Los bebés que nacen con anticuerpos contra el coronavirus recibidos por la placenta tras la infección de sus madres los pierden a los pocos meses, generalmente antes de los seis meses, según un estudio presentado en el 2º Congreso Nacional COVID-19 que desde hoy y hasta el 16 de abril analiza los principales conocimientos científicos y médicos sobre esta enfermedad tras más de un año de pandemia.
En este estudio, realizado por los hospitales Gregorio Marañón e Infanta Sofía, de Madrid, y por el Reina Sofía de Tudela, de Navarra, apunta a que el traspaso a través de la placenta de anticuerpos a los recién nacidos “fue muy común entre madres con COVID-19”, mientras que los casos de infección neonatal fueron poco frecuentes y se dio tan sólo en hijos de madres con infección aguda sin anticuerpos en el parto.
Este fue uno de los estudios presentado en el congreso organizado por 80 sociedades científicas para promover un mejor conocimiento común sobre la pandemia, desde un intercambio multidisciplinar de experiencias y conocimiento y con la Sociedad Española de Patología Respiratoria (SEPAR) como promotora de este evento que se celebra siete meses después del primero.
Para la realización del estudio se incluyeron mujeres con infección por SARS-CoV-2 durante el embarazo o el parto (cohorte GESNEO) que dieron a luz entre marzo y noviembre de 2020. Se recogió información epidemiológica, clínica y microbiológica de las madres y sus hijos, determinándose los anticuerpos IgG frente al coronavirus, los que se generan una vez superada la infección activa.
Las gestantes se clasificaron en tres grupos según su situación frente al COVID-19 en el parto: infección aguda (PCR positiva, IgG negativa), reciente (PCR e IgG positivas) y pasada (PCR negativa, con infección documentada durante la gestación).
En total, para la investigación se seleccionó a un grupo de 141 mujeres con infección por SARS-CoV-2 durante el embarazo o el parto determinándose los anticuerpos IgG frente al coronavirus, los que se generan una vez superada la infección activa.
El 34% del total de mujeres tenía infección aguda (PCR positiva e IgG negativa. Es decir, enfermedad activa pero todavía sin haber generado anticuerpos). En este grupo, ningún recién nacido tuvo IgG positiva en sangre de cordón. A los dos meses, tenían IgG positiva el 42,8% de las madres y el 11,5% de los niños, mientras que a los seis meses la tenía el 33,3% madres y ningún niño.
El 30,5% tenía infección reciente (PCR positiva e IgG positiva, es decir enfermedad en curso y ya inicio de la producción de anticuerpos): En este grupo, el 90,9% de los recién nacidos tenían IgG positiva en sangre de cordón. A los dos meses tenían IgG positiva el 95,8% de las madres y el 57,1% de los niños, y a los seis meses, el 83,3% de las madres y ningún niño.
El 35,5% tenía infección pasada (PCR negativa con infección documentada durante la gestación e IgG positiva): El 80% de las madres y el 84,8% de los recién nacidos tenían IgG positiva en el parto. A los dos meses, el 82,3% de las madres y el 64,7% de los niños; y a los seis meses, el 57,1% de las madres y el 14,3% de los niños.
La IgG positiva en sangre de cordón fue más frecuente en recién nacidos cuyas madres fueron sintomáticas (75,8% frente al 51,1%) o ingresaron por COVID-19 (90% frente al 57,6%).
Este encuentro científico online cuenta con 380 ponencias en casi 90 sesiones en las que se abordan asuntos como la puesta al día de los factores pronósticos, la seguridad de las vacunas, la evidencia científica sobre la transmisión o los nuevos modelos asistenciales generados por la pandemia, entre otros.
A mediados de marzo se había reportado en los EEUU el primer caso en el mundo de un bebé nacido con anticuerpos de COVID-19 después de la vacunación de su madre.
Se trataba de una trabajadora de la salud de Florida, que había recibido la primera dosis de la vacuna de Moderna tres semanas antes del nacimiento de su hija. Un análisis realizado al cordón umbilical mostró que la niña había nacido con anticuerpos de COVID-19, según dijeron al canal televisivo WBPF de Palm Beach (sureste de Estados Unidos) los pediatras Paul Gilbert y Chad Rudnick, quienes van a publicar un artículo sobre el caso en la revista médica MedRxiv.
Con información de Efe
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