La lesión cardíaca con implicaciones pronósticas negativas concomitantes es común entre los pacientes hospitalizados con infección por COVID-19. Así lo señala un nuevo análisis especial de JAMA Cardiología, prestigiosa revista científica especializada en la medicina del corazón, reconocida a nivel mundial por los profesionales de la salud.
De acuerdo a los autores, Jonathan Kim, Benjamin Levine y Dermot Phelan, “no se sabe si la lesión cardíaca, incluida la miocarditis (inflamación del músculo cardíaco), también ocurre con la infección por COVID-19 asintomática o de gravedad leve y existe una preocupación constante sobre la patología cardíaca asociada a COVID-19 entre los atletas porque la miocarditis es una causa importante de muerte cardíaca súbita durante el ejercicio”.
Según especifica el documento, antes de la relajación de las órdenes de quedarse en casa en los EE. UU., la Sección de Cardiología de Deportes y Ejercicio del Colegio Americano de Cardiología aprobó recomendaciones de consenso empírico que aconsejaban un enfoque conservador de cara al regreso al juego, que incluía la estratificación del riesgo cardíaco, para los atletas en deportes competitivos que se han recuperado de COVID-19.
Los datos de observación emergentes, junto con informes ampliamente publicitados de atletas en deportes competitivos con patología cardíaca asociada a COVID-19, sugieren que puede ocurrir lesión miocárdica en casos asintomáticos y de gravedad leve. En ausencia de datos definitivos, existe una incertidumbre constante sobre el enfoque óptimo para la estratificación del riesgo cardiovascular de los atletas en deportes competitivos después de la infección por COVID-19.
El informe fue diseñado para abordar las preguntas más comunes con respecto a COVID-19 y patología cardiaca en atletas en deportes competitivos, -explica el paper científico de JAMA- incluida la extensión de las consideraciones sobre el regreso al juego a poblaciones discretas de atletas que no se abordaron en recomendaciones anteriores. Actualmente se están recopilando datos de registros multicéntricos que documentan los resultados cardiovasculares entre atletas en deportes competitivos que se han recuperado del COVID-19 para determinar la prevalencia, la gravedad y la relevancia clínica de la patología cardíaca asociada al nuevo coronavirus y la eficacia de la estratificación del riesgo cardiovascular dirigida. Mientras esperamos estos datos críticos, las primeras experiencias en la supervisión clínica de los atletas después de la infección por COVID-19 brindan una oportunidad para abordar áreas clave de incertidumbre relevantes para los médicos de cardiología y medicina deportiva.
Lo que se sabe
Los efectos de la infección por COVID-19 en el corazón para personas con síntomas leves o sin síntomas son amplios. Los síntomas que definen el COVID-19 leve incluyen fatiga inespecífica y autolimitada; anosmia (pérdida de olfato) o ageusia (falta de gusto); náuseas, vómitos y/o diarrea; dolor de cabeza; tos; dolor de garganta; y congestión nasofaríngea.
La progresión a enfermedad moderada o grave y la posible necesidad de hospitalización se caracterizan por la aparición de síntomas sistémicos: fiebre persistente con una temperatura mayor a 38°C o escalofríos, mialgias (dolor muscular), letargo severo e hipoxia (falta de aire) o neumonía y/o cardiovasculares con síntomas como disnea y dolor en el pecho, opresión o presión en reposo o durante el esfuerzo. En pacientes hospitalizados con COVID-19 moderado o grave, particularmente entre aquellos con enfermedades CV subyacentes, la lesión cardíaca es común, presente en más del 20% de los casos.
De acuerdo a lo aportado por los cardiólogos, “la patogenia de la lesión cardíaca por COVID-19 es variable, con evidencia inconsistente de invasión viral directa de miocitos. En casos del nuevo coronavirus leve o asintomático, la prevalencia y las implicaciones clínicas de las secuelas cardiovasculares (CV) patológicas siguen siendo desconocidas”.
Los informes de presunta miocarditis entre varios atletas con perfiles altos han aumentado las preocupaciones sobre las secuelas cardiovasculares de COVID-19 en los atletas. “Nuestra experiencia combinada sugiere que la mayoría de los atletas afectados con el virus SARS-CoV-2 son asintomáticos a levemente enfermos y, hasta la fecha, la estratificación del riesgo post enfermedad ha producido pocos casos de patología cardíaca relevante. Sin embargo, subrayamos que estas observaciones pueden no reflejar la verdadera prevalencia y el pronóstico concomitante de la afectación CV de COVID-19 en los atletas”, advirtieron los investigadores.
Finalmente, en las conclusiones resaltan: “La naturaleza dinámica de la pandemia de COVID-19 ha supuesto un estrés considerable para los profesionales de la medicina deportiva y la cardiología deportiva, en donde mientras esperamos colectivamente datos críticos para avanzar en nuestra comprensión de los resultados del nuevo coronavirus en los atletas, es de suma importancia que no perdamos de vista el valor de la planificación de acciones de emergencia cuidadosamente ensayada que garantice una respuesta oportuna al atleta que ha colapsado. con terapia de desfibrilación externa automatizada disponible de inmediato”.
“A lo largo de todas las etapas de la pandemia de COVID-19 y más allá, el riesgo de resultados cardiovasculares adversos durante el atletismo persistirá a pesar de las mejores prácticas de detección de CV, y las iniciativas de planificación de acciones de emergencia representan nuestra mejor estrategia para salvar vidas. Para proceder con seguridad con el deporte durante la pandemia de COVID-19, las piezas críticas en las que debemos centrarnos no han cambiado. Se debe priorizar el énfasis en la salud pública, la supresión de la propagación viral, un mayor acceso a las pruebas y, en última instancia, la vacunación. Estos mandatos fundamentales de salud pública, junto con la dedicación a la planificación de acciones de emergencia y la ciencia colaborativa, son todos necesarios para proteger el corazón atlético”, recomiendan.
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