Desde la llegada del COVID-19, el mundo enteró se llenó de preguntas que de a poco se fueron respondiendo. Y en la búsqueda de respuestas, el mundo de la ciencia estableció que la única forma de prevenir la enfermedad, sin una cura efectiva, era con una serie de medidas preventivas, entre ellas el uso del tapabocas.
Sin embargo, el uso de la mascarilla no fue un hábito fácil de implementar en la población, incluso para los profesionales de primera línea. De acuerdo a una encuesta realizada por Medscape reveló que muchos médicos de medicina de emergencia han tratado a pacientes con COVID-19 sin el equipo de protección correspondiente.
En el Informe sobre la experiencia COVID-19 de los médicos de medicina de emergencia de Medscape, el 21% de los encuestados dijo que en ocasiones era así; mientras que el 7% dijo que era así a menudo y el 1% dijo que siempre trata a pacientes sin el EPP adecuado.
Sumado a que los médicos de emergencia fueron los médicos con más probabilidades de tratar a los pacientes con COVID-19 en persona.
A modo de comparación, entre los médicos de medicina familiar, el 58% dijo que había tratado a los pacientes con COVID-19 en persona y el 45% dijo que los estaba tratando a través de la telemedicina.
Los datos para el informe se recopilaron del 9 de junio al 20 de julio como parte de la encuesta de experiencia COVID-19 de Medscape para todos los médicos. Esa encuesta obtuvo más de 5000 respuestas.
Lo cierto es que los médicos de emergencias médicas a menudo se han encontrado sacrificando su propia seguridad por el bien de los pacientes. Más de la mitad de los médicos de emergencias médicas (54%) dijeron que habían tomado a sabiendas riesgos de seguridad personal para tratar una emergencia de COVID-19, un porcentaje mucho más alto que el 30% de todos los médicos que dijeron que lo habían hecho.
El cuatro por ciento de los médicos de EM han recibido un diagnóstico positivo de COVID-19 mediante pruebas. Se ha confirmado que un 2% adicional tiene COVID sobre la base de los síntomas.
El barbijo siempre fue una de las herramientas más poderosas en la pandemia. De hecho, una investigación publicada en The New England Journal of Medicine, reveló que la mascarilla es uno de los pilares del control de la pandemia del COVID-19, y que el enmascaramiento facial universal puede ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad y garantizar que una mayor proporción de nuevas infecciones sean asintomáticas. Si se confirma esta hipótesis, el enmascaramiento universal podría convertirse en una forma de “variolación”, un procedimiento que se aplicaba antes de la invención de la vacuna que generaría inmunidad y, por lo tanto, retrasará la propagación del virus en la espera de una vacuna.
El escrito hace énfasis en que una razón importante para el enmascaramiento facial en toda la población se hizo evidente en marzo, cuando comenzaron a circular informes que describen las altas tasas de diseminación viral del SARS-CoV-2 por la nariz y la boca de los pacientes que eran presintomáticos o asintomáticos y lo describían como una forma posible de prevenir la transmisión de personas infectadas asintomáticas.
¿Cuál es la función de los barbijos?
- Son una barrera protectora para el aislamiento de las gotas que se despiden al hablar, estornudar o toser.
- Estas gotas son grandes (más de 5 micrones) y caen a una distancia de más de 90 cm y 2,5 cm. El COVID-19 contenido en las gotas cae sobre las superficies y no permanece suspendido en el aire.
- El personal de salud, personal de seguridad y otros trabajadores que durante la pandemia están realizando actividades que lo exponen a potencial contacto con pacientes infectados deben utilizar barbijos descartables.
- Los barbijos protectores triple capa son los indicados, ya que brindan un 99% de eficacia de bloqueo y filtración.
Con información Medscape
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