Una vez más la polémica se instaló en relación a un desencadenante o una consecuencia de la enfermedad COVID-19. En esta ocasión, la afección que se encuentra en la lupa de la comunidad científica es el mal de Parkinson, dado a que científicos evalúan si el COVID-19 se relaciona con esta enfermedad.
Ahora, un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista científica The Lancet se dedicó a estudiar esta relación. En el documento, los autores, el investigador argentino de Fleni (reconocida institución dedicada a la Neurología, Neurocirugía y Rehabilitación) Marcelo Merello, el neurólogo inglés Kailash Bhatia y el científico español pionero en la temática José Obeso explicaron que durante la pandemia, “ha quedado claro que el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) no solo causa enfermedades respiratorias, sino que puede afectar múltiples órganos y tejidos”. Es de destacar la afectación del Sistema Nervioso Central (SNC) y el Sistema Nervioso Periférico (SNP), y el hecho de que esta afectación es independiente de la gravedad de la enfermedad respiratoria”.
“Complicaciones neurológicas agudas y subagudas de infecciones por SARS-CoV-2 se informan hasta en el 85% de los pacientes, incluidos aquellos con COVID-19 grave, pero también en personas mínimamente sintomáticas o asintomáticas. Hasta el 65% de las personas con COVID-19 presentan hiposmia, que también es un síntoma premotor común en la enfermedad de Parkinson. Este síntoma, sumado al hecho de que se ha informado parkinsonismo después de COVID-19, ha llamado la atención de la comunidad médica sobre el vínculo hipotético entre la infección por SARS-CoV-2 y la enfermedad de Parkinson”, advierten, en el paper científico al que Infobae accedió en exclusiva.
Según detallan, “hasta ahora, se han reportado tres casos de parkinsonismo después de la infección por SARS-CoV-2. En este sentido, sus detalles clínicos son importantes para evaluar si el parkinsonismo está relacionado causalmente con COVID-19. Los tres pacientes son relativamente jóvenes (dos hombres de 45 y 58 años y una mujer de 35 años). Los hombres tenían hipertensión y tomaban inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA), y el hombre más joven también tenía asma, mientras que la mujer estaba sana antes de la infección”.
Hay un dato que desconcierta a los científicos en relación a la anosmia o pérdida de olfato: En dos casos (un hombre y una mujer), el sentido del olfato se vio afectado. Ninguno de los pacientes varones tenía una causa monogénica o una predisposición genética conocida para la enfermedad de Parkinson, mientras que las pruebas genéticas no se realizaron en la paciente mujer. El inicio fue agudo en los tres casos (10 a 32 días después del diagnóstico de COVID-19); un paciente (el varón de 58 años) desarrolló un síndrome rígido acinético en el contexto de una presentación neurológica compleja compatible con encefalopatía, que incluía mioclonías y opsoclonos, mientras que los otros dos pacientes presentaban rasgos acinéticos rígidos asimétricos puros, con temblor y enfermedad respiratoria leve. “Se informó una mejoría espontánea en este paciente, sin respuesta a un desafío agudo con apomorfina; el paciente femenino respondió al tratamiento con levodopa a corto plazo, mientras que el paciente masculino más joven tuvo alguna mejoría después del tratamiento con un agonista de la dopamina y anticolinérgicos. La neuroimagen nigroestriatal funcional fue anormal en los tres casos, lo que implica deterioro nigroestriatal dopaminérgico, pero no es un diagnóstico de la enfermedad de Parkinson”, resaltan los expertos en esta enfermedad.
La incertidumbre sobre el estado neurológico de estos pacientes antes de la infección es un tema crucial con respecto a la posibilidad de que sus casos revelen el desenmascaramiento de la enfermedad de Parkinson preclínica subyacente. En los informes de dos de los casos (los pacientes masculinos), los autores declaran explícitamente que no tenían antecedentes de trastorno del comportamiento del sueño de movimientos oculares rápidos (REM) o hiposmia antes de la infección. El inicio agudo y la asociación con la infección por SARS-CoV-2 plantean la posibilidad de que estos casos puedan representar un síndrome parkinsoniano post o parainfeccioso, como se informó anteriormente después de otras infecciones virales. Por lo tanto, la evidencia de estos tres casos es demasiado limitada para vincular la infección por SARS-CoV-2 con el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Para los neurólogos que redactaron el informe publicado este viernes en The Lancet, “es bien conocida la aparición de parkinsonismo transitorio o permanente después de una infección viral. En estos casos, el parkinsonismo puede ocurrir a través de diferentes mecanismos: 1) daño estructural y funcional de los ganglios basales que involucra principalmente a la sustancia negra pars compacta y proyección dopaminérgica nigroestriatal; 2) inflamación extensa o incluso lesión cerebral hipóxica en el contexto de una encefalopatía; 3) desenmascaramiento de la enfermedad de Parkinson subyacente pero aún asintomática; o 4) la posibilidad hipotética de que una infección viral pueda desencadenar una serie de procesos que resulten en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson a largo plazo en individuos con susceptibilidad genética. En cada uno de estos casos, existen diferencias clínicas y anatomopatológicas fundamentales”.
El autor del artículo, el doctor Marcelo Merello, es el jefe de Movimientos Anormales de Fleni. Nacido en Argentina en 1961, el Dr. Marcelo Jorge Merello se graduó de Médico en la Facultad de Medicina de Bs As, donde más tarde realizó su doctorado. Realizó su residencia en CEMIC. Su carrera neurológica comenzó en Fleni y en el Methodist de Baylor, USA. Más tarde se desempeño como fellow de neurología del National Hospital Queen Square, Londres (UK) y como Senior Research Registrar en Middlessex Hospital Londres (UK). Es Profesor titular de Enfermedades Neurodegenerativas en la Universidad Catolica de Buenos Aires, Investigador Clinico del CONICET, docente de de la UBA y Director de Neurociencias de Fleni. Fue galardonado por The Michel J Fox foundation, con un Word Scientific Award por su trabajo sobre los síntomas no-motores de la Enfermedad de Parkinson. Pionero de la cirugía funcional de movimientos anormales en Latinoamérica.
Ha escrito más de 130 trabajos en revistas internacionales y más de 30 capítulos de libros. Más de 300 presentaciones en congresos internacionales y ocho libros entre ellos para prestigiosas editoriales como Cambridge University Press (UK), Demos (US), Elsevier (Holanda) y Random House. Ha integrado varios comités editoriales de prestigiosas revistas donde actualmente actúa como revisor. Es integrante del Comité educativo Internacional y co-director del programa de educación médica continua (CME) de la Sociedad mundial de Parkinson y otros movimientos anormales. Es miembro de varios comités y paneles de expertos internacionales sobre Cirugia de Parkinson, Estimulacion cerebral profunda y usos de neurotoxinas para el tratamiento de enfermedades neurológicas. Es editor en Jefe de la Revista Movement Disorders Clinical Practice editada en los Estados Unidos por Jhon Wiley and son.
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