El origen de esta fecha se remonta a finales de la década de los 60. Todo comenzó en 1968 cuando el profesor Morton Hilbert y el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos organizaron una conferencia sobre los efectos del deterioro del medio ambiente en la salud.
Aunque ahora estamos enfrentando la pandemia del COVID-19, ésta tiene una fuerte relación con la salud de nuestro ecosistema. El calor extremo, los incendios forestales y las inundaciones, así como una temporada de huracanes en el Atlántico que ha batido récords, han afectado a millones de personas.
De acuerdo con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), una nueva enfermedad infecciosa emerge en los humanos cada 4 meses. De estas enfermedades, el 75% provienen de animales. Esto muestra las estrechas relaciones entre la salud humana, animal y ambiental.
Restaurar nuestros ecosistemas dañados ayudará a acabar con la pobreza, a combatir el cambio climático y prevenir una extinción masiva. Es por eso que en Día Internacional de la Madre Tierra necesitamos un cambio hacia una economía más sostenible que funcione tanto para las personas como para el planeta. Un ejemplo es hacer compost.
El compost es un abono natural que se logra separando los residuos orgánicos del resto de los residuos. Se produce de manera natural por la descomposición de los residuos orgánicos, por medio de la reproducción de bacterias que están presentes en cualquier lugar.
A partir de los residuos orgánicos que generamos en nuestra casa, podemos hacer nuestro propio compost como abono natural para las plantas y colaborar con el medio ambiente, reduciendo la cantidad de basura que va a entierro.
“Estamos hablando de una práctica que contribuye a solucionar el problema de la basura, convirtiéndola en un fertilizante natural para nuestros suelos, y al mismo tiempo, nos pone en contacto directo con los ciclos de la naturaleza”, explicó a Infobae Clara Muzzio, ministra de Espacio Público e Higiene Urbana de la Ciudad.
Y agregó: “La mitad de los residuos que se generan en los hogares, son residuos orgánicos. Pero si se recuperan en las casas pueden convertirse en ‘compost’, un abono para la tierra que se obtiene de manera sencilla y no genera contaminación”.
Para hacer compost hay que separar los restos vegetales, restos del jardín, restos de café, cáscaras de huevo, frutas y yerba a medida que los generamos, y colocarlos en una compostera, que se puede tener en el patio, terraza o balcón. No se deben agregar restos animales como carne o huesos, líquidos ni aceites.
Para compensar la humedad, se deben agregar hojas secas, cartón, hojas blancas y/o tierra. Es importante hacer capas intercaladas entre lo húmedo y lo seco, siendo esta última la que cubra los residuos, para evitar los insectos.
Por lo general las composteras vienen con tres recipientes, que se van llenando uno por vez. No ocupan mucho espacio y no suelen generan mucho olor. También podés hacer tu propia compostera con recipientes de plásticos apilados.
El abono estará listo en un período de 3 a 5 meses, en el primer recipiente, y una vez listo se vacía para seguir teniendo espacio en la compostera.
El resultado es una tierra negra, sin olor, que puede ser utilizada para plantas, en macetas, canteros y jardines. Entre muchos beneficios, aporta nutrientes y mejora el crecimiento vegetal y la absorción del agua y de los rayos solares.
Mes del compostaje y puntos verdes para el reciclado
“Continuamos ampliando la recepción de residuos orgánicos en los Puntos Verdes de la Ciudad. Apuntamos a seguir reduciendo la cantidad de orgánicos que terminan en relleno sanitario, y también promover la economía circular. Ya llevamos recolectados aproximadamente 815 kilos desde que comenzamos a juntar este material, en febrero de 2021”, expresó Muzzio.
El material se recibe todos los jueves de 11 a 15 horas, en 17 Puntos Verdes que fueron seleccionados de acuerdo a la capacidad de generación y recolección de orgánico de la zona. Los vecinos que acerquen material orgánico recibirán a cambio una bolsa de compost.
¿Qué tipo de material se puede llevar a los Puntos Verdes?
Que sí: frutas, hortalizas y tubérculos, legumbres, verduras y cereales, pasto recién cortado, flores, cáscara de huevos, cáscaras y carozos de frutas y verduras, yerba, café, saquito de té e infusiones, cáscaras de cítricos, hojas secas y restos de ramas. No hace falta que el material se entregue triturado o cortado previamente.
Que no: ningún tipo de carnes (ni rojas, ni blancas) ni otros tipos de restos animales, lácteos, restos con grasas o aceite, apósitos o pañales, heces de perros y gatos. Materiales no degradables (como vidrio, metales o plásticos). Residuos químicos-sintéticos, pegamentos, solventes, gasolina, petróleo, aceite de vehículos o pinturas. Tabaco (ya que contiene un biocida potente como la nicotina y diversos tóxicos). Detergentes, productos clorados, antibióticos o residuos de medicamentos.
Los residuos orgánicos que se recolectan de manera diferenciada en los Puntos Verdes serán trasladados al Centro de Reciclaje de la Ciudad para procesarlos a través de la técnica de compostaje. Una vez finalizado el tratamiento, ese material será reutilizado para el relleno del suelo en parques y plazas de la Ciudad.
Con información del Ministerio de Espacio Público Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires
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