Con variaciones mínimas, la misma secuencia se está repitiendo en muchas partes del mundo. Un paciente llega a un hospital con síntomas de COVID-19. Es internado y, luego de varios días o incluso semanas, se recupera y recibe el alta. Transcurridas otras semanas, a pesar de no tener ningún síntoma, le vuelven a hacer la prueba y sigue dando positivo.
A ocho meses de la pandemia, los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el alta hospitalaria o la interrupción de la cuarentena de COVID-19 son claros: se debe cumplir una cuarentena en aislamiento para cortar con la cadena de contagio. Sin embargo, los datos muestran que algunos pacientes dan positivo en el frotis nasofaríngeo después de ser declarados recuperados y, por lo tanto, el momento adecuado para finalizar la cuarentena de COVID-19 sigue sin determinarse.
En este contexto, un estudio publicado en el American Journal of Preventive Medicine, reveló que 1 de cada 5 pacientes recuperados de COVID-19 da positivo nuevamente en el PCR, lo que indica que aún estando de alta, sigue siendo portador del virus.
Para llevar a cabo la investigación se inscribieron un total de 131 personas que se recuperaron oficialmente del COVID-19. A todos los pacientes se les realizó la prueba del virus SARS-CoV-2 con pruebas de RT-PCR de ácido nucleico. El análisis se realizó en junio de 2020.
Las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa, conocidas como PCR, son las pruebas más comunes y precisas para determinar si alguien está infectado actualmente con el nuevo coronavirus. La “Reacción en Cadena de la Polimerasa”, es una prueba de diagnóstico que permite detectar un fragmento del material genético de un patógeno. En la pandemia de coronavirus, como en tantas otras crisis de salud pública relacionadas con enfermedades infecciosas, se está utilizando para determinar si una persona está infectada o no con coronavirus.
De los 131 pacientes que repitieron el frotis nasofaríngeo, 22 pacientes (16,7%) dieron positivo nuevamente. Dentro de este grupo, algunos síntomas que presentaban eran la fatiga (51%), disnea (44%) y tos (17%) que todavía estaban presentes en un porcentaje significativo de los pacientes. La probabilidad de dar positivo en la prueba de infección por SARS-CoV-2 fue significativamente mayor entre los participantes con dolor de garganta persistente y síntomas de rinitis.
Los investigadores explicaron que existe evidencia evidencia suficiente sobre la infección por SARS-CoV-2 y COVID-19 y que de hecho aumenta cada día, y que por ende, las nuevas pautas sobre los criterios de recuperación continuarán cambiando. En la práctica clínica, es urgente contar con criterios para identificar a los pacientes que, aunque declarados recuperados, continúan dando positivo. Si los pacientes continúan teniendo síntomas potencialmente relacionados con COVID-19, como dolor de garganta o rinitis, es razonable tener cuidado al evitar el contacto cercano, usar una mascarilla y posiblemente repetir un PCR.
¿Cómo funciona el test PCR? El hisopo con la muestra se almacena en un tubo o vial estéril y luego se envía a un laboratorio que tiene acceso a un kit de prueba. Allí, técnicos de laboratorio capacitados extraen cualquier información genética de la muestra. El material genético purificado se mezcla con materiales, incluidos algunos derivados del propio coronavirus, que se conocen como reactivos.
La solución completa se coloca en una máquina de prueba del tamaño de una tostadora. Si la muestra de un paciente contiene coronavirus, el material genético del virus se amplificará y la máquina arrojará un resultado positivo. Y si la muestra no tiene coronavirus, habrá un resultado negativo. Generalmente, todo el proceso se puede medir en días, aunque el tiempo para obtener un resultado es más corto si los hospitales o clínicas tienen kits de prueba internos.
La técnica permite luego de seis a ocho horas detectar un fragmento del material genético del patógeno para el diagnóstico de la enfermedad. No se mide la carga viral, sino la presencia o ausencia de virus, que se informa en el resultado: positivo o negativo.
Sobre los problemas que plantea esta metodología se destaca en primer lugar que la implementación inicial de la prueba de PCR de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos estuvo plagada de problemas que retrasaron la respuesta temprana de ese país. Si bien ese problema ya se ha solucionado, provocó un retraso en las pruebas desde el principio.
El momento en el que una persona deja de contagiar
En este sentido, una investigación científica realizado por las clínicas Charité de Berlín, Schwabing de Múnich y por el Instituto de Microbiología del ejército alemán, determinó que en los primeros días de infección, el virus se concentra en la nariz y boca. También se demostró en estos pacientes el momento exacto en el que ya no supone un riesgo darlos de alta, debido a que no contagiarían, y esto permitiría liberar camas en las Unidades de Terapia Intensiva (UTI) de los hospitales.
Los científicos alemanes llegaron a la conclusión después de haber estudiado a estos primeros afectados por el COVID-19 que dejan de ser contagiosos cuando las muestras que se le extraen del área nasofaríngea y de los fluidos expulsados al toser, es decir las gotículas de flush, presentan menos de 100.000 copias del genoma del virus. En la mayoría de los casos, observaron que la carga viral en la faringe se reducía notablemente pasada la primera semana de la enfermedad, aproximadamente en el octavo día, mientras que en los pulmones unos días más tarde.
SEGUÍ LEYENDO