El estilo italiano nace del improbable encuentro entre la elegancia y la imperfección. Lejos de dar lugar a una belleza hermética e inalcanzable, se destaca por ser terreno e individualista, accidentalmente seductor y rebelde. Desde el glamour doméstico de Sofia Loren en Arabesque, el film oda a Hitchcock que protagoniza junto a Gregory Peck, a la nostalgia siciliana de Dolce & Gabbana, hay algo desafiante, simple y despreocupado en la moda italiana que la vuelve tan fresca e innovadora. Es el juego entre lo viejo y lo nuevo, la belleza clásica y el rechazo de esa forma, lo que le da ese poder disruptor.
A riesgo de simplificar demasiado, el choque entre esta tradición estilística y Cher, la cantante disco “diosa del pop” y “reina del camp”, podría ser la mezcla de influencias perfecta para dar lugar a Gilda Ambrosio, la influencer y diseñadora italiana que es, hoy en día, una de las personalidades más influyentes del mundo de la moda. Su estilo despreocupado, algo irónico e indudablemente exagerado, es un reflejo de sus orígenes napolitanos, en donde el street style y la tradición van de la mano bajo una única directiva: resaltar, sorprender y provocar.
Estudió diseño en el Istituto Marangoni en Milán y, además de ser una influencer de primera línea presente en todas las fashion weeks, trabajó como estilista, consultora y coolhunter antes de fundar The Attico, la casa de moda que creó junto a Giorgia Tordini en 2016. Con una identidad imbuida en el esplendor de la época disco y el maximalismo de los ‘80, las diseñadoras marcan la pauta de un estilo libre, extravagante y escapista que tantos años de minimalismo y uniformidad pedían a gritos.
Lo fresco y desenfadado de su estilo la convierten en el ícono de la moda ideal para un mundo en el que la ropa es un juego y las tendencias un sinsentido. Una fantasía teatral, fresca y sorpresiva nace en la combinación de abrigos de piel con un par de Air Jordans y el exceso de capas y de accesorios. Estas son las cinco claves de estilo de Gilda Ambrosio:
Maximalismo: más es más
El exceso es la base del estilo de Gilda Ambrosio. Siempre hay demasiado de algo en todo lo que decide usar: exceso de volumen, texturas, colores y brillos, accesorios, capas, las combinaciones son demasiado extravagantes, los tacos muy altos o los vestidos muy cortos. Esta impronta, que tiene algo de provocativa, le permite renovarse constantemente y correr las barreras de manera continua en cuanto a expectativas de qué se debe y qué no se debe usar. La fórmula ganadora es simple: más es más.
Colores saturados, plumas y brillos
Parte de la prerrogativa del maximalismo también se manifiesta en los elementos que lo componen. No es solo una cuestión de cuánto sino que también importa el qué, hay colores, texturas y materiales que por su propia naturaleza llaman la atención, y Gilda no le teme a ninguno de ellos. El verdadero poder se encuentra en no bajarles el tono, sino de resaltarlos individualmente a través del conjunto. Nuevamente, es en la abundancia que reside la armonía, el minimalismo es cosa del pasado.
Camp y humor, el arte de las combinaciones improbables
Gilda siempre encuentra la forma de no caer en la redundancia. Con un dejo humorístico, siempre deja en claro que la moda es sobre no tomarse muy en serio a uno mismo. Mezcla elementos caricaturescos y referencias estereotípicas y juega con las proporciones, los colores y los estilos para dar lugar a una mirada única, levemente desafiante, de claves estéticas típicas, frecuentemente obvias, y anticuadas. Un gran tapado de piel con un conjunto deportivo, un sombrero de cowboy con un look de noche, lo impredecible y lo aleatorio rigen estas combinaciones basadas en la imperfección voluntaria. El resultado de estas interpretaciones de la moda y sus símbolos siempre es inesperado y, por lo general, despierta nuevas formas de enfrentar el vestir, con ligereza y sin reglas.
Accesorios variados y en exceso
Hay algo de satírico en la forma en la que Gilda combina los accesorios. Como una mímica infantil de la opulencia clásica, parece estar repleta y vacía de referencias a la vez. Este acercamiento lúdico es, en definitiva, un ejercicio de libertad. El uso en simultáneo de aros en grandes cantidades, anteojos de sol y pañuelos complementa prendas que en solitario parecieran sencillas y agrega, a la vez, ese elemento desordenado y desarreglado que le da tanto carácter a la moda italiana.
Oversize y superposición
El estilo de Gilda pareciera implicar una forma de vestir incómoda, poco práctica, demasiado pulida para el cotidiano. Sin embargo, la magia se encuentra en el todo, en la mezcla y la superposición a la que se prestan elementos intencionalmente desproporcionados. Abrigos y buzos XXL con prendas y accesorios en capas, un juego de abundancia y confusión. En la moda, no se necesita una sola pieza fuerte para lograr sorprender sino que la clave se encuentra en alterar el orden, obviar lo esperado y otorgarle a lo ordinario nuevos aires.
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