La mayoría de los niños que dieron positivo al virus SARS-CoV-2, responsable de causar la enfermedad COVID-19, no presentaban los síntomas clásicos de la afección y tampoco presentaban ninguna enfermedad respiratoria anexa, según los datos de un estudio retrospectivo realizado a 22 pacientes en un centro de salud de Nueva York, Estados Unidos.
“Hasta la fecha, los niños representan menos del 5% de los casos de COVID-19 en EE. UU., pero los detalles de las presentaciones clínicas en los niños son limitados”, resaltó la médica pediatra especialista en Enfermedades Infecciosas Pediátricas Rabia Agha junto a sus colegas del Hospital de Niños Maimónides, de Brooklyn, NY.
En un estudio publicado en Hospital Pediatrics y compartido en Medscape, los investigadores revisaron datos de 22 niños de 0 a 18 años que dieron positivo al SARS-CoV-2 mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y fueron admitidos en un solo hospital durante un período de 4 semanas desde 18 de marzo de 2020 al 15 de abril de 2020.
En total, 9 pacientes (41%) presentaron una enfermedad respiratoria por COVID-19 y 7 (32%) requirieron soporte respiratorio. De cuatro pacientes que requirieron ventilación mecánica , dos tenían enfermedad pulmonar subyacente. Los otros dos pacientes que requirieron intubación fueron uno con parálisis cerebral y estado epiléptico y otro que se presentó en estado de paro cardíaco.
La población del estudio osciló entre los 11 días y los 18 años de edad, pero el 45% eran bebés menores de 1 año. Ninguno de los niños tenía antecedentes de viajes que pudieran aumentar su riesgo de infección por SARS-CoV-2 y el 27% había confirmado la exposición al virus.
La mayoría de los niños, para ser exactos un 82%, fueron hospitalizados dentro de los 3 días posteriores al inicio de los síntomas y no ocurrieron muertes durante el período de estudio. El síntoma más común fue fiebre sin una fuente en cinco bebés -un 23% de la muestra- por lo demás sanos de 11 a 35 días. Los cinco de estos niños se sometieron a una evaluación de sepsis , recibieron antibióticos empíricos y fueron dados de alta con cultivos bacterianos negativos dentro de las 48-72 horas. Otros 10 niños tenían fiebre en combinación con otros síntomas.
Otros síntomas de presentación fueron respiratorios en 9 niños, fatiga en 6 de ellos, convulsiones en 2 chicos y dolor de cabeza en uno solo de ellos.
La mayoría de los niños con enfermedades respiratorias fueron tratados con terapia de apoyo y antibióticos, pero tres de los que recibieron ventilación mecánica también fueron tratados con remdesivir; los tres fueron finalmente extubados, es decir que se recuperaron de la complicación respiratoria y salieron del respirador.
Ocurrieron anomalías neurológicas en dos pacientes: un niño de 11 años, por lo demás sano, que presentó fiebre, dolor de cabeza, confusión y convulsiones, pero que finalmente mejoró sin secuelas a corto plazo; y una niña de 12 años con parálisis cerebral que desarrolló nuevas convulsiones y requirió ventilación mecánica, pero finalmente mejoró hasta el valor inicial.
A su vez, se identificaron resultados positivos de PCR en siete pacientes (32%) durante la segunda mitad del período de estudio que fueron hospitalizados inicialmente por síntomas no relacionados con COVID; cuatro con infecciones bacterianas, dos con enfermedades de etiología desconocida y uno con paro cardíaco. Otros dos niños estaban completamente asintomáticos en el momento de la admisión, pero luego dieron positivo por PCR; un niño había sido admitido para recibir quimioterapia de rutina y el otro por razones sociales, dijeron la doctora Agha y sus colegas.
Los hallazgos del estudio contrastan con los primeros datos de China en los que la enfermedad respiratoria de diversa gravedad era la presentación principal en los niños con COVID-19, pero respaldan un metanálisis más reciente de 551 casos, anotaron los investigadores. Los hallazgos también destacan el valor de las pruebas universales para niños.
“Nuestra estrategia de prueba inicial fue de acuerdo con las pautas federales y locales que recomendaban la prueba de PCR para los síntomas de fiebre, tos y dificultad para respirar, o viajar a ciertos países o tener contacto cercano con un caso confirmado”, precisó Agha.
“Con la implementación de nuestra estrategia de detección universal de todos los pacientes pediátricos admitidos, identificamos a 9 (41%) pacientes con COVID-19 que se habrían omitido, ya que no cumplían con los criterios de prueba recomendados en ese momento”, resaltan en el documento.
Los resultados sugieren la necesidad de pautas más amplias para evaluar a los pacientes pediátricos porque los niños que presentan otras enfermedades también pueden ser positivos para el SARS-CoV-2, dijeron los investigadores.
“Las pruebas de todos los pacientes hospitalizados no solo identificarán los casos al principio del proceso de admisión, sino que también ayudarán a prevenir la exposición inadvertida de otros pacientes y trabajadores de la salud, ayudarán a formar grupos de pacientes infectados y ayudarán a conservar el equipo de protección personal”, concluyó Rabia Agha, quien es directora de la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas del Hospital Infantil Maimónides.
Con información de Medscape
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