Tras la aparición del coronavirus en China a fines de 2019, distintos equipos de investigación en todo el mundo empezaron una monitoreo sindrómico para descifrar los interrogantes que presentaba el nuevo invasor.
Uno de los centros de mayor prestigio a nivel internacional, el Instituto Pasteur de París, comenzó a investigar las huellas que el 10 de enero imprimía el virus en Francia. Divulgado este miércoles, los resultados de este trabajo, supervisado por Sylvie van der Werf (jefe del centro nacional de referencia para virus respiratorios en el Instituto Pasteur) y Etienne Simon-Lorière (virólogo en el mismo instituto), sacuden las certezas que muchos tenían sobre los orígenes del arribo de la epidemia a Francia. Y además, intentando replicar el trabajo para comprender lo que ha pasado con el coronavirus en otros países, ilustra la dificultad para contenerlo, rastrearlo y entenderlo.
A partir de un análisis filogenético en 100 genomas de pacientes muestreados entre el 24 de enero y el 24 de marzo de 2020 en Francia, el estudio revela varias introducciones iniciales de SARS-CoV-2 sin transmisión local, y confirma la efectividad de las medidas de contención tomadas para prevenir la propagación del virus de casos sintomáticos.
Paralelamente, estos datos genómicos revelan la circulación predominante de virus de la misma cepa en muchas regiones francesas, compatible con múltiples introducciones. La secuencia más temprana de este clado, del 19 de febrero de 2020, corresponde a un caso “sin antecedentes de viaje, lo que implica una circulación local silenciosa” del virus antes de la ola de casos de la enfermedad.
Al llevar a cabo un análisis en profundidad, los investigadores descubrieron que la cepa principal del virus presente en Francia estaba vinculada a un grupo genético (un “clado”, en el lenguaje de los científicos) no vinculado con China o Italia, países desde donde se creía el virus había arribado.
Este estudio también resalta la baja diversidad genética del COVID-19 y la falta de representatividad de los virus secuenciados en ciertas regiones. Por lo tanto, “es imposible estimar con precisión el momento de la introducción del virus o su fuente dado el muestreo todavía parcial en muchos países”.
Para los investigadores, el presente trabajo proporciona inquietudes sobre el origen de la epidemia en ese país y destaca los desafíos de contener la propagación de un virus cuando una proporción de los casos son asintomáticos. Teniendo en cuenta que ningún país puede descifrar la magnitud de personas portadoras sin síntomas, también la revelación enfrenta a preguntas que aún no tienen respuestas: cuándo, desde dónde y cómo podremos saber su origen.
Para la profesora Sylvie Van der Werf, directora del Centro Nacional de Referencia para Virus de Infecciones Respiratorias Institut Pasteur, y una de las autoras del estudio “la secuenciación del genoma del SARS-CoV-2 es esencial para comprender mejor la evolución del virus en una población y su propagación. Gracias al papel activo del Centro Nacional de Referencia desde el principio, incluso antes de la aparición de los primeros casos en Francia, ahora sabemos que los primeros casos importados sintomáticos no dieron lugar a una transmisión generalizada en el territorio”.
Como explicó Etienne Simon-Lorière, jefe de la unidad de genómica evolutiva para virus ARN en el Instituto Pasteur y coautor del estudio "según nuestras primeras observaciones, en vista de las cepas secuenciadas, la propagación del virus en Francia se asocia con casos asintomáticos. Hoy en día, es importante secuenciar nuevas cepas en diferentes regiones, para comprender mejor el movimiento del virus en Francia ".
Las cuarentenas, herramientas efectivas
Sin posibilidad actual de explicar de dónde proviene esta cepa y cuánto tiempo ha estado circulando en Francia sin haber sido detectada, los científicos creen que su trabajo está haciendo sonar las alarmas sobre la necesidad de controlar mejor a los pacientes asintomáticos.
Además creen que las medidas de cuarentena y, por extensión, probablemente la contención o distanciamiento, implementadas rápidamente después de que se detectaron oficialmente los primeros casos, son particularmente efectivas dado que aún no se logra con precisión encontrar pruebas de la transmisión sobre una población de portadores silenciosos sin efectivos controles.
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