La Agencia Europea de Medicamentos recomendó hoy jueves aprobar el uso de emergencia de la vacuna de Johnson & Johnson contra el COVID-19.
En un comunicado, el jefe de la agencia con sede en Ámsterdam resaltó la cualidad que la posiciona por encima de las otras formulaciones que ya están siendo aplicadas: “Esta es la primera vacuna que puede ser usada con una sola dosis”. “Con este dictamen positivo, las autoridades de toda la Unión Europea dispondrán de otra opción para combatir la pandemia y proteger la vida y la salud de sus ciudadanos”, añadió.
El gigante farmacéutico estadounidense Johnson & Johnson había solicitado el 16 de febrero la aprobación de la vacuna, desarrollada por su filial belga Janssen, y espera empezar a distribuir 200 millones de unidades a los países de la Unión Europea a partir del segundo trimestre del año. En los EEUU, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) había dado el visto bueno para el uso en emergencia en ese país a finales de febrero.
Un estudio a gran escala que abarcó tres continentes reveló que la vacuna de J&J tenía una eficacia del 85% en la protección contra la enfermedad grave, las hospitalizaciones y la muerte. Esa protección siguió siendo fuerte incluso en países como Sudáfrica, donde se han identificado variantes que parecen ser menos susceptibles a otras vacunas autorizadas, incluida la fabricada por AstraZeneca.
Única dosis y refrigeración, ¿las cualidades que la vuelven favorita?
Denominada Ad26.COV2.S, se administra en una sola dosis muscular. A su vez, se puede almacenar hasta dos años con un sistema de congelado a -20°C y hasta tres meses refrigerada en freezers de 2-8 °C.
Esta es una ventaja distintiva ya que las otras vacunas autorizadas en el mundo hasta el momento necesitan dos dosis. Además, por el hecho de que puede almacenarse a temperaturas normales de nevera en lugar de en congeladores, facilita la tarea logística de distribución y conservación, en contraposición a sus dos competidoras que requieren freezers ultra fríos.
Hace una década, los investigadores del Beth Israel Deaconess Medical Center en Boston, Estados Unidos, desarrollaron un método para hacer vacunas a partir de un virus llamado Adenovirus 26 , o Ad26 para abreviar. La compañía Johnson & Johnson desarrolló vacunas para el ébola y otras enfermedades con Ad26 y ahora cuenta con la flamante aprobación -limitada por el contexto global de emergencia sanitaria- para su inoculante contra el coronavirus. En marzo pasado recibieron 456 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos para apoyar su avance hacia la producción. Después de que la vacuna proporcionó protección en experimentos con monos , Johnson & Johnson comenzó las pruebas de Fase I/II en julio.
Los vectores virales son virus comunes que han sido alterados genéticamente para que no causen la enfermedad, pero que pueden hacer que el sistema inmune aumente sus defensas. Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna utilizan ARN mensajero para lograrlo.
Pruebas en la Argentina
En el marco del estudio “ENSEMBLE”, en noviembre de 2020 se comenzó a vacunar en la Argentina a voluntarios mayores de 18 años que recibieron la única dosis que constituye a esta vacuna candidata en los Centros Swiss Medical acondicionados para este fin. Al ser un ensayo multicéntrico, otras instituciones también aplicaron la dosis.
Consultado por Infobae, el médico Gabriel Novick -quien fuera ex viceministro de de Salud de la Ciudad de Buenos Aires durante la pandemia de gripe H1N1 en 2009-, precisó respecto a la nueva vacuna: “Particularmente esta vacuna de Johnson & Johnson facilita la adherencia, todo lo que sea en una dosis facilita la adherencia. También tiene la ventaja de que no requiere congelamiento o freezer para el transporte y el almacenamiento, lo que también facilitaría a nivel de salud pública la inseminación y distribución de la vacuna. Son dos atributos interesantes de esta candidata en particular”.
Sobre las características particulares y propias de la vacuna de Johnson & Johnson-Janssen, la médica Paula Barreyro, directora de asuntos científicos y externos de Janssen Latinoamérica Sur explicó a Infobae: “Técnicamente nuestra vacuna se llama de vector viral. Eso significa que usamos un adenovirus no replicante que no generará infección, ni enfermedad en el organismo al que se inocula”.
Y agregó: “Las tecnologías sobre las que se está investigando la vacuna contra la COVID-19 se denominan AdVac y PER.C6. Estas brindan no solo la capacidad de desarrollar nuevas opciones de vacunas con rapidez; sino también de aumentar la escala de producción de la vacuna candidata óptima. La misma tecnología fue utilizada por la compañía para desarrollar la vacuna para el Ébola, para el virus del Zika, el virus sincicial respiratorio y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); las cuales se encuentran en fases 2 y 3 de desarrollo clínico”.
En el caso de la vacuna contra el nuevo coronavirus se utiliza como el vector que trasladará un “pedacito del coronavirus hacia el organismo para luego generar la respuesta autoinmune”.
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