mejorar la condición clínica en la neumonía asociada con pacientes con COVID-19”.
Consultado por Infobae, el médico y doctor en Ciencias Biológicas Daniel Cardinali, quien es investigador superior emérito del Conicet y profesor emérito de la UBA y asesor del Vicerrectorado de Investigación UCA, quien participó del estudio sintetizó que desde su punto de vista, “la melatonina es única en prevenir la entrada del virus SARS-CoV-2, ser un poderoso agente antiinflamatorio e inmunorregulador en la fase aguda de la enfermedad ayudando a contrarrestar la tormenta de citoquinas, prevenir la potenciación por comorbilidades como obesidad o enfermedad cardiovascular, de utilidad reconocida en el delirio en UTI, prevención de secuelas neurológicas y potenciación de la vacunación”.
“Según los informes clínicos de COVID-19, los pacientes con infección grave tienen un aumentado riesgo de sepsis y paro cardíaco. La información disponible indica que la aplicación de melatonina puede mejorar el choque séptico mediante la inhibición de la vía del inflamasoma NLRP3. Curiosamente, la regulación positiva de la metaloproteasa de matriz 9 MMP9 (activada durante NLRP3 inflamasoma) se correlacionó con la tormenta de citoquinas relacionada con COVID-19, y un metaanálisis reciente indica que la melatonina puede interactuar con MMP9 en la matriz extracelular del tracto respiratorio de los pacientes con SARS-CoV-2 para reducir la inflamación durante COVID-19 infección”, concluyeron.
Asimismo, hallaron que “la melatonina tiene un efecto preventivo contra el daño renal inducido por sepsis, séptico miocardiopatía y daño hepático. También se ha informado que la melatonina es beneficiosa en pacientes con infarto de miocardio, miocardiopatía, enfermedad cardíaca hipertensiva y enfermedad pulmonar hipertensión”.
La aplicación de melatonina, según los investigadores, “reduce el uso de sedantes y la frecuencia de dolor, agitación y ansiedad y mejora la calidad del sueño. Por lo tanto, la justificación para el uso de dosis de melatonina en COVID-19 se centra no sólo en la atenuación de la infección inducida trastornos respiratorios, sino también en la mejora general y la prevención de posibles complicaciones, como los cardíacos y neurológicos”.
SEGUIR LEYENDO