A diferencia de otros años donde la cantidad de invitados no tenía límites y cuestiones protocolares como dónde se sienta cada uno eran impensadas para muchos, este año, las celebraciones no fueron ni serán las mismas. Y si a estas medidas se suma el poco tiempo que hay entre Navidad y Año Nuevo para seguir cuidándose, el escenario de Fiestas en pandemia supone un verdadero cambio en las costumbres.
Exactamente entre Navidad y Año Nuevo hay siete días de diferencia. Y a pesar de que en algunos casos no sean los mismos invitados, lo que haga cada persona en esos días que separa una fiesta de la otra es vital en pos de cuidarse y cuidar a los demás del COVID-19.
Y es que a pesar de que hay cuidarse siempre respetando las medidas adoptadas, es importante reforzar los cuidados en épocas donde las personas se juntaran a compartir las Fiestas.
Pero, ¿qué medidas se deben adoptar en esta semana clave? De acuerdo al infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, los cuidados deben ser igual o más importantes: “No hay nada nuevo en cuanto a los cuidados pero es importante que la gente entienda que el esfuerzo vale la pena. No hay que aflojar con los cuidados como el lavado de manos, la distancia social, los ambientes ventilados y el uso de la mascarilla”.
En este sentido, el especialista explicó que es importante estudiar los movimientos y las actitudes de cada invitado previo al encuentro familiar o entre amigos.
En esta misma línea, la médica especialista en medicina interna e infectología María Fernanda Rombini (MN 97087) afirmó que hay que priorizar la prevención de riesgos en las personas que quieren estar juntas en las Fiestas: “Por ello, los miembros de dichas burbujas deben de evitar exponerse a situaciones de riesgo en los 10-14 días anteriores a la celebración, es decir, anular las comidas de empresas, amigos, los encuentros que no sean realmente necesarios”.
“Si es posible, debemos definir con anticipación un grupo burbuja permanente y cerrado en el que tengamos la seguridad que los demás miembros no están contagiados. Se debe de reducir el número de invitados no convivientes a lo indispensable y se debe crear un espacio seguro para que la gente se siente e interactúe a la distancia de seguridad óptima”, enfatizó Rombini.
Por otro lado, los profesionales pusieron especial atención en que las personas presten especial atención en si presentan o no algún síntoma durante esa semana y luego del encuentro.
En este contexto, Rombini enumeró una serie de recomendaciones para llevar a cabo durante el encuentro:
-Respetar el constante lavado de manos
-Dejar los zapatos en la entrada
-Obviar todo el contacto personal con los invitados
-El lugar de reunión debe estar ventilado y es recomendable mantener corrientes de aire cruzadas, abriendo ventanas y puertas, para maximizar los cambios de aire en la estancia en la que vayan a reunirse si las temperaturas así lo permiten
-En la mesa se debe respetar también el distanciamiento o utilizar dos o tres mesas chicas en lugar de mesas largas para que no haya amontonamiento de gente
-Usar la mascarilla en todo momento, excepto cuando va a comer o beber.
-No compartir platos ni vasos e intentar que las raciones sean individuales repartidas en platos y no que todos acudan a buscar comida
-No introducir los dedos ni los cubiertos en plato común ni ajeno. No brindar con choque de vasos. Los bordes de los vasos están potencialmente contaminados.
-No cantar, gritar o hablar en voz alta. Reducir el nivel de ruido, por ejemplo de la música a nivel elevado, con objeto de no tener que subir el tono de voz. Acortar el tiempo de visita.
- Avisar a todos los que hayan compartido la reunión que si en los días posteriores tienen algún síntoma avisen para que se pueda hacer el diagnóstico rápido.
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