A medida que los casos de coronavirus llegaron a niveles devastadores, a fines del año pasado, un país logró controlar su brote con la ayuda de pruebas generalizadas. En octubre y noviembre, después de un breve bloqueo, Eslovaquia testeó a gran parte de su población en varias rondas de pruebas masivas de antígenos rápidos. A diferencia de las pruebas estándar de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), este enfoque no requiere un análisis de laboratorio especializado y, a menudo, puede devolver resultados en aproximadamente un lapso de entre 15 y 30 minutos, a diferencia de días. Sin ir más lejos, la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU autorizó recientemente varias pruebas rápidas de COVID para uso sin receta.
En una semana, los distritos de Eslovaquia que se habían sometido a dos rondas de pruebas masivas vieron cómo la prevalencia de COVID-19 se desplomó un 58%, informaron los investigadores a fin de marzo en la publicación especializada Science. Y modelos adicionales sugirieron que los niveles de casos se redujeron un 70% estimado, en comparación con un escenario de crecimiento descontrolado al ritmo visto antes de que comenzaran las pruebas masivas.
Los efectos de las medidas de salud pública, como los bloqueos y el distanciamiento social, no fueron suficientes para explicar la disminución de los casos y se cree que las pruebas masivas deben haber tenido un impacto significativo. Si bien el enfoque puede no funcionar en todas partes, los hallazgos respaldan las pruebas rápidas en toda la población, cuando se combinan con otras medidas, como una herramienta importante para combatir la pandemia.
Martin Pavelka, epidemiólogo del Ministerio de Salud de Eslovaquia, atribuyó el éxito a la condición de país pequeño. No solo por su tamaño, sino por los epidemiólogos opinantes. Apenas cinco especialistas de diferentes tendencias políticas depusieron sus intereses personales para sentarse en una mesa y definir, en un único día, las decisiones de testeo que se realizaron en apenas dos semanas. La campaña, que estuvo a cargo del ejército, fue masiva. Para el especialista, una campaña así es dificultosa de encarar en países de mayor tamaño. Austria lo intentó y no pudo lograrlo. En Eslovaquia, 40.000 efectivos del ejército apoyaron toda la intervención. Contaron con 20.000 médicos porque se trataba de un hisopo nasofaríngeo (nasal profundo), por lo que se debía estar capacitado para ejecutarlo.
Dos o tres semanas después volvieron a tener un aumento de casos, “lo cual se espera porque la intervención no puede durar para siempre”, explicó el especialista. El repunte masivo fue justo antes de Navidad. En enero repitieron el ejercicio y tuvieron otra ronda de pruebas masivas.
Función en continuado
En este momento, en Eslovaquia, se realizan pruebas semanales continuas. Se solicita a todos los residentes que no estén aislados y que no trabajen desde casa que se hagan una prueba al menos una vez a la semana. Cada uno obtiene un comprobante y se requiere un certificado negativo para ingresar a los lugares de trabajo. Para ir al banco, a la oficina de impuestos o al correo, por caso, se debe mostrar y no debe tener más de siete días.
“Nuestro número de reproducción (el número medio de casos que produce una persona infectada en una población) en este momento es de aproximadamente 0,8, por lo que nuestros casos están disminuyendo. Y esto es en una situación en la que casi el 100% de todas las muestras analizadas son la mutación B.1.1.7 (la variante del coronavirus que se identificó por primera vez en el Reino Unido), que tiene un número de reproducción mucho más alto”, indicó en rueda de prensa el infectólogo.
La decisión política ha sido que todo sea voluntario, porque consideran que la cantidad de vigilancia que se necesita para chequear que los cierres o aislamientos se cumplan es imposible.
“Las vacunas son la solución definitiva -concluye en su conferencia de prensa-. Las pruebas masivas de antígenos en Eslovaquia eventualmente desaparecerán. Será muy difícil mantener las restricciones o incluso pedirle a la gente que se haga la prueba cuando no hay transmisión porque las personas están vacunadas. Pero, incluso, después de eso, se podrían aplicar las pruebas de antígenos en los grupos de personas no vacunadas”.
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