El presidente de los Estados Unidos fue, desde el inicio de los ensayos con hidroxicloroquina, uno de los más acérrimos defensores de ese fármaco como tratamiento contra el coronavirus.
Ahora fue un paso más allá, y anunció que desde hace una semana y media toma una pastilla todos los días, además de una dosis de zinc como medida preventiva para no contraer el COVID-19.
Si bien el mandatario recibió la recomendación de seguir este protocolo de parte de su médico personal, lo cierto es que “no hay hasta el momento ninguna demostración científica que diga que esa indicación es efectiva como prevención”, según dijo a Infobae el médico infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, consultado sobre este tema.
“Además, es una droga que no está exenta de efectos adversos, más en una persona añosa -consideró el especialista-. No es una práctica habitual que se utilice corrientemente para estos fines”.
La médica infectóloga Isabel Cassetti, en tanto explicó que “en el abordaje del coronavirus hay un aspecto que es el tratamiento y el otro es la profilaxis, que significa prevención, y en este sentido en la actualidad hay varios estudios que se están llevando a cabo en el mundo con diferentes medicaciones y una de ellas es la hidroxicloroquina, cuyo uso se está evaluando para ambos fines, pero todavía no se sabe cuáles van a ser los resultados y si realmente va a ser eficaz”.
En la misma línea opinó la epidemióloga Ángela Gentile, quien precisó a este medio que “hay un protocolo de trabajo de hidroxicloroquina, que por el momento se considera ‘off label’, es decir que está fuera de transcripción. Se lo están dando únicamente al paciente crítico con consentimiento, porque es una droga sumamente habitual para tratar malaria pero no para esta indicación”.
“No sé qué es lo que está tomando Donald Trump, pero esto no es algo que se dé sin un cuadro crítico -continuó la especialista que integra el comité de expertos que asesora al Gobierno en el manejo de la pandemia-. Ni siquiera sabemos si es efectivo, así que es algo que está totalmente contraindicado. El tratamiento debe ser bajo indicación controlada, y este medicamento está en investigación para su uso en el COVID-19”.
Y agregó: “Actualmente se está trabajando con varias líneas de investigación, pero la realidad es que no hay un tratamiento efectivo”.
Sobre el fármaco, Cassetti, precisó que “funciona inhibiendo la entrada del virus a la célula en la primera etapa del ciclo del virus y también en su salida del virus de la célula. Y tiene además una propiedad antiinflamatoria, de allí que se estudie su uso como preventivo”. “Pero es una droga que tiene alguna toxicidad que es necesario controlar y como estas profilaxis para que sean efectivas requieren tiempo (el paciente debe tomarla dos o tres meses) hay que chequear que no produzca toxicidad”, destacó.
“Lo que está tomando Trump es la dosis mínima diaria recomendada -señaló la directora médica de Helios Salud-. Es una medicación que puede provocar prolongación del QT (el intervalo QT es la medida del tiempo entre el comienzo de la onda Q y el final de la onda T en el electrocardiograma. Si se encuentra anormalmente prolongado puede generar arritmias ventriculares) y generar complicaciones dependiendo si la persona tiene antecedentes cardíacos”.
De igual modo, el médico infectólogo Ricardo Teijeiro resaltó que la hidroxicloroquina “no sólo no tiene ninguna indicación, sino que tiene riesgos”. “Todas las medicaciones tienen efectos adversos, pero además, si se toma un medicamento de forma preventiva, en cuanto deje de tomarse la persona estará en riesgo nuevamente, con lo cual es innecesario -sostuvo el miembro de la Sociedad Argentina de Infectología-. La verdad que es algo totalmente imprudente. Todo lo que se está haciendo está bajo protocolo científico porque se requiere mucha más evidencia científica para garantizar los beneficios”.
Es de destacar que existe una gran controversia en torno a los efectos terapéuticos de la hidroxicloroquina en el tratamiento contra el COVID-19.
Según los estudios de tratamiento de Didier Raoult MD / PhD en Marsella, un tratamiento temprano generalizado con hidroxicloroquina y azitromicina puede reducir la tasa de mortalidad hasta en un 80%.
“Casi todos los agentes antivirales efectivos contra infecciones agudas (por ejemplo, tamiflu, zanamivir, peramivir, zinc, rimantadina y amantadina) son más efectivos si se administran dentro de las primeras 48 horas del inicio de los síntomas. Del mismo modo, es probable que la hidroxiclorquina sea más efectiva para prevenir la progresión a ventilación invasiva y muerte si se administra en este período de tiempo”, dijo a Infobae el médico máster en Nutrición Milton Dan, quien en las últimas semanas estuvo en contacto con el doctor Vladimir Zelenko, uno de los impulsores de este fármaco en los EEUU.
“Uno de los posibles mecanismos de acción de la hidroxiclorquina, sería su función de ionóforo. Esta acción permitiría el ingreso en mayor proporción del zinc al espacio intracelular donde desarrollaría su potencialidad inhibitoria sobre la replicación viral. Se hace una necesidad evaluar el estado nutricional de la población con respecto a los niveles de zinc, sobre todo en las poblaciones de riesgo donde la deficiencia leve alcanza al tercio de la población”, destacó Dan.
Para él, “casi todos los estudios que evalúan la eficacia de hidroxiclorquina y azitromicina en el tratamiento temprano de COVID-19 han encontrado tasas de mortalidad significativamente reducidas y / o disminuciones en la duración de la eliminación del virus”.
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