El aumento de la audiencia de televisión infantil comenzó a fines de la década de 1990 y se ha convertido en un hecho cada vez más común. Hoy en día, más del 90% de los niños comienzan a ver televisión regularmente antes de los 2 años a pesar de las recomendaciones en sentido contrario.
Una decena de estudios médicos se dedicaron a preguntarse so deberían los bebés mirar televisión y DVD. Aún es una pregunta compleja de responder, pero los datos obtenidos coinciden en destacar la importancia de que los bebés aprendan a mirar. Un 43% de los niños menores de 2 años ven la televisión a diario y casi uno de cada cinco (18%) ve vídeos o DVDs todos los días, según un estudio de la Kaiser Family Fundation. En EEUU, el 75% de los niños de 3 años tienen su propio dispositivo móvil y los de entre 8 y 18 años pasan una media de 9 horas al día delante de una pantalla.
Durante la niñez, un período pico de desarrollo neurocognitivo, una mayor exposición a la estimulación sensorial a través del uso de la pantalla táctil, puede influir en el desarrollo del control de la atención. Si bien se ha planteado la hipótesis de que el flujo de información sensorial no contingente y rápidamente cambiante de la televisión conduce a dificultades para enfocar la atención voluntariamente, los entornos sensoriales contingentes y cognitivamente exigentes de los videojuegos “pueden mejorar el procesamiento visual y la atención”, indicaron especialistas de la Universidad de Londres en un reciente documento publicado en la revista científica JAMA, centrado en el modo en que los bebés fijan la mirada. El uso de la pantalla táctil para niños pequeños implica tanto atención exógena, impulsada por características audiovisuales destacadas, como control endógeno / voluntario, por ejemplo, selección de videos y uso de aplicaciones.
David Hill, vicepresidente de la Clínica Pediátrica Cape Fear en Wilmington, NC y es profesor auxiliar de pediatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte indica que “el entretenimiento digital es como comida chatarra mental para bebés y niños pequeños”. El profesional asegura que es común en su consulta hallar padres que indican que a sus bebés les gusta mirar pantallas. “Ellos pueden mirar fijamente a los colores brillantes y al movimiento en la pantalla, pero sus cerebros no son capaces de discernir o darle significado a todas esas extrañas imágenes -indica-. Toma por lo menos 18 meses al cerebro del bebé poder desarrollarse al punto de entender que los símbolos de la pantalla representan o tienen un equivalente en el mundo real”.
Los que los bebés y los niños pequeños necesitan más para aprender es la interacción con las personas que los rodean. Esto no quiere decir que no deban usar el videochat con un abuelo que vive lejos, pero en lo que se refiere al aprendizaje diario, necesitan tocar las cosas, sacudirlas, tirarlas y lo que es más importante ver las caras y oír las voces de aquellos que más lo quieren, afirman los especialistas de Gran Bretaña. “Las aplicaciones les pueden en enseñar a puntear, tocar y a pasar los dedos por la pantalla, pero los estudios de investigación nos dicen que estas destrezas no traducen al aprendizaje del mundo real”, completa Hill.
Los daños irreversibles
Dimitri Christakis, director del Centro de Salud, Comportamiento y Desarrollo Infantil del Children Seattle Hospital, es uno de los mayores estudiosos del mundo experto en el efecto de las pantallas sobre los niños. El sostiene sistemáticamente en cada una de sus presentaciones que ”nacemos con un cerebro sin desarrollar, y durante los dos primeros años aumenta el triple su tamaño, y lo hace como respuesta directa a la estimulación externa. Por eso nos preocupa tanto la sobreestimulación de un cerebro en desarrollo, ya que puede acortar el periodo de atención”.
La OMS recomienda que entre los dos y los cinco años los niños usen esos dispositivos como mucho una hora al día. Si es menos, mejor, indica en una serie de recomendaciones que emitió por primera vez en torno a esta problemática. Para elaborarlas, ha tomado en cuenta 277 artículos médicos y 10 estudios en cinco países con casi 7500 participantes. La guía ofrece recomendaciones sobre el tiempo de juego y de sueño y para reducir el sedentarismo. “Lo que de verdad tenemos que hacer es que los niños vuelvan a jugar”, explica la doctora Juana Willumsen, responsable de obesidad infantil y actividad física para niños de la entidad.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) coincide en alertar que hasta los dos años no deben estar expuestos a estos dispositivos, mientras que entre los dos y cinco años el máximo aceptable es una hora diaria, siempre con contenidos de alta calidad didáctica, apropiados para su edad y acompañados por un adulto responsable.
“Por ‘pantallas’ nos referimos a cualquier dispositivo electrónico digital que proyecte imágenes, como televisores, computadoras, tablets, teléfonos celulares y videojuegos, entre otros. Lamentablemente, su uso comienza cada vez a edades más tempranas, a pesar de las recomendaciones actuales al respecto”, explicó el médico pediatra Nicolás Cacchiarelli, prosecretario del Comité de Crecimiento y Desarrollo de la SAP.
“A los niños menores de 2 años -revela el informe emitido en Londres- se les hace difícil comprender lo que ven en las pantallas y relacionarlo con el mundo que los rodea; en cambio, aprenden y crecen cuando juegan e interactúan con adultos y niños, explorando el mundo real”.
El más grande estudio, en términos de muestra y tiempo, ha sido desarrollado por una serie de profesionales canadienses que siguió a 2.400 niños mostró que cuanto mayor es el tiempo pasado delante de pantallas a los dos años, peor era el desempeño a los cinco años. Este examen analiza su progreso en cinco dominios clave: comunicación, habilidades motoras (gruesas y finas), resolución de problemas y habilidades sociales. “Para medir la comunicación en un niño de tres años, por ejemplo, preguntamos si puede formar una oración de cuatro palabras o identificar las partes más comunes del cuerpo”, explica la psicóloga Sheri Madigan, a cargo del grupo de profesionales que trabajaron en el documento. Añade otros ejemplos, de las 30 pruebas realizadas: “Para las habilidades motoras, observamos si un niño puede ponerse caminar en una pierna o poner cuentas en una cuerda”.
La Asociación Americana de Pediatría recomienda que los padres establezcamos “zonas libres de pantallas” en el hogar, asegurándonos de que no haya televisión, ordenador o videojuegos en los dormitorios de los niños, y apagando la televisión durante las comidas. Hasta los dos años cero pantallas y los niños y adolescentes deberían usar estos medios durante no más de una o dos horas diarias, y siempre con contenidos de alta calidad. Además, nos insta a asegurarnos de que nuestros hijos emplean su tiempo en juegos al aire libre, lectura, aficiones y uso de su imaginación en situaciones de juego libre.
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