En la carrera por encontrar un tratamiento seguro y eficaz contra el COVID-19, muchas drogas que ya eran usadas en medicina con otros fines volvieron a las mesadas de los laboratorios para estudiar sus propiedades para enfrentar al nuevo patógeno.
Es el caso de la ivermectina, un agente antiparasitario de amplio espectro muy utilizado, que si bien su indicación primaria desde hace muchos años era para uso veterinario, luego recibió la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) para su utilización en humanos y en investigaciones clínicas está demostrando proveer una significativa reducción en el riesgo de contagio y alentadores resultados en el tratamiento de los pacientes COVID positivos.
Es que aunque la Administración Nacional de Alimentos, Medicamentos y Tecnología Médica (Anmat) todavía no aprobó el uso del fármaco en la Argentina para tratar el COVID-19 y varios infectólogos pusieron reparos en su utilización, crece el uso en distintas provincias del país. Y la droga suma adeptos en todo el mundo.
Provincias como Misiones, Salta, Corrientes y Tucumán ya la están utilizando como política oficial para la profilaxis en personal sanitario y como tratamiento para los pacientes contagiados; otras analizan la situación y ya mostraron interés en la medicación al observar que bajó la incidencia de contagios en los distritos que empezaron a usarla. La Pampa fue una de las últimas en sumarse, mientras que en Santa Fe algunas secciones están implementado el tratamiento.
En tanto, la Ciudad y Provincia de Buenos Aires, dos de los distritos con más alto número de contagios, aún no se pronunciaron al respecto.
Así, mientras crece el consenso internacional sobre los beneficios en la prevención y tratamiento temprano del COVID-19 de la ivermectina, una investigación llevada a cabo en el país por los doctores Héctor Carvallo y Roberto Hirsch, y auspiciada por Panalab, uno de los laboratorios productores de la droga, concluyó que el fármaco fue un excelente método adyuvante para equipos de protección personal en la profilaxis del SARS-CoV-2 en el personal sanitario y sus contactos. Y recomendó extender su uso no sólo a todos los agentes de salud, sino también a los grupos de población vulnerables (institutos geriátricos y psiquiátricos, orfanatos y prisiones, entre otros). La investigación fue reproducida en la Plataforma Internacional de Publicaciones Científicas ‘SciVision’ y en la prestigiosa revista científica Microbiol Infect Dis.
Bajo el nombre Ivermectina como profilaxis contra COVID-19. Evaluación retrospectiva de casos, el trabajo incluyó entre el 1 de junio y el 15 de diciembre de 2020 la participación de 162 agentes de salud argentinos que recibieron ivermectina (0,2 mg por Kg de peso) como profilaxis, indicación que se extendió a los contactos estrechos de dichos profesionales, tanto en el ámbito laboral como privado. La mediana de edad fue de 51,6 años y la distribución por sexo se ubicó en un 46% de hombres y 56% de mujeres.
Como resultado del relevamiento, si bien algunos de los participantes aún están completando el esquema terapéutico (8 semanas de tratamiento y 16 de mantenimiento), a la fecha no se registraron infecciones por COVID-19 en ninguno de los 162 sujetos durante el período mencionado al principio.
“Estos resultados son particularmente importantes debido a que la literatura mundial registrada durante esta pandemia refiere que debe esperarse un nivel de infección en no menos del 25% de los agentes de salud dedicados a la atención de las zonas infecciosas en general, y de COVID-19 en particular. Esto implica que, a lo largo del seguimiento semestral de los individuos incluidos en este relevamiento, no menos de 35-45 infecciones deberían haber sido registradas, eventos que no se produjeron”, afirmó el médico endocrinólogo Héctor Carvallo, co-autor del trabajo, ex director del Hospital de Ezeiza (Hospital Zonal General de Agudos Dr. Alberto A. Eurnekian) y Profesor Asociado de Medicina de la Universidad Interamericana (UAI) y de la Universidad de Morón.
“Sin ninguna duda estamos hablando de estudios con grupos reducidos, que tienen por objetivo marcar un camino inicial y abrir las puertas a nuevas y más voluminosas investigaciones, pero los resultados son contundentes y nos alegramos de poder compartir la buena noticia de una pequeña luz en este camino tan dificultoso al que nos está enfrentando la pandemia”, sostuvo a su tiempo el médico infectólogo, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Muñiz y también co-autor del estudio, doctor Roberto Hirsch.
En cuanto al crecimiento en el mundo de la evidencia científica a favor de la droga, un metaanálisis realizado en el Reino Unido por un grupo de médicos expertos en cuidados intensivos agrupados en la Alianza de Cuidados Críticos de COVID-19 en Primera Línea (FLCCC por su sigla en inglés), concluyó que la ivermectina es un fármaco esencial para disminuir la morbilidad y mortalidad producida por la infección por COVID-19 y que dado los resultados alcanzados ya no es ético seguir realizando ensayos comparativos entre ivermectina y placebo, y que aquellos en curso que se están llevando a cabo deberían cerrarse.
El trabajo, denominado La ivermectina reduce el riesgo de muerte por COVID-19: una revisión rápida y metaanálisis en apoyo de la recomendación de la primera línea COVID-19. Alianza de cuidados críticos, analizó los resultados de 25 investigaciones científicas de ivermectina vs. placebo en términos de muerte (resultado primario), mejora o deterioro de la condición, tiempo de recuperación, duración de la internación hospitalaria, admisión al hospital (para tratamiento ambulatorio), ingreso a unidad de cuidados críticos (o requerimiento de ventilación) y efectos adversos graves.
Esta revisión y metaanálisis, que en total incluyó 2045 participantes como profilaxis y 1835 COVID positivos, confirmó una reducción de la mortalidad de entre el 65 y el 92% (dependiendo del estadio de la enfermedad en los pacientes tratados) y una disminución de la infección por COVID-19 entre un 82 y 92% cuando se usa en forma preventiva en los trabajadores de la salud y sus contactos estrechos.
Según explicó Carvallo al diario El Día de Gualeguaychú, “el estudio de la ivermectina y su relación con el COVID-19 se inició en Australia, donde estaban viendo su eficacia en virus como el dengue, la chikungunya, zika, la encefalitis del Nilo Oeste entre otros”. “En medio de estos estudios apareció la pandemia y entonces los investigadores reemplazaron esos virus por el SARS-CoV-2 y confirmaron que el tratamiento in vitro, en laboratorio, en infectados con COVID-19, la ivermectina reducía a cero, dramáticamente en 48 horas, la carga viral”, resumió el especialista.
En paralelo, la prestigiosa revista brasilera Braz y Infect publicó una carta al editor donde un grupo de investigadores de la India solicitaba que “más allá de las certezas y las dudas al respecto, es fundamental que los ensayos clínicos que se realizan sobre ivermectina incluyan a pacientes con COVID-19 para comprender si esta droga puede ofrecer efectos beneficiosos en pacientes que ya desarrollaron complicaciones producto de la infección”.
Y un trabajo sobre 72 pacientes denominado ‘Un curso de 5 días de tratamiento con ivermectina reduce la duración de la infección por COVID-19’, publicado en el International Journal of Infections Diseases, concluyó que ‘aunque la muestra del estudio fue demasiado pequeña (n = 72) como para sacar conclusiones sólidas, los resultados proporcionan evidencia del beneficio potencial de la intervención temprana con el fármaco ivermectina para el tratamiento de pacientes adultos diagnosticados con COVID-19 leve’.
“Acá no falta evidencia, hay 46 estudios de todas las variedades, a doble ciego, clínicos, con placebos, observacionales”, sentenció Carvallo.
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