La arena es un componente fundamental en la industria de la construcción, utilizada en el hormigón y vidrio, lo que la convierte en esencial en viviendas y tecnología. Pero es elemental también en la confección de vacunas. ¿Cómo? Los viales o pequeños frascos que son llenados con el antídoto se fabrican a partir de la arena que es procesada y convertida en vidrio.
Los expertos creen que la demanda de viales de vidrio aumentará en 2000 millones los próximos dos años. Y tiene sentido, ya que la humanidad se encuentra ante el desafío de fabricar miles de millones de inoculantes contra el COVID-19. Después del agua, la arena es la materia prima más consumida en el mundo: se usa para fabricar vidrio, hormigón, asfalto e incluso para los microchips de silicona utilizados en productos de alta tecnología.
El problema es que el mundo se enfrenta a una creciente escasez de arena, con menos de 1000 minas de arena y grava en Estados Unidos, principal nación que provee este recurso.
En la industria de la construcción se usan unos 50.000 millones de toneladas de arena al año.
Una escasez inminente podría frenar la producción de una gran variedad de productos, desde teléfonos inteligentes hasta edificios de oficinas. Pero más preocupante aún es que retrasaría la producción de los miles de millones de viales de vidrio necesarios para llevar la vacuna contra el coronavirus a las diferentes poblaciones de todo el mundo.
La escasez de arena, grava y roca triturada persitió durante la mayor parte de la última década, impulsada por el creciente desarrollo de edificios y la demanda de teléfonos inteligentes y otras tecnologías personales que utilizan pantallas.
Pascal Peduzzi, científico climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) se lamentó durante un seminario web reciente organizado por un grupo de expertos denominado Chatham House: “Simplemente, pensábamos que la arena está en todas partes”.
“Nunca nos imaginamos que nos quedaríamos sin arena, pero está comenzando a suceder en algunos lugares”, añadió Peduzzi, al mismo tiempo que adelantó: “Se trata de anticipar lo que puede suceder en la próxima década porque, si no miramos hacia adelante, si no anticipamos, tendremos problemas masivos sobre el suministro de arena pero también sobre la planificación del territorio”.
El funcionario, quien es director de la Base de Datos de Información de Recursos Globales (GRID) del Pnuma en Ginebra, dijo que entrar en pánico no ayudará, “pero es hora de echar un vistazo y cambiar nuestra percepción sobre la arena”. Chatham House, también conocido como el Instituto Real de Asuntos Internacionales, es una organización no gubernamental, sin ánimo de lucro, con sede en Londres, que ha descrito los esfuerzos para mejorar la gestión de los recursos de arena como “desiguales”.
Esto se debe en parte a características geológicas y geográficas únicas, pero también a diferencias en las manifestaciones locales del “desafío de la arena”, la demanda nacional y regional de recursos de arena, así como a las capacidades para hacer cumplir o implementar procedimientos de evaluación de mejores prácticas, prácticas extractivas, requisitos de gestión y restauración, sostuvo la entidad en un comunicado en su sitio web.
Según el Pnuma, aproximadamente entre 40.000 y 50.000 millones de toneladas métricas de arena se utilizan cada año solo en la industria de la construcción.
Se trata de un aumento del 300% con respecto a hace solo dos décadas, y todos los ríos del planeta necesitarían dos años para reemplazarlo. “Se espera que esta tendencia continúe ya que la demanda sigue creciendo debido a la urbanización, el crecimiento de la población y las tendencias de desarrollo de infraestructura”, según la Iniciativa del Observatorio Global de Arena de GRID.
Uno de los problemas es que mientras que los desiertos comprenden un tercio del planeta, la arena del desierto es demasiado lisa y redonda para su uso en la construcción. Y, dado que nadie quiere una mina de arena en su patio trasero, los esfuerzos de extracción se centran en entornos más frágiles (ríos, costas y fondos marinos) a menudo en lugares como India y China.
Pero esta explotación ya está teniendo un impacto severo en sus ecosistemas y, a medida que la demanda continúa superando la tasa de reposición natural de la erosión de las rocas por el agua y el viento, incluso el GRID advierte sobre los crecientes problemas ambientales y de sostenibilidad.
Los defensores están pidiendo a las corporaciones y gobiernos que aborden la escasez de arena, estableciendo estándares globales y alternativas viables, mientras hacen más para proteger los hábitats vulnerables. Los investigadores también han comenzado a buscar alternativas a la arena, incluidas las cenizas volcánicas, los desechos agrícolas y las cenizas volantes, un subproducto de la quema de carbón. También se está trabajando con arena de sílice, hecha de diminutos gránulos de cuarzo.
“Pero la industria de la construcción es muy conservadora”, opinó a The World Susan Bernal, científica de materiales de la Universidad de Leeds. “Para utilizar estos nuevos cementos alternativos ecológicos, o agregados alternativos, debemos cumplir con una gran cantidad de estándares para asegurarnos de que, por ejemplo, si hacemos una casa, sea lo suficientemente segura para que la gente viva en ella”, precisó.
Dado que la arena es el componente principal del vidrio, también ha habido una escasez mundial de vidrio al menos en 2015.
Los desarrolladores inmobiliarios a veces tienen que esperar meses antes de poder instalar ventanas en rascacielos a medio hacer. Los retrasos pueden ser tan significativos y frustrantes que, por ejemplo, la empresa de desarrollo detrás de Hudson Yards se volvió creativa y construyó su propia fábrica de vidrio en Pensilvania en lugar de esperar.
La falta de vidrio es motivo de especial preocupación durante la pandemia, dados los miles de millones de viales y jeringas necesarios para que las vacunas lleguen a los brazos de todo el mundo. La industria del vidrio médico estaba comenzando a ponerse al día con la demanda en 2020, pero la pandemia y el posterior lanzamiento de vacunas han retrasado considerablemente los procesos de producción.
Stevanato Group, un fabricante italiano de viales, dijo a Pharma Manufacturing que la demanda mundial de viales aumentará hasta en 2000 millones en los próximos dos años.
Incluso si la vacuna se carga en viales de 10 dosis, dijo el experto en vacunas James Robinson, “todavía se necesitan cientos de millones de viales solo para esta pandemia”.
En los Estados Unidos, solo tres empresas, Corning, Schott y Nipro Pharma Corporation, fabrican la mayoría de los tubos de vidrio farmacéuticos necesarios para viales y jeringas.
Las nuevas instalaciones de fabricación son caras y existe una gran competencia por el tipo de arena angular necesaria para fabricar vidrio.
Janssen, una división de Johnson & Johnson, “ya ha pedido por adelantado 250 millones de viales, y eso podría ser todo lo que hay”. “Estamos tratando de conseguir otros 200 millones”, precisó uno de sus voceros.
Los líderes de las tres compañías farmacéuticas de vidrio dicen que, en medio de una crisis de salud global, están trabajando juntos para satisfacer la demanda.
“La industria está dejando de lado el espíritu competitivo”, dijo el gerente general de Corning, Brendan Mosher, a Pharma Manufacturing. “Se siente más que nunca, que todos están juntos en esta pelea”.
SEGUIR LEYENDO: