El laboratorio AstraZeneca dio a conocer en un comunicado los resultados del primer estudio para describir la efectividad en el mundo real de su vacuna contra el nuevo coronavirus, que demostró que la formulación “puede reducir sustancialmente el riesgo de hospitalización relacionada con COVID-19 en un 94% después de la primera dosis”.
“Estos hallazgos, publicados el 22 de febrero de 2021 como preimpresión, se basaron en datos de 1,14 millones de vacunas COVID-19 administradas en Escocia, Reino Unido, con aproximadamente 490 mil personas que recibieron la primera dosis de la vacuna AstraZeneca”, informó la compañía.
La mayoría de los participantes del estudio que recibieron la vacuna contra el COVID-19 producida por ese laboratorio en conjunto con la Universidad de Oxford tenían más de 80 años y se observó que los efectos de la vacuna eran comparables en todos los grupos de edad. “Estos datos proporcionan evidencia adicional de que la vacuna protege contra los resultados graves del COVID-19, particularmente en las poblaciones de mayor edad que están en mayor riesgo”, resalta el comunicado.
Este primer estudio a nivel de población nacional, dirigido por la Universidad de Edimburgo junto con Public Health Scotland, evaluó el efecto de las vacunas COVID-19 actualmente autorizadas sobre un resultado grave de COVID-19 en 5,4 millones de personas en Escocia, Reino Unido, incluidos adultos de 65 años y más edad.
Según los primeros resultados, “el efecto de la vacuna COVID-19 de AstraZeneca fue mayor a los 28-34 días después de la primera aplicación”.
Y dado que la publicación difundida en carácter de preimpresión, lo que significa que aún no fue revisado por pares ni publicado en una revista académica, los investigadores reconocen que “es necesario realizar un seguimiento del efecto de las vacunas autorizadas actualmente en la población general, especialmente en subgrupos de alto riesgo como las personas que viven en residencias de ancianos”.
“Se necesita un mayor seguimiento para evaluar el efecto de recibir dos dosis, en lugar de una sola -agregaron-. Deben realizarse estudios epidemiológicos observacionales sólidos para medir la cobertura de estas vacunas recién introducidas en relación con las características demográficas y otras características de la población y para detectar eventos adversos”.
Cabe recordar que “la eficacia es el porcentaje de reducción de la incidencia de una enfermedad en sujetos que fueron vacunados con respecto al general que no fue vacunado, en tanto la efectividad es en realidad la capacidad que tiene la vacuna de proteger contra la enfermedad cuando ya la vacuna está en el mercado”, había explicado oportunamente a Infobae Ricardo Teijeiro, médico infectólogo miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
En resumen, la eficacia es el desempeño de un tratamiento en circunstancias ideales y controladas, y la efectividad es el desempeño en condiciones del mundo real.
De allí que estos estudios observacionales posteriores a la comercialización agregarán valor a los ensayos clínicos previos a la autorización de estas formulaciones, ya que pueden evaluar los efectos en la “vida real” de las vacunas COVID-19 y el impacto del programa de vacunación a nivel poblacional.
“Planeamos informar a su debido tiempo sobre la eficacia de la segunda dosis y los efectos sobre la mortalidad”, destacaron desde el laboratorio.
“AstraZeneca continuará trabajando con los reguladores en el Reino Unido y en todo el mundo para desarrollar nuestro conocimiento sobre la efectividad de la vacuna en el mundo real, en diversas poblaciones. Con los sistemas de salud de todo el mundo que luchan por hacer frente a la carga de las admisiones hospitalarias y de cuidados intensivos que resultan de COVID-19, la capacidad de las vacunas para reducir la hospitalización en un entorno del mundo real es de vital importancia”, concluyó el comunicado de la farmacéutica. .
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