Desde el comienzo de la pandemia, Israel tuvo en claro una sola cosa: pondría en marcha todos sus esfuerzos para combatir lo más rápido posible el COVID-19. Y lo hizo. Actualmente Israel es -por lejos- el país que más vacunas administró por cada 100 personas de su población y en dosis diarias aplicadas en los últimos 7 días por cada millón de habitantes.
En concreto, Israel comenzó la campaña de vacunación el 19 de diciembre y se administran dosis a unas 150.000 personas al día, con prioridad para los mayores de 60 años, el personal sanitario y población de riesgo. Utiliza la vacuna de Pfizer y BioNTech.
Pero, ¿cuál fue su estrategia? De acuerdo al doctor Asher Shalmon, director de la División de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud, la clave fue la rapidez con la que actuaron frente a la pandemia. “Empezamos a prepararnos desde que obtuvimos las noticias desde China de este nuevo virus. En ese punto no imaginamos qué era lo que nos iba a suceder. Hoy sabemos que el COVID-19 fue un desafío muy interesante. Ninguno de nosotros volveremos a estar igual después del COVID-19 para bien o para mal”, explicó Shalmon en el marco de una conferencia virtual sobre la campaña de vacunación en Israel de la que Infobae formó parte.
Lo cierto es que el sistema sanitario local es administrado y controlado por un conjunto limitado de entidades coordinadas. A diferencia de otros sistemas de atención médica en todo el mundo, que cuentan con cientos de aseguradoras, proveedores de servicios de salud, médicos privados y un sistema descentralizado de hospitales, clínicas y farmacias, Israel cuenta con un sistema de salud centralizado y funcional.
En este sentido, el especialista pasó a explicar las claves principales para vacunar a la población de forma tan rápida:
-El rol de los medios y la información que se brindó a la población con respecto a la vacuna para motivar a las personas a que vayan a inocularse con confianza en el producto
-Una priorización simple sobre quiénes son los primeros en recibir las dosis: mayores de 60, personal sanitario y personas que están trabajando en primera línea
-Un registro con los efectos y el riesgo de la vacunación a medida que se van vacunando
Sin embargo, al igual que todos los territorios, debido a la tecnología de las vacunas, Israel también afrontó distintos desafíos relacionados al almacenamiento de las dosis, que requieren bajas temperaturas: “Necesitamos un lugar con baja temperatura para almacenar las dosis, también algunos depósitos que puedan almacenar por un corto período las vacunas a temperaturas de 2 a 8 grados, pero todo esto lo pudimos resolver”.
En este sentido, se desplegó un plan de vacunación centralizado a través del Ministerio de Salud, asegurándole a cada persona vacunada la segunda dosis. Además, las vacunas se distribuyen en períodos cortos para evitar el vencimiento de las fórmulas y que no se echen a perder.
“Aprendimos un par de lecciones a lo largo de este camino, pero las más importantes van desde la necesidad de armar equipamientos más pequeños para su distribución, la necesidad de tener un sistema para el seguimiento de los efectos adversos, la documentación y el inventario así como el vencimiento de cada vacuna en cada sitio”, apuntó el especialista.
Además, una de las claves más importantes para afrontar el sistema de vacunación fue la creación de un call center para los profesionales que administran las dosis así como entender que tanto las inyecciones como las jeringas son tan importantes como los fórmulas.
“La campaña de difusión para la vacunación fue crucial. Convencimos a la población que era seguro venir a vacunarse, que el producto es eficaz y que podían confiar en la vacuna. Hicimos además un entrenamiento de cómo administrar la vacuna entre los profesionales de la salud. Eso fue fundamental”, enfatizó Shalmon.
Las razones que posicionan a Israel como un caso de éxito
Si tuviera que enumerar los motivos, Shalmon explicó que toda la Nación está trabajando en simultaneo por un mismo propósito: “Estamos poniendo nuestros esfuerzos como una multiagencia donde todos los agentes somos claves, no sólo los de salud. Por otro lado, creo que la flexibilidad fue muy importante para llevar a cabo esta campaña de vacunación, y sobre todo la información que le brindamos a la población sobre las vacunas”.
“Hemos trabajado para llevar millones de vacunas a Israel y ahora, a través del Ministerio de Salud, de los hospitales y de los fondos de salud, que están administrando esta gran operación, logramos alcanzar este resultado”, manifestó el primer ministro Benjamin Netanyahu -quien fue el primer israelí en ser inmunizado como ejemplo para el resto de la población-, cuando participó junto al ministro de Salud, Yuli Edelstein, en la ceremonia que vio en Jerusalén la inmunización de David Herzl Levy, el hombre que permitió traspasar el umbral de los 500 mil. Desde que comenzó la campaña, hace poco más de una semana, se ha puesto ya la primera dosis de Pfizer a 650.000 israelíes, y se espera que lleguen a un millón esta misma semana.
“Mi misión es asegurar que continuemos por este camino. Si continuamos de esta manera, Israel será la primera nación del mundo en salir de la emergencia del coronavirus”, agregó el premier. Netanyahu aseguró que unos 2,25 millones de israelíes, más de una cuarta parte de la población, estarán inoculados para fines de enero. Esto es debido a que Israel ‘pincha’ a una media de 120.000 ciudadanos diarios y prevé llegar a un 50% de vacunados en marzo.
Según los cálculos del primer ministro Netanyahu, la campaña de vacunación permitiría a Israel levantar las restricciones desde principios de marzo, pocas semanas antes de que se celebren unas nuevas elecciones generales en este país.
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