Es necesario tener presente que la voz no solo es una herramienta con la podemos comunicarnos, sino que es un elemento constitutivo de nuestra identidad: cada uno de nosotros tiene una voz diferente y personal, que nos distingue de las demás personas. Para muchos, además, es su instrumento de trabajo. Cada 16 de abril se celebra el Día Mundial de la Voz, por una iniciativa de la Federación de Sociedades de Otorrinolaringología.
Aproximadamente un 5% de la población tiene trastornos de la voz y requiere de atención médica especializada. Estas alteraciones suelen aparecer entre los 25 y los 45 años, sobre todo en quienes tienen profesiones como la locución, la docencia y la actuación. Está demostrado que la mayoría de las veces se deben al mal uso y abuso de la voz y al sobreesfuerzo. Por todo esto, en estas personas es muy importante realizar un control anual.
También es muy frecuente la consulta de los adultos mayores por pérdida de la sonoridad. Esto se produce por disminución del tono muscular en todo el cuerpo, incluidas las cuerdas vocales. Esto repercute en la riqueza sonora y se trata de un deterioro natural causado por los años. En este grupo etario ocurre una disminución en la falta de comunicación debido a que, en ocasiones, viven solos. Además, contribuye la presencia de reflujo gastroesofágico o de moco retronasal, muy común en las personas mayores, que hacen que la voz pierda fuerza.
Es importante tener en cuenta que tampoco es normal la ronquera o sentir cansancio al hablar: estos son dos motivos de consulta al especialista.
La voz puede afectarse de manera transitoria por cuadros de resfrío, gripe o laringitis. En estos casos, la recuperación debería ocurrir en aproximadamente dos semanas. Caso contrario, es importante la consulta con el otorrinolaringólogo, quien determinará la necesidad de conformar un equipo multidisciplinario con especialistas en fonoaudiología. También hay profesionales dedicados exclusivamente al estudio y tratamiento de las afecciones de la voz. Como ocurre con la mayoría de las enfermedades, la consulta debe ser temprana para detectar el problema e implementar el tratamiento adecuado.
El cuidado de la voz en tiempos de pandemia
En estos días, el uso obligatorio de tapaboca y tapanariz (barbijos o mascarillas), nos obliga a forzar la voz: este esfuerzo o mal uso de la voz nos puede perjudicar.
Un estudio reciente, publicado en el Journal of Voice, concluyó que el uso del barbijo hace que, de manera inconsciente, aumentemos el esfuerzo vocal, lo que a lo largo del tiempo puede llevar a una disfunción e incrementar el riesgo de desarrollar alguna disfonía funcional.
Al usar el barbijo se debe controlar el volumen y evitar forzar la voz para ser escuchado, para que las cuerdas vocales no sufran consecuencias. Para evitar esto, se recomienda:
-Respirar de manera cómoda.
-Tratar de hablar con calma.
-No usar el aire residual.
-Evitar el ahogo.
-Tratar, en lo posible, de vocalizar bien.
-Hablar claro y lento para no cansarnos y no tener que repetir.
-Hidratarnos para evitar la garganta seca.
-Descansar entre oraciones.
-Hacer períodos de silencio.
La recomendación es para la población en general, pero dentro del ámbito profesional, la consulta se hace algo dificultosa. Por ejemplo, los otorrinolaringólogos también tratamos a pacientes hipoacúsicos que nos leen los labios: para ellos debemos usar barbijos transparentes. En algunos casos, dada la cercanía física con el paciente a la hora de revisarlo, se recomienda el uso de dos barbijos superpuestos.
En el estudio mencionado, se aclara que los barbijos quirúrgicos descartables influyen menos en las propiedades acústicas del habla que en otro tipo de mascarillas.
Este año, el lema del Día Mundial de la Voz es “Un mundo, muchas voces”. A los cuidados habituales por la pandemia de COVID-19, sumemos el de nuestra voz y las de nuestros seres queridos.
*Stella Maris Cuevas (MN: 81701) es Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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