“Prender la luz”, “Llamar a mamá”, “Mandar un mensaje al grupo de la familia”, “Prender el aire acondicionado”, son algunas de las millones de acciones cotidianas que realizan las personas con tan solo mover sus manos o hablar alto. Pero, ¿qué sucede con aquellos que no pueden manipular un objeto debido a una discapacidad neurológica, motriz, visual, auditiva, entre otros, ya sea por enfermedades o producto de accidentes? Allí, la tecnología se convierte en un poderoso aliado que brinda independencia a la persona que lo necesita, para desempeñarse de manera independiente y seguir realizando pequeñas acciones solos.
“Todos en el mundo merecen tener la posibilidad de participar de cualquier forma en la sociedad y de la manera que quieran. Desde ir al colegio, tener un trabajo, comunicarse con los miembros de la familia, entre otras. Esto una creencia que siempre sentí. Ahora que estamos por terminar el 2020, tenemos tanta tecnología, hay tanto que mejoró que las personas deben estar al tanto que una herramienta tecnológica puede aumentar la calidad de vida”, explicó a Infobae Eve Andersson, directora de Accesibilidad en Google.
De hecho, el último lanzamiento de Google fue una aplicación que permite, con tan solo la mirada, elegir frases escritas con anterioridad para que su teléfono luego las diga en voz alta. La herramienta, llamada Look to speak, está pensada para personas con discapacidad motora o del habla.
Lo cierto es que gracias al trabajo de Andersson y su equipo multidisciplinario que idea, diseña y lanza distintos productos dentro del área de Google Accesibilidad, instituciones como el Fleni en Buenos Aires pueden trabajar y poner a disposición distintas herramientas tecnológicas a pacientes con alguna enfermedad o discapacidad neurológica y también a sus familiares para aumentar o mantener su participación en las actividades de la vida y minimizar el impacto de las barreras ambientales. Es decir, una serie de dispositivos que los ayudan a mejorar su calidad de vida.
“Somos un servicio que está destinado a personas con discapacidad de origen neurológico y que buscamos a través de la tecnología ver de qué manera podemos ayudar. Muchas de las herramientas las complementamos con las de Google. Una vez que identificamos qué es lo que necesita la persona y cómo la aplicación lo puede ayudar se hace una evaluación al paciente y se selecciona cuál es el indicado”, comentó a este medio Diego Ferreyra, bioingeniero de la Clínica de Tecnología Asistiva del Fleni.
En este contexto, Andersson enumeró las distintas herramientas con las que cuenta Google y que se encuentran al alcance de todos de forma gratuita: “Tenemos herramientas y distintas funciones para la discapacidad visual, auditiva, intelectual, motora y del lenguaje”.
De este modo, Alejandra Ortiz, terapista ocupacional del Fleni, explicó que las herramientas permiten a los pacientes seguir con las actividades que llevaban a cabo previo a un accidente o con más independencia permitiendo así que haya un aumento de calidad en su vida: ”Por ejemplo, trabajamos con pacientes adultos lesionados medulares donde el área motora está comprometida. Nosotros tenemos que pensar siempre cuál va a ser el futuro de esa persona y ahí es donde la tecnología empieza a brindar la herramienta para que pueda seguir ejerciendo algunas acciones”.
Herramientas al alcance de todos
Para los profesionales del Fleni, solo 2 de cada 100 pacientes están al tanto de la existencia de las herramientas tecnológicas. “Por lo general suele ser algo nuevo para ellos y de repente se encuentran con un abanico de posibilidades que con solo utilizar una aplicación o hacer una configuración en el celular o en una computadora pueden dar órdenes o expresar lo que sienten”, aseguró Ferreyra.
De acuerdo a Ortiz, cada tanto algún paciente los sorprende y les muestra alguna aplicación o traen sus propias ideas: “Son pocos pero sucede también. Hay un desconocimiento general y también lo que notamos es que al cabo de un tiempo ellos se vuelven expertos en tecnología y nos traen más herramientas porque saben que eso los ayuda en su independencia y genera una especie de retroalimentación”.
“Todos tenemos al alcance este tipo de aplicaciones nada más que no le solemos prestar atención porque no los usamos. Para estas personas realmente genera una diferencia enorme porque tienen la capacidad de escribir, escuchar o dialogar con cualquiera, a diferencia de otros tiempos en los que pacientes con enfermedades como ELA iban perdiendo el habla y no podían expresarse”, enfatizó Ferreyra.
El COVID-19 la prueba de que la tecnología es la solución
Para Andersson, el COVID-19 demostró lo significativas que son estas herramientas en la vida de las personas: “En personas con distintas discapacidades ayudó mucho ya que no podían usar asistencia humana, también nos demostró que siempre se puede seguir avanzando y creando nuevas herramientas para poder seguir generando la accesibilidad a diario”.
“Previo a la pandemia, tuvimos una paciente pediátrica que vino con una dislexia entonces fuimos trabajando en conjunto y brindando todas las herramientas para que pueda desenvolverse. Llegó la pandemia y recibimos su llamado con un ‘gracias, sino no hubiera podido hacer todas las tareas que me mandan del cole’ y eso es lo que nos llena de orgullo”, apuntó Ferreyra.
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