En tiempos sin precedentes, con la pandemia de COVID-19 en curso, que ha afectado la salud pública, la economía y la sociedad a escala mundial, los impactos también alcanzan el medio ambiente y la vida silvestre.
El patólogo Sabateeshan Mathavarajah de la Facultad de Medicina de Universidad de Dalhousie, Halifax, Canadá revela en un reciente estudio que la administración pobre de las aguas residuales puede acarrear efectos devastadores sobre las poblaciones de mamíferos marinos que están ya en la disminución, por quedar expuestas al virus.
Aunque el COVID-19 sea esencialmente una enfermedad respiratoria, los analistas están apuntando a que la patología devendría en una infección multiorgánica, incluyendo, por ejemplo, el aparato gastrointestinal. Los investigadores han mostrado que los pacientes con COVID-19 vierten contaminación a través de su orina y el virus ha sido descubierto en aguas residuales no tratadas en muchos países, incluyendo Italia, España, Francia, y Australia.
Mathavarajah ha puesto sobre el tapete el papel esencial del tratamiento y la gestión de aguas residuales durante estos tiempos. Una consecuencia de la gestión deficiente es la descarga de desechos que transportan el SARS-CoV-2 infeccioso en los sistemas de agua natural que albergan a los mamíferos marinos.
En su análisis, pone de manifiesto la susceptibilidad de las especies de mamíferos marinos, donde prevé que muchas especies de ballenas, delfines y focas, así como nutrias, sean muy susceptibles a la infección. Adicionalmente, el mapeo geográfico destaca cómo la gestión actual de las aguas residuales en Alaska puede llevar a que las poblaciones de mamíferos marinos susceptibles estén expuestas al virus. Dado que más de la mitad de estas especies susceptibles ya están en riesgo en todo el mundo, la liberación del virus a través de aguas residuales no tratadas podría tener consecuencias devastadoras para sus poblaciones que ya están en declive.
Cuidar fauna libre y en cautiverio
Los investigadores indican que muchos tipos de mamíferos marinos que se encuentran cerca de los circuitos de agua naturales contaminados serán expuestos y que es vital determinar cuáles son los que corren más peligro. Para ello los estudiosos han analizado los datos disponibles sobre los genomas ordenados de mamíferos marinos y los sometido a una aproximación de modelado para predecir su susceptibilidad al COVID.
En el estudio se expresan los enfoques que pueden adoptar el público, los responsables políticos y las instalaciones de tratamiento de aguas residuales para reducir el riesgo de propagación de virus en los sistemas de agua natural. Destacan el potencial de transmisión zoonótica inversa de COVID-19 y su impacto en la vida silvestre marina; cuestiones que pueden mitigarse con las acciones adecuadas para evitar mayores daños a estas poblaciones vulnerables.
Dado que más de la mitad de estas especies susceptibles ya están en riesgo en todo el mundo, la liberación del virus a través de aguas residuales no tratadas podría tener consecuencias devastadoras para sus poblaciones que ya están en declive.
Las graves consecuencias de la transmisión del SARS-CoV-2 por el agua a las poblaciones marinas, trae aparejada la pregunta: ¿hay pasos concretos que podamos tomar para mitigar los riesgos de las pandemias actuales y futuras para las poblaciones de animales marinos salvajes y cautivos?
Para comenzar a abordar esta pregunta, han reunido una lista de posibles enfoques. Por ejemplo, restringir el contacto y el acceso a especies en riesgo en los parques marinos podría ayudar a proteger a los mamíferos marinos en cautiverio. Se ha sugerido un plan de este tipo para proteger a otras especies susceptibles, incluidos leones y tigres, después de la infección zoonótica inversa de un tigre con SARS-CoV-2 en el Zoológico del Bronx en Nueva York. De manera similar, también se predice que los primates no humanos y los monos del viejo mundo serán altamente susceptibles al SARS-CoV-2 y estos hallazgos han llevado a mejores medidas para proteger a estos primates en los zoológicos. Dichas medidas de restricción también deberían estar presentes en los acuarios que albergan mamíferos marinos susceptibles en el futuro.
Para las poblaciones de animales salvajes, la principal preocupación será la posibilidad de exposición a las aguas residuales. Mathavarajah y su equipo instan a monitorear y testear las poblaciones de mamíferos marinos para determinar si ha ocurrido algún evento de transmisión zoonótica inversa. Las nuevas tecnologías de monitoreo serán poderosas para tales tareas. Por ejemplo, SnotBot, en el que un dron recupera el moco de las ballenas, puede utilizarse para identificar cualquier evento de propagación del virus, ya que es probable que el SARS-CoV-2 se detecte en el moco de los animales infectados. Los enfoques no invasivos son invaluables para el seguimiento de la propagación del virus. Por lo tanto, la investigación sobre cómo continuar monitoreando estas especies después de este tiempo será fundamental para evaluar el impacto de una pandemia humana en la vida silvestre.
Pasos preventivos
Si se identifica una posible propagación del virus, un enfoque factible puede ser la vacunación de determinadas poblaciones de agua dulce continental (por ejemplo, nutrias) o de mamíferos marinos costeros (focas). El enfoque de vacunación demostró previamente que era factible en un estudio de vacunación de focas grises de la isla Sable, donde se utilizó como forma de anticoncepción. Dado que la tecnología de vacunación estará disponible, no es descabellado imaginar que las poblaciones silvestres afectadas por el virus, al igual que los humanos, puedan protegerse mediante la inmunidad colectiva mediante esa vía.
La evaluación y el tratamiento adecuado de las aguas residuales es una medida que será clave para reducir el efecto de la transmisión de los sistemas hídricos naturales. Específicamente, Kore Schlottau, del Instituto de Virología Diagnóstica, Greifswald-Insel Riems, Alemania, describe qué países presentan el mayor riesgo en función de la supervivencia del virus en las aguas residuales.
En las naciones subdesarrolladas con un saneamiento deficiente, la principal preocupación es la salud pública y la posibilidad de que el virus contamine los reservorios de agua potable humana. Sin embargo, estas naciones también tienen un riesgo particularmente alto de propagación del virus si se descargan grandes cantidades de aguas residuales sin tratar en sistemas de agua natural que contienen especies susceptibles.
Así, la adopción de medidas adicionales para el tratamiento de las aguas residuales es importante tanto para la salud del público como para la vida silvestre en estos países. Además, la localización precisa de los desbordamientos de aguas residuales y las fugas en las tuberías nos permitirá evaluar mejor dónde existe el mayor potencial de que la vida silvestre se vea afectada.
En este punto de la pandemia, la evidencia disponible indica que las aguas residuales son un vector importante para la transmisión de coronavirus para los humanos y la vida silvestre susceptible.
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