Pareciera que la carrera contrarreloj en busca de una vacuna para prevenir el coronavirus y poner fin a la pandemia que tiene al mundo en pausa está más cerca de la meta.
Luego de que se conociera que la de Oxford-AstraZeneca generaba anticuerpos contra el SARS-CoV-2, en la tarde de ayer el presidente Alberto Fernández anunció que se fabricarán en el país entre 250 y 350 millones de dosis para ser distribuidas en toda América Latina, con excepción de Brasil y que será producida en conjunto con México.
“El hecho de que se produzca en el país nos pone en una posición muy favorable y ubica a la Argentina en un lugar de privilegio para la futura disponibilidad de la vacuna para su población”. Consultado por Infobae, el médico pediatra Carlos Kambourian (MN 105494) reconoció que se trata de “un gran avance” aunque instó a que “la ciudadanía no se relaje con los cuidados porque esto (por la pandemia) va a estar resuelto cuando la vacuna esté disponible para ser aplicada”.
Al igual que el resto de los expertos que se pronunciaron sobre el tema, el especialista hizo hincapié en el hecho de que se trata de “una vacuna que utiliza como vector un adenovirus de chimpancé”.
El médico infectólogo de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos Ricardo Rüttimann, en relación a los orígenes de este tipo de tecnología aplicada, afirmó: “El primer candidato a vacuna que se hizo con esta técnica es la desarrollada para el virus del ébola, ya hay antecedentes con este tipo de vectores virales, algunas aprovechan esta tecnología pero utilizan otros virus también. La que más se ha utilizado para la vacuna del SARS-CoV-2 es la del adenovirus, en el caso de Oxford y AstraZeneca es interesante porque es un adenovirus de chimpancé, no es humano, es la única de esta línea que utiliza adenovirus de este animal, el resto por ejemplo que son parecidas como por ejemplo la vacuna rusa utiliza un adenovirus humano”.
Pero, ¿qué significa esto? El biólogo y doctor en ciencias Federico Prada explicó a este medio que “es un modelo para hacer delivery de genes que se quieren expresar”. “Lo importante es que es un adenovirus, que son excelentes herramientas para expresar proteínas recombinantes, es decir proteínas que se necesitan producir en un tipo de célula especial -en este caso en el organismo que se quiere generar la vacuna-”, ahondó el director de la licenciatura Bioinformática y la licenciatura en Biotecnología de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
Al respecto, Kambourian aportó que “el virus tiene una conformación (un cuerpo con un núcleo) y antígenos que son los que causan la enfermedad, en tanto el cuerpo desarrolla anticuerpos para atacarlos”. “Alguno de los antígenos del coronavirus tiene que ser incluido en la vacuna para que al inocular el cuerpo genere anticuerpos -explicó-. En este caso se incluye en adenovirus de chimpancé para que sea el transportador del antígeno, ya que la ciencia demostró que no genera enfermedad en el ser humano”.
Sobre los adenovectores, Prada ahondó: “Cuando se modifica genéticamente al virus y lo convierte en una herramienta de expresión génica in vitro o in vivo se llama adenovector. El vector que están usando ingresa a la célula y tiene la particularidad de que no se integra al genoma del hospedador ya que el genoma del adenovector queda en forma episomal, es decir, fuera del genoma”. “Eso da cierta seguridad -opinó-. Cuando se utilizan herramientas que se insertan en el genoma puede ser peligroso porque puede generar una mutación, en cambio el adenovector tiene una seguridad mayor ya que no inserta material genético dentro del genoma del hospedador”.
Para él, “lo interesante de este tipo de vacunas es que se está usando el derivado de un virus para generar inmunidad contra otro virus”. “Lo atractivo de la ingeniería genética es que no se está usando el vector como fuente de proteína para generar la memoria inmunológica del paciente sino que es el ADN que porta este vector el que va a hacer producir una proteína dentro de las células musculares utilizándolas como una verdadera ‘fábrica’ y que esa proteína producida va a ser la que genere la respuesta inmunológica”.
En la Argentina, AstraZeneca eligió al laboratorio mAbxience que será el productor del reactivo de la vacuna. México será el encargado de envasarla y completar el proceso de producción.
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