La pandemia del coronavirus ya lleva a más de 3 millones de infectados en todo el mundo. Este virus que se originó en Wuhan, China, a fines del 2019, llevó a una incesante búsqueda de una vacuna para poder combatirla.
Hay muchos interrogantes entorno a esta enfermedad, pero hay una gran pregunta que todos se hacen: ¿puede un paciente curado de la COVID-19 volver a dar positivo?
Investigadores surcoreanos del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) llevaron a cabo un estudio que concluyó que es imposible que el virus COVID-19 se reactive en los cuerpos humanos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hubo más de 10000 casos confirmados de coronavirus en Corea del Sur, con 245 muertes, una tasa de mortalidad del 2,3%, inferior al promedio del 3,4%. Se creía, además, que un total de 277 pacientes en el país se habían enfermado de coronavirus por segunda vez, al igual que en China y Japón. Esto generó preocupación de que el virus mutara tan rápidamente de que las personas no necesariamente pudieran desarrollar inmunidad. Sin embargo, análisis genéticos del virus no encontraron ningún cambio substancial que lo pudiera esconder eficazmente del sistema inmune.
Los expertos creen que lo más probable es que haya otra explicación. Por ejemplo, en algunos casos el virus podría no desaparecer e infectar de “forma crónica”, como el virus del herpes, que puede permanecer dormido y asintomático durante un tiempo.
La OMS había advertido a los gobiernos contra el uso de los llamados “pasaportes de inmunidad” para permitir que las personas regresen a sus trabajos, simplemente por el hecho de haber generado anticuerpos contra el COVID-19.
¿Qué son estos pasaportes de inmunidad? Es una forma para permitir que los países empiecen a levantar los bloqueos de coronavirus y reanuden la actividad económica poco a poco. “Estar inmunizado significa haber desarrollado una respuesta inmunitaria al virus que permite eliminarlo. Y cómo esta respuesta tiene una memoria, previene así futuras infecciones”, explica Eric Vivier, profesor de inmunología de la Asistencia Pública de los Hospitales de Marsella.
Por su parte, Frédéric Tangy, investigador del Instituto Pasteur de Francia que recuerda que los peores síntomas de la COVID-19 se manifiestan tardíamente, cuando el paciente ya desarrolló anticuerpos, dijo: “No sabemos si los anticuerpos que se desarrollan contra el virus pueden agravar la enfermedad”.
Según Maria Van Kerkhove, responsable en la gestión de la pandemia en el seno de la OMS, “no es lo mismo detectar la presencia de anticuerpos que concluir que estos confieren inmunidad”.
A su vez, los CDC de Corea del Sur descubrieron que los resultados de la prueba para los pacientes sospechosos en recaída eran falsos positivos, y advirtieron que la prueba que utilizó no pudo distinguir entre rastros vivos del virus y las muestras muertas inofensivas que quedan después de que los pacientes se hayan recuperado.
Y agregaron que, a diferencia de otros virus, como el VIH y la varicela, que pueden penetrar en el núcleo de las células humanas y permanecer latentes durante años antes de reactivarse, el coronavirus permanece fuera del núcleo de la célula huésped.
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