El 13 de abril de 1937 se creó la primera escuela de kinesiología en la Universidad de Buenos Aires por iniciativa del Dr. Octavio Fernández, y en 1948, por decreto y conmemorando tal acontecimiento, se tomó esta fecha como el “Día del Kinesiólogo”.
Desde aquellos días hasta los actuales esta profesión ha ido creciendo y ganando espacios dentro de las Ciencias de la Salud, aplicando sus saberes en las diversas especialidades como: Kinesiología Pediátrica y Neonatal, Psicomotricidad y Neurodesarrollo, Kinesiología en cuidados críticos, Geriatría, Auditoría Kinésica, Traumatología y Ortopedia, Kinesiología Deportiva, entre otras, de modo que las diversas alteraciones que pueden presentarse en los individuos están ampliamente cubiertas con sólidos conocimientos científicos.
El kinesiólogo es el profesional del área de la salud, que a través de la física, y básicamente del movimiento, se ocupa de mantener la capacidad fisiológica del individuo y la prevención de sus alteraciones. Asimismo interviene en la rehabilitación, la recuperación y/o la reeducación del mismo con el objetivo de explotar al máximo su potencialidad.
La celebración de este día constituye un reconocimiento a la labor de quienes con sus conocimientos, sus habilidades técnicas, y amor al prójimo, contribuyen a que los individuos puedan transcurrir por la vida disfrutando del mayor bienestar posible.
Sin embargo, con la pandemia del COVID-19 esta profesión cumple un rol fundamental en el proceso de recuperación. Gladys Barboza, profesora de la carrera de Kinesiología y Fisiatría de la UCC, jefa de Servicio de Kinesiología del Hospital Municipal de Urgencias de Córdoba, detalló sobre su rol: “El profesional kinesiólogo/a tiene un rol activo en las cuatro fases de esta enfermedad: el aislamiento, la hospitalización (en sala o en terapia intensiva), la recuperación y el alta hospitalaria”.
Algunos de los objetivos generales de la atención kinésica para vencer el reto impuesto por la COVID-19 en cada fase son mejorar la sensación de disnea y fatiga, mantener o aumentar la capacidad pulmonar, disminuir la lesión pulmonar aguda asociada a la ventilación mecánica, fortalecer la masa muscular, reducir las complicaciones, y mejorar la calidad de vida, la ansiedad y la depresión.
- En la fase de aislamiento, los pacientes sintomáticos leves que lo pasan en su residencia presentan síntomas como fatiga generalizada, dolor muscular, tos seca, entre otros. Las técnicas kinésicas respiratorias están enfocadas a mejorar el acondicionamiento físico para evitar complicaciones y para aumentar su capacidad pulmonar.
- En la fase de hospitalización, que comprende los pacientes internados en salas especiales de aislamiento, el kinesiólogo/a valora en forma exhaustiva, individual y consensuada la necesidad de terapia respiratoria. En este contexto asistencial uno de los pilares fundamentales es evitar la disminución de la capacidad pulmonar, el desacondicionamiento físico y la pérdida de masa muscular.
- En la fase de terapia intensiva, los pacientes que cursan con insuficiencia respiratoria requieren de asistencia mecánica ventilatoria. Para ello son sedados, lo cual altera el sistema cardio respiratorio además de disminuir entre un 15 y 30 por ciento su masa muscular en menos de 15 días. Los kinesiólogos tienen un papel clave en la recuperación de la función pulmonar y en la disminución de tiempos de hospitalización. Se enfocan en el manejo y los procedimientos relacionados con la función ventilatoria a través de un seguimiento que indica al equipo médico cómo ir escalando en este soporte.
Según contó a Infobae Ignacio Casimiro, “el manejo del respirador lo hace el kinesiólogo; los médicos establecen los valores pero el control generalmente lo hace el kinesiólogo, que es quien más tiempo está en las terapias intensivas porque se encarga de lo que se conoce como la higiene bronquial”. “Excepto la intubación, el resto generalmente lo maneja el kinesiólogo respiratorio”, destacó el joven profesional, quien coincidió en que “en varios lugares se hicieron capacitaciones a enfermeros y, kinesiólogos para que todos estén entrenados en la atención en terapia intensiva porque se van a necesitar la mayor cantidad de manos posibles”.
Por otro lado, debido a la larga estadía en unidades de terapia intensiva y al uso de sedantes, los pacientes se debilitan entonces los profesionales utilizan maniobras terapéuticas motoras con el objetivo de reincorporar y restablecer la funcionalidad del paciente a su entorno social. La movilización precoz se aplica desde el día cero de internación con este objetivo.
- En la fase de recuperación y alta hospitalaria, según el estado del proceso en el que se encuentra el paciente, las principales intervenciones kinésicas se basan en la educación al paciente y la familia relacionada al ejercicio aeróbico, de fuerza y de entrenamiento progresivo y gradual. No solo se realizan labores terapéuticas, sino también de contención, ya que el vínculo terapeuta-paciente en este contexto de pandemia tiene consecuencias emocionales intensas.
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