“¿Voy a pasar de grado? ¿Vamos a volver al colegio el año que viene o alguna vez? ¿Y la colonia de verano? ¿Vamos a tener que usar el barbijo para siempre? ¿Cuando puede venir mi amigo a dormir a casa? ¿Voy a volver a ver a los abuelos?”
La llegada de la pandemia significó que el mundo se paralizará. Sin embargo, son los más chicos los que carecen, a diferencia de los adolescentes y adultos, de redes de contención. Su único apoyo es su familia, que al mismo tiempo está atravesando esta situación extraordinaria.
Han pasado casi seis meses desde que Argentina está bajo cuarentena, y una de las primeras medidas que tomaron desde el Gobierno fue la de suspender las clases para así evitar la propagación del virus. Pero, ¿cómo están hoy los más chicos?
“Es cierto que la mayoría de los chicos está más aislado de sus amigos, ya que no se están viendo cotidianamente y los diálogos que tienen se focalizan generalmente en los juegos que comparten. Poco hablan de sus sentimientos, en general, entre ellos. Al haber perdido su rutina, su mundo se reduce a la convivencia con los miembros de cada familia que, a su vez también están atravesados por este contexto y la mayoría trabajando. Con lo cual a veces la disponibilidad para con sus hijos está limitada”, comentó a Infobae la licenciada en Psicología Lorena Ruda (MN 44247).
De acuerdo a la especialista, hay niños que están muy ensimismados y que ya no tienen ganas de salir ni siquiera cuando hay alguna propuesta al aire libre: “Les está costando salir de la casa y se están acostumbrando a esta nueva normalidad en donde el contacto con otros sea la mínima. Se encuentran aburridos y poco entusiasmados para hacer cosas nuevas o salir del aburrimiento".
¿En qué los diferencia con los adolescentes? “También fue muy complicado para esta generación, ya que al igual que a todos, esto impacto en los estados de ánimos. Muchos se deprimen y tardan días en bañarse, están mucho tiempo con las pantallas. Hoy la relación entre ellos está posibilitada gracias a las redes y la tecnología a diferencia de los más chicos que deben ser asistidos por sus padres para poder conectarse”, apuntó la especialista.
"Las pantallas son su principal entretenimiento. A veces están de malhumor y bastante irascibles. Es necesario en estos casos encontrar momentos de encuentro y tratar de salir a cambiar el aire o que puedan mantener los vínculos con algunos de sus amigos de la manera que puedan. Verse en alguna oportunidad al aire libre o tratar de lograr encuentros virtuales. También es vital que pueden hacer la tarea juntos o encontrar algún otro tema en común que los convoque. Estos estados de ánimo van cambiando y no sucede en todos los chicos pero si está siendo cada vez más frecuente”, enfatizó Ruda.
En este contexto, un estudio realizado por la Universidad Miguel Hernández de España, con el objetivo de comprender el efecto emocional de la cuarentena reveló que el 85,7% de los padres ha constatado cambios en el estado emocional y en el comportamiento de sus hijos, concretamente problemas de concentración, desinterés, irritabilidad, agitación, nerviosismo, sentimientos de soledad, inquietud y preocupación.
Además, los hábitos también habían cambiado: el 25% de los niños comía más de lo habitual, el 73% de los niños usaba dispositivos electrónicos más de 90 minutos al día (en comparación con el 15% que lo hacían antes de la cuarentena) y solo el 14% de los niños practicaba 60 minutos de actividad física diaria
¿Habrá efectos a largo plazo? “A largo plazo no podemos asegurar que efectos tendrá esta vivencia ya que cada uno lo vive de un modo particular y elabora esta experiencia según sus herramientas y a su vez según el funcionamiento familiar y cómo se esté viviendo esta situación en cada familia particular. Hay personas que se deprimen, otras que están muy activas. Hay padres con mucha paciencia con las tareas y otros con cada vez menos, entre otros. Todas esas situaciones particulares influyen en cómo se vive esta pandemia a nivel familiar y por ende con sus efectos en lo individual”, aseguró la profesional.
El día después de la pandemia
Para la psicóloga, volver a la "normalidad “seguro cueste en relación a volver a instalar ciertas rutinas como los horarios: “Muchos chicos manifiestan ganas de retomar sus actividades, incluso el colegio obviamente, habrá casos singulares donde si están muy metidos para adentro y desganados cueste un poco más,pero en cuanto se reencuentren con sus amistades, sus rutinas tan conocidas, probablemente se vuelvan a enganchar y a sentirse también más seguros ya que la incertidumbre, los miedos al contagio, ya no estarán. Van a volver a lo conocido y seguro. Y volverán los problemas de siempre que también habrá que respetar dado que los tiempos son subjetivos de cada niño”.
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