“Tenemos una hija de dos años. Yo me voy a trabajar tres veces por semana, y mi mujer trabaja desde casa. Me voy de mi casa a las 10, entonces mi mujer se levanta a las 7 y trabaja hasta las 10 y cuando llego a las 5, me encargo de mi hija. Cuando estamos los dos en casa, nos repartimos los horarios y las videollamadas que le dan desde el colegio. Dentro de todo la vamos piloteando, pero estamos agotados, es un gran esfuerzo. Nos repartimos las tareas. Soy consciente que yo me voy a la oficina, entonces trato de colaborar en todo lo posible para sacarle carga a mi mujer”, explicó a Infobae Juan P. sobre lo qué significa para él, el hecho de que la rutina sigue de manera remota y bajo un mismo techo con su familia.
Similar es lo que le sucede a Florencia T. de 32 años: “Tengo un hijo de un año y medio, otro varón de 5 y la mayor de 7. Mi marido y yo trabajamos desde casa. Mi hija mayor está en 2do grado, tienen zooms con el colegio a la mañana y tarde, sumado la tarea. Tengo una sensación de angustia, de agobio, no doy abasto con los horarios. Mi marido tiene sus reuniones también. La casa es un caos. En mi empresa no saben cómo manejar la situación y mi jefa no puede tomar decisiones. Los dos queremos cuidar el trabajo, pero la situación es un desborde. Tengo noches de acostarme a la 1 de la mañana, para limpiar los platos. Y los chicos, hacen lo que pueden. No puedo decirles a los más chicos que se porten como grandes, porque no lo son. El departamento es chico y ellos extrañan salir a la plaza. Trato de encontrar consuelo y de saber de que estamos bien, y nuestras familias también, pero de sólo pensar que esto puede durar hasta septiembre, me dan ganas de llorar”.
Y, es que como una de las tantas medidas, producto del aislamiento social preventivo y obligatorio, es la modalidad de trabajo remoto, home office o tele trabajo la elegida por las organizaciones. Al igual que lo que sucedió con la enfermedad, esta situación tomó por sorpresa al mundo entero que hoy se encuentra tratando de sostener las responsabilidades y de llevar a cabo el trabajo.
Ahora bien, ¿qué ocurre dentro de los hogares? ¿Puede asemejarse al clima de trabajo que tenemos en la oficina? En algunos casos, definitivamente no. Las tareas de la casa, limpiar, cocinar, hacer compras, bañar a los pequeños, cambio de pañales, la siesta de los más chiquitos y las noches interrumpidas, sumado a la preocupación y angustia que provoca la situación actual es definitivamente un clima muy complejo que dista mucho de la vida en la oficina o lugar de trabajo.
En este contexto, ¿por qué es vital aplicar la cultura innovadora?
Hoy en día, la innovación tiene tanto que ver con la agilidad como con la invención de productos o servicios. Sin embargo, mucha gente ha quedado atrapada en una especie de teoría convencional de la innovación: la estrategia de innovación corporativa en los últimos 15 años era clave. La innovación en la actualidad es entendida como el proceso por el cual una organización establece mejoras en sus modos de trabajar, introduce nuevos productos, abre un nuevo mercado, se anticipa o ajusta de forma rápida al mismo.
En este contexto, basado en la cultura innovadora, es vital aplicar medidas en el home office, en las que además se logrará que el miembro del equipo se sienta mejor, acompañado, obtenga un mejor rendimiento y que se sienta valorado. Estas son:
-El rol de recursos humanos es fundamental. Por ello, se debería detectar a aquellos empleados que tengan hijos pequeños así como estar al tanto si son el único adulto en casa para actuar a partir de ello.
-Detectar cuál es el rol más importante del individup, ya que, si se detecta que hay un adulto a cargo de pequeños, lo ideal es enfocarlo a una sola tarea y entender el contexto.
-Tener una constante comunicación con el equipo de trabajo. Transmitir comprensión ante la situación y potenciar a la persona para que pueda hacer foco en sus tareas.
-Chequear si necesita un refuerzo de computadoras.
-Promover la confianza en el equipo para que se sostengan unos a otros ante esta situación extraordinaria.
-Preguntarle por qué canal prefiere la comunicación y en que horarios es más conveniente.
Con estas medidas se logrará que el miembro del equipo se sienta mejor, acompañado, obtenga un mejor rendimiento y que se sienta valorado.
¿Es esto una utopía? No debería serlo. Son los nuevos caminos y desafíos que las organizaciones tendrán que comenzar a transitar. Romper con los viejos paradigmas de verticalidad, y empezar a formar grupos de trabajos con una modalidad que nada tendrá que ver con la vieja pirámide.
De hecho, la European Innovation Academy, la academia de innovación europea, enumera los seis valores que un startup debería considerar, mencionando como primer punto, que el clima de trabajo debe tener ¨pasión y felicidad¨ , dos atributos que lograrán que sus empleados den mayor productividad, un clima con menos conflictos laborales y una mejor calidad de trabajo.
Empatía, respeto y confianza, serán los pilares fundamentales de las empresas del futuro inmediato al menos si su interés es el de cautivar personal calificado, en donde los intereses y valores de los milenios son otros. Fueron las empresas de tecnología las pioneras en dar ejemplo, desde el lugar de trabajo, áreas de relax, juegos, decoración alegre, y vestimenta informal, pero, por sobre todo, por su gran capacidad de su ¨cultura innovadora¨ permanente.
*Marina Harvey es licenciada en Comunicación Social y realiza mentoring para organizaciones.
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