Casi toda Sudamérica disfrutó ayer de un espectacular eclipse solar, que no volverá a repetirse en la región hasta 2048. Y particularmente, algunas localidades de Argentina y Chile tuvieron platea preferencial para observarlo, ya que a diferencia de lo ocurrido en Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay, donde se lo vio en forma parcial, en la Patagonia de ambos países la sombra de la Luna trazó el camino de la totalidad del gran fenómeno astronómico.
Esta alineación exacta de los tres cuerpos en el espacio, que conjugan en un mismo punto, comenzó a las 11:45 en el océano Pacífico y terminó cuando la Luna descubrió totalmente al Sol, alrededor de las 14:45 horas en el océano Atlántico a 200 kilómetros de la costa de Sudáfrica. Pero el gran momento en el que se lo pudo ver en forma total, con la posibilidad única de observar la corona solar en su esplendor, fue a partir de las 13, hora argentina.
Quienes estuvieron en gran parte de la Patagonia de Argentina y Chile y dentro de la franja donde se produjo la totalidad del eclipse, que tuvo un ancho de aproximadamente 90 kilómetros, el día se volvió noche. Así, durante unos pocos minutos, la Luna cubrió por completo al Sol. La duración máxima de la totalidad fue de 2 minutos y 10 segundos, pero el tiempo total de las fases del espectáculo espacial fue de unas tres horas.
Esta increíble franja en Argentina atravesó las localidades cordilleranas de Junín de los Andes, Malleo, Pilolil, Aluminé, Estancia San Ignacio, Las Coloradas, Sañico, Estancia La Negra, Zaina Yegua, Piedra del Águila y Bajada Colorada en la provincia de Neuquén. Y El Cuy, Sierra Colorada, Ramos Mexia y Valcheta, en la línea sur de la provincia de Río Negro. Y las localidades de San Antonio, Las Grutas y El Cóndor, ubicadas en la costa atlántica rionegrina.
Y astrónomos de todo el mundo, astrofotógrafos, físicos y miles de personas pudieron seguir en vivo la observación. Es sabido que en cada eclipse, los científicos aprovechan la ocasión para estudiar en detalle la corona solar, esa especie de “atmósfera” del Sol que es imposible observarla a simple vista o con telescopios, a menos que haya un eclipse solar total, como el que tuvo lugar hoy. Esta corona solar es una región de violentas explosiones que lanzan plasma, un gas súper caliente y con carga electromagnética que conforma la atmósfera exterior del Sol.
Durante un eclipse solar total, la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando su intenso brillo y permitiendo observar la corona que lo rodea. Se trata del momento cumbre del espectáculo astronómico, donde durante unos 2 minutos puede verse un anillo blanco en el cielo. Allí, los científicos aprovechan esos instantes para estudiar la estructura de la atmósfera del Sol y analizar su evolución. Esta misteriosa corona solar es uno de grandes enigmas de la astronomía ya que es mucho más caliente que la superficie del Sol. Mientras la superficie solar supera los 5.500 Cº, la corona puede alcanzar una temperatura 400 veces mayor.
“El eclipse de Sol es una oportunidad única para estudiar a nuestra estrella, fuente de vida en la Tierra. Y este eclipse en particular es muy esperado ya que se trata de uno total, lo que permitirá a los científicos estudiar la corona solar, esa ‘atmósfera’ que tiene nuestro astro rey”. Además de la corona, también se pueden estudiar las líneas de campo magnético del Sol, que son las que dominan el viento solar que llega a la Tierra”, explicó a Infobae el doctor en Astronomía Juan Facundo Albacete Colombo, investigador independiente del Conicet, cuya especialidad de estudio es la astrofísica de altas energías. “La corona solar no es fácilmente observable y se lo hace en forma parcial con sondas espaciales. El eclipse total es la oportunidad para verlo en forma completa para ver la corona y estudiar las radiaciones que emanan de la misma”, agregó Albacete Colombo que tuvo la oportunidad de observar el eclipse en la localidad de El Cóndor en Río Negro.
“Fue una experiencia muy movilizante. El día arrancó con muchas nubes y mucha incertidumbre. Había mucho viento del sudoeste que provenía desde el mar. Pero el cielo se abrió antes del eclipse. A las 13.23 tuvimos la totalidad, que fue una cosa increíble, que me hizo entender por qué las personas se trasladan miles de kilómetros para observarlo y vivirlo”, agregó el experto. “Hay mucha dispersión de luz. Se pudo ver también a Venus, algunas estrellas y varios satélites. Lo más impactante era ver en el horizonte, en los 360 grados, un atardecer único. Los atardeceres siempre tienen una sola intensidad hacia el oeste. Pero aquí era atardecer simétrico en todo el horizonte. Estábamos dentro de una sombra circular”, completó Albacete.
Susana Pedrosa es doctora en Física y trabaja en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio. Desde una estación de servicio de Ramos Mexía, cerca de la localidad de Valcheta, en Río Negro explicó por teléfono a Infobae su experiencia al observar el eclipse solar total.
“Todavía estoy emocionada”, dijo Pedrosa cuando ya habían pasado dos horas del eclipse. “Estuvo increíble y fue muy hermoso. Al principio lo vivimos con muchos nervios, porque el cielo estaba nublado y no había buen pronóstico de observación. Pero a 10 minutos del comienzo de la totalidad, el cielo se despejó y pudimos ver el eclipse solar total en toda su dimensión. Fue una sensación muy sobrecogedora. No se hizo de noche total, pero fue un anochecer de un color azul especial, donde se podían ver las estrellas y planetas en pleno día”, afirmó la especialista, que contó que también pudo compartir la experiencia con la gente que se acercaba a ver por su telescopio y con los anteojos especiales que habían repartido.
“Durante el eclipse total de sol, se puede ver la corona solar y su estructura, que sigue las líneas de campo magnéticos y si hay fenómenos de actividad solar, se podrán ver en el limbo protuberancias. También la cromósfera, una capa solar más baja que la corona y de color rojizo”, y ya fuera de lo que es la estructura solar “el fenómeno de las perlas de Baily, que ocurre cuando los últimos rayos de Sol pasan por los valles del limbo lunar”, explicó el investigador Independiente del CONICET en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (CONICET-UBA) y presidente de la Asociación Argentina de Astronomía, Leonardo J. Pellizza.
“El eclipse afecta el comportamiento de los animales, sobre todo los que tienen hábitos circadianos debido a la repentina falta de luz y la temperatura disminuye por la falta de radiación solar en la zona del eclipse total, se levanta una suave brisa”, resaltó. Se trata de “un simple fenómeno geométrico, que se repite por la regularidad de las órbitas terrestre y lunar. Esto muestra la existencia de leyes que gobiernan los fenómenos naturales, que son las que busca revelar la ciencia”, señaló Pellizza. Un espectáculo único que habrá que esperar hasta el 4 de diciembre 2021 para que se repita, y que ocurrirá en la Antártida Argentina.
Los investigadores explican al eclipse solar total en relación con los tamaños del Sol y la Luna y su distancia de nuestro planeta.”El Sol es 400 veces más grande que la Luna y se encuentra aproximadamente 400 veces más lejos de la Tierra. Debido a esta coincidencia, la Luna parece lo suficientemente grande como para cubrir el Sol por completo durante el eclipse total de Sol”, explicó a Infobae el licenciado Mariano Ribas, coordinador del Área de Divulgación Científica del Planetario de la Ciudad de Buenos Aires, Galileo Galilei.
Una de las curiosidades que presentan los eclipses solares totales es que, según afirman los científicos, no serán por siempre. Debido a que la Luna se aleja todos los años 3,8 centímetros de la Tierra, dentro de un milenio la circunferencia lunar no llegará a tapar por completo el disco del Sol, por lo que en la Tierra no se podrán observar más los espectaculares eclipses solares totales.
Según explicó la NASA, la fuerza gravitatoria del planeta se vio afectada por la posición de la Luna, entre la Tierra y el Sol. Hoy nuestro planeta estuvo a 147,2 millones de kilómetros del astro, y a 361.758 mil kilómetros del satélite. Así, según la ley de gravedad, la agencia espacial calculó los efectos de estos factores en el peso de una persona de 80 kilos.
“La Tierra aporta 784,1 newtons de fuerza (cerca de 79 kilos), la Luna aporta 0,0029 newtons (0,02 kg) y el Sol, 0,4633 newtons (0,45 kg). Pero como la Tierra también rota, aporta una fuerza centrífuga ‘anti-gravedad’ que se puede calcular”, indicaron los expertos. Tras combinar estos puntos en la ecuación correspondiente, la NASA concluyó: “¡Serás 1,8 libras (0,77 kilos) más liviano!”. La cifra variará proporcionalmente según el peso de cada persona, pero muchos tendrán algún motivo para alegrarse, al menos por un instante.
Los especialistas añadieron que cuando la Tierra, la Luna y el Sol están en la misma línea, la superficie terrestre se eleva unos 40 milímetros en buena parte del mundo. Si bien no se podría decir que uno es más alto, la agencia señaló: “Siéntete libre se creer que estás 40 milímetros más cerca del Sol”.
Pero el eclipse solar total también tendrá efectos imperceptibles, como la pérdida repentina de la radiación ultravioleta extrema del Sol, que genera la capa ionizada de la atmósfera de la Tierra, llamada ionosfera. Esta región en constante cambio crece y se reduce según las condiciones solares. “El eclipse apaga la fuente de radiación de alta energía de la ionosfera”, explicó Bob Marshall, científico espacial de la Universidad de Colorado Boulder e investigador principal de uno de los estudios. “Sin la radiación ionizante, la ionosfera se relajará, pasando de las condiciones diurnas a las nocturnas y luego volverá después del eclipse”, agregó.
“Así, se puede saber exactamente cuánta radiación solar está bloqueada, el área de tierra sobre la que está bloqueada y por cuánto tiempo”, precisó Phil Erickson, investigador principal en el Observatorio Haystack del Instituto de Tecnología de Massachusetts en Westford. Según los datos recabados por el eclipse solar total ocurrido en 2017 en EEUU, la NASA explica que lógicamente hay una disminución de la temperatura por unos breves minutos. Dicho descenso equivale a la diferencia de temperatura que existe entre el día y la noche en esa época del año, para ese lugar. De tal modo, la baja puede rondó entre los 3ºC y 5ºC.
Otra de las modificaciones ligadas a la variación de la temperatura es el cambio de dirección y velocidad del viento, tal como reveló una investigación de la Universidad de Reading (Reino Unido). Esto sucede debido a que el aire caliente deja de elevarse desde el suelo y se extiende durante el transcurso del eclipse. El fenómeno astronómico también repercutirá en el estado y percepciones de animales y plantas, ya que por breves minutos estarán desconcertados al producirse una oscuridad similar a la del anochecer, para luego volver a ser de día.
Un eclipse solar total ocurre cada 18 meses en algún lugar del mundo, pero pueden pasar muchos años antes de que pueda suceder en el mismo lugar. De hecho, para que vuelva a pasar por la Argentina habrá que esperar hasta el año 2048.
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