En las últimas semanas, el fiasco de la campaña de vacunación en Europa se ha convertido en un conflicto político para los socios de la unión. La delegación de competencias en el gobierno de Bruselas, para la negociación con los laboratorios con candidatas para detener el Sars-Cov-2, ha generado un tumulto de acusaciones y rivalidades entre los países.
La prensa alemana ha marcado la indignación y las fisuras del bloque. Las acusaciones por administrar la escasez, incluso cuando el país tiene un desarrollo local pionero como el de Pfizer/BioNTech, han escalado al punto de considerarse una verdadera “katastrofe” para las bases de los acuerdos de los 27.
Pero no solo las críticas son hacia afuera. Incluso el alemán “Bild Zeitung” apunta contra la canciller Angela Merkel, responsabilizándola por “sacrificar vidas alemanas” al anular las competencias para diseñar una política de vacunas independiente al bloque.
La salida del Reino Unido de la unión ha servido para disimular los choques de intereses entre los europeos. Sin embargo, no podrá evitar las crecientes voces discordantes, un euroescepticismo que se amplía en su base.
Las negociaciones, por el acceso a las vacunas, empiezan a tener ribetes escandalosos en la medida que se hacen públicos los acuerdos. La Comisión Europea no puede ocultar la desorientación o interés manifiesto por inclinar ciertas decisiones. Incluso desde Alemania, las críticas mencionan la presión desde el gobierno de Emmanuel Macron, para ordenar 300 millones de dosis de la vacuna ‘francesa’ Sanofi-GSK en septiembre, cuando los ensayos clínicos de esta eran insuficientes. Con una elección equivocada o interesada, garantizarse un fondo de vacunas exitoso comenzó con un traspié.
El diario Bild, fue otro medio alemán, en alterar los ánimos de los ciudadanos germanos. “En lugar de una entrega masiva, la vacuna nos llega como un goteo”, sostuvo en un artículo sobre la falta de inyecciones en el país.
Para la Comisión Europea la disputa tuvo que ver con la resistencia de varios países para aceptar las condiciones que demandaba Pfizer. Los cuestionamientos por los altos precios del desarrollo estadounidense y alemán, impidieron la llegada del producto de Pfizer/BioNTech, una vacuna local. La demora, comparada con los tiempos de distribución en el Reino Unido, se debió a órdenes de pedido efectuadas durante noviembre, retraso que redireccionó la vacuna pionera a otros mercados.
Markus Söder, el primer ministro de Bavaria y el hombre que los alemanes desearían ver como próximo canciller, fue claro: “Es difícil explicar por qué las personas en otros lugares se vacunan más rápidamente con una vacuna excelente desarrollada en Alemania”
Sin vacunas, se agudiza la crisis de la eurozona.
El tiempo son euros. Si bien se han acelerado los planes de vacunación en las últimas horas, la resignación e indignación se multiplica con el rezago evidente frente a la velocidad de los “golpes” en Israel, Estados Unidos o el Reino Unido.
El fiasco europeo empieza a tener un sesgo económico. La falta de suero anticovid implica extender restricciones y confinamientos, bloqueos que agudizan la recesión de la eurozona. Lleva al Banco Central Europeo a financiar mas déficit, empujar las deudas comunitarias, y poner a las empresas y al sistema financiero de la unión en una zona crítica. La demora incrementa el riesgo y las lesiones se proyectan en el tiempo.
Los euroescépticos apelan a mencionar el esfuerzo del contribuyente local. El debilitamiento de las arcas del bloque redundará en que los socios con billeteras algo más abultadas deban sostener con su esfuerzo el Fondo de Recuperación Europea. El plan de rescate, si se demora la salida de la pandemia, no alcanzará.
Alemania se desmarca
A pesar de la presión y el cariz pro-europeo de Angela Merkel, Alemania ha recibido críticas por desacoplarse y negociar un trato bilateral de vacunas con Pfizer/Biontech para asegurarse 30 millones de dosis adicionales. Los pedidos se dieron en el mismo momento en que Bruselas mantenía conversaciones con las farmacéuticas.
La Cancillería Federal ordenó ampollas adicionales en septiembre, en un momento en que anunciaba las virtudes de una estrategia de compra común de la UE durante, y cuando Angela Merkel ocupaba la presidencia rotativa del bloque.
El propio ministro de Salud alemán, Jens Spahn, fue encargado de reconocer que habían ordenado 30 millones de dosis suplementarias, en un acuerdo bilateral separado con la empresa.
De esta forma el pacto de una negociación solidaria entre los miembros, en resguardo a los socios con menores recursos, y que establece que los 27 “no deben lanzar sus propios procedimientos para la compra anticipada con los fabricantes”, era violado desde Berlín.
Aunque en un principio la Comisión Europea intentó tener una postura que esquive el problema, finalmente la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, quien recordó “que los estados miembros habían acordado que no habrá negociaciones ni contratos paralelos”.
Pero Alemania esgrime que el éxito de la local BioNTech, con base en Mainz, llega también por un cheque de 375 millones de euros de financiamiento germano para la investigación. Una discusión, como la plantearon miembros de la eurozona por precio excesivo de la candidata de Pfizer/Biontech, los empujo a la necesidad de comprar con recursos propios 100 millones de dosis adicionales.
Apuro por mas vacunas
La UE acordó una comprar por 200 millones de dosis de la vacuna en noviembre. Pero las fisuras y tensiones, aceleraron los planes para extender el aprovisionamiento a un total de 600 millones de dosis.
Aprobada y en plazo de entrega la vacuna de Moderna, la presión se orienta para una rápida y próxima aprobación del “golpe” de Oxford y AstraZeneca. Cambiar el escepticismo europeo, deberá gestarse luego de un regulador de medicamentos del bloque, cuestionado por excesivo dogmatismo. “Se están tomando su tiempo, con las devociones habituales sobre los “altos estándares de la UE y es posible que esta devoción sea recalcitrante para la urgencia europea”, señalan los críticos.
La información también es desconcertante e imprecisa. Los tiempos de entrega de productos son un secreto a cuatro llaves. Las promesas de los laboratorios se han visto incumplidas por razones de última hora. Varios países recibieron las entregas, a cuenta gotas.
Finalmente en Francia, la desorganización evidente del gobierno galo, debilita la arenga europeísta del presidente francés, Emmanuel Macron. El líder, que inició esta pandemia con las conmovedoras palabras “estamos en guerra”, no pudo aún explicar el primer atasco por la crisis de los barbijos, y ahora enfrenta sin respuesta el plan de vacunas más lento de Europa.
La excesiva burocracia francesa, donde los convocados a inyectarse debían tener hasta un periodo de reflexión para dar su consentimiento, género un enojo en el jefe del Palacio de Elíseo: “Esto tendrá que cambiar rápidamente y cambiar de verdad, y lo hará”
Los europeos se empiezan a mirar con cierta desconfianza. La impericia de las vacunas y la administración de la escasez, pueden condenar a una prolongada crisis sanitaria y económica que se extienda hasta abril y probablemente hasta mayo, incluso hasta el momento en el que los maltrechos británicos puedan salir de la asfixia actual y respirar una pronta recuperación.
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