Los seres humanos entramos en contacto con el mundo la mayor parte del tiempo a través de nuestras manos. A través de ellas se toca y se aprende; se escribe, se come, se juega; se da afecto; y se manipula todo tipo de objetos. Esto también las convierte en las principales portadoras de gérmenes, que pueden causar enfermedades.
Una correcta higiene de manos es clave para la prevención de enfermedades como el nuevo COVID-19. Es por ello que el hábito del lavado de manos con agua y jabón debe naturalizarse e incorporarse como una necesidad constante y una buena práctica para cuidar la salud individual y de la comunidad.
“Lavarse las manos con jabón es una de las cosas más baratas y efectivas que se puede hacer para protegerse y proteger a otros contra el coronavirus, así como de muchas otras enfermedades infecciosas”, asegura el director de programas de UNICEF, Sanjay Wijesekera.
Según lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), lavarse las manos reduce entre un 50% y 65% el riesgo de contraer infecciones como el coronavirus (COVID-19). Los expertos sostienen que para lavarse las manos correctamente, la duración total del proceso debe estar comprendida entre 40 y 60 segundos.
Los jabones son tensioactivos, es decir que reducen la tensión superficial del agua y hacen que las moléculas sean resbaladizas, haciendo que el agua jabonosa se adhiera, atrape y afloje el aceite y la grasa, y los gérmenes que contienen.
Es por eso que las bacterias y los virus se escapan físicamente de las manos cuando te lavas con agua y jabón durante al menos 20 segundos. La sustancia -sólida o líquida- también ayuda a matar gérmenes debido a los extremos polares y no polares en su estructura molecular.
El extremo polar ayuda a que el jabón se disuelva en agua, y el extremo no polar ayuda a quitar el aceite de las manos. Es el extremo no polar que interrumpe el exterior de las bacterias y los virus, haciendo que exploten y mueran.
“A nivel molecular, el jabón ayuda a destruir los elementos. ¿Cómo actúa? Tiene una estructura híbrida, es decir que está hecho con moléculas que tienen forma de alfiler: una cabeza hidrofílica que se 'lleva bien’ con el agua y una cola hidrofóbica que se ‘lleva bien’ con las grasas", aseguró a Infobae el ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE.
“Algunas bacterias y virus -continuó- tienen membranas lipídicas, la parte externa del coronavirus por ejemplo, tiene proteínas y lípidos (grasas) y lo que hace el jabón es romper la estructura del virus como un cuchillo que penetra en la membrana, lo abre y lo inactiva”.
La mayoría de los jabones comerciales comprados en supermercados caducan después de dos o tres años. Los jabones naturales o hechos a mano pueden vencer antes, dentro de un año, ya que los aceites esenciales y las fragancias pueden ponerse rancios o mohosos.
“Los productos de limpieza e higiene como el jabón tienen fecha de vencimiento. Muchas personas no lo verifican cuando los van a comprar pero en los envases se indica. Depende del compuesto del producto, la vida útil que tendrá. Si yo me estoqueé de varios jabones y los tengo en casa, es recomendable chequear la fecha de vencimiento”, advirtió el experto.
En los Estados Unidos, la mayoría de los jabones están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que exige que todos los medicamentos tengan fechas de vencimiento. Es por eso que se graba una fecha de vencimiento en la barra y el jabón líquido.
Sin embargo, es probable que siga siendo efectivo, incluso después de su fecha de vencimiento. Si el jabón aún hace espuma cuando te lavas las manos, aún se puede usar de manera efectiva, incluso después de la fecha de vencimiento. No debería importar si el jabón es líquido o en barra.
Además de revisar las etiquetas, algunos indicadores que las personas pueden tener en cuenta son: los aromas y el aspecto. Un jabón puede expirar si está agrietado, seco y no hace espuma, o si no tiene el olor fragante original.
Otra señal de que el jabón es demasiado viejo son las manchas anaranjadas. El color naranja se debe a que el aceite del jabón se vuelve rancio. Aunque todavía es técnicamente seguro de usar, el jabón no huele muy bien.
En general, siempre y cuando un jabón no se haya podrido, haya crecido el moho o ya no forme espuma adecuadamente, aún debería poder usarlo efectivamente después de su fecha de vencimiento.
“A diferencia de un alimento, si vos utilizas un producto de limpieza vencido en el peor de los casos no te vas a enfermar sino que no vas inactivar el virus o matar las bacterias y organismos”, concluyó.
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