Luego de que la semana pasada se conocieran resultados preliminares de la Fase III de las vacunas de Pfizer y del Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, hoy lunes fue el turno del laboratorio Moderna de brindar información sobre el curso de su ensayo.
Según se supo, la compañía estadounidense informó que su fórmula de vacuna contra el COVID-19 mostró una eficacia de 94,5% en los resultados preliminares de la Fase III de estudios, un nuevo rayo de esperanza en la lucha contra la pandemia.
Para el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) “es una muy buena noticia porque demuestra datos más robustos en más de 30 mil pacientes”. “Lo que están mostrando las vacunas de las que van apareciendo los datos es que están en un rango de alta eficacia”, insistió en diálogo con Infobae el vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica.
Y tras asegurar que “se esperaba que una vacuna para ser aprobada tenga un 50% de eficacia y de esa manera controlar la pandemia con un 70% de la población vacunada”, destacó el hecho de que “ahora con vacunas que demuestran una efectividad de más del 90% posiblemente se necesite mucho menos porcentaje de inmunización para controlar la situación sanitaria del planeta”.
En la misma línea, el médico infectólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Omar Sued (MN 91262) consideró ante la consulta de este medio que “es una muy buena noticia tener una vacuna más que muestra una eficacia tan alta”. Y explicó: “Lo que se anunció significa que solamente cinco de 95 personas que tuvieron COVID-19 entre las 30 mil personas vacunadas estaban en el grupo de vacuna; el resto pertenecía al grupo de placebo y de ahí se calcula más de 90% de eficacia”.
“Hay que seguir esperando que completen los criterios mínimos para la aprobación”, sostuvo, al tiempo que acerca de la tecnología utilizada destacó: “Es similar a la de Pfizer, la misma plataforma y alguna de las dificultades logísticas que implica, pero por lo demás es una muy buena noticia”.
La vacuna de la compañía de Cambridge, Massachusetts, está entre las 11 candidatas en las últimas etapas de pruebas alrededor del mundo, cuatro de ellas en enormes estudios en los EEUU.
La candidata mRNA-1273 de Moderna codifica la proteína de pico de SARS-CoV-2, de perfusión estabilizada. Utiliza ARN mensajero sintético (ARNm) que se administra a través de una nanopartícula lipídica para imitar la superficie del coronavirus y enseñar al sistema inmune a reconocerlo y neutralizarlo.
De todas las candidatas, la misma que utiliza este tipo de tecnología es la de Pfizer. Sin embargo, Moderna parece haber obtenido una ventaja significativa con respecto a la temperatura necesaria para almacenar las ampollas. Y es que dada la inestabilidad del ARN, existe un límite de temperatura a partir del cual la vacuna se degrada. En el caso de la vacuna de Moderna, necesita un almacenamiento y un transporte a -20 ºC. La buena noticia es que, de acuerdo a los científicos detrás de la vacuna, sus dosis pueden durar más tiempo en un refrigerador de lo que se pensaba inicialmente, hasta 30 días, lo que facilitaría notablemente la logística de distribución.
Respecto del rol de la vacuna en el control de la pandemia, Debbag consideró que “se sabe que la pandemia no se controla con las primeras vacunas sino en el tiempo” y en ese sentido señaló: “Las vacunas al principio es esperable que reduzcan la mortalidad y las complicaciones en las personas de riesgo, pero la pandemia con esta vacuna o con cualquiera se va a controlar en el segundo semestre del año próximo o comienzos de 2022”.
La vacuna de Moderna está siendo estudiada en 30 mil voluntarios. Entre los 11 casos graves de las 95 infecciones, todos pertenecían al grupo de placebo. Además, no se detectaron problemas de seguridad significativos.
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