La pandemia por el coronavirus puso en jaque al mundo entero. Mientras la cifra de infectados y muertos no deja de crecer, la ciencia y la industria farmacéutica trabajan a contrarreloj en busca de un tratamiento efectivo y una vacuna para prevenir la enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay en desarrollo 70 vacunas contra el COVID-19 candidatas, de las cuales tres ya están en evaluación clínica.
En este punto, se cree que la pandemia por el coronavirus lleve a que algunos de los llamados “antivacunas” cuestionen sus puntos de vista, en tanto otros volverían más radical su postura lo cual podría socavar seriamente un futuro programa de inoculación.
“Los extremistas, los grupos motivados por creencias que rechazan la vacunación por principio, cuyo objetivo es interrumpir y polarizar, no están cambiando, de hecho están capitalizando su postura”, analizó Heidi Larson, directora del Proyecto de Confianza de Vacunas (VCP) con sede en Londres.
Sin embargo, Larson observó que también había evidencia de que las personas estaban “menos seguras por alguna razón”. “Aquellos que tal vez tengan problemas con una sola vacuna en particular, la vacuna MMR para sus hijos, por ejemplo, pueden comportarse de manera diferente en el contexto de esta pandemia”, advirtió.
Un ejemplo de ello lo representan algunas personalidades reconocidas como contrarias a las vacunas y de alto perfil como el tenista Novak Djokovic, quien en un posteo que hizo durante las últimas horas en su cuenta de Facebook sugirió que su oposición a las vacunas podría impedir su regreso al deporte.
“Personalmente, me opongo a la vacunación y no quisiera que alguien me obligue a vacunarme para poder viajar -dijo en un chat en vivo en esa red social-. Pero si se vuelve obligatorio, ¿qué pasará? Tendré que tomar una decisión”.
“Tengo mis propios pensamientos sobre el asunto y no sé si esos pensamientos cambiarán en algún momento”, admitió.
“Si tengo que elegir la vacuna o el chip, elegiré la muerte” tuiteó la rapera británica MIA y recibió críticas generalizadas en esa red social. Y un camino similar siguió la actriz australiana Isabel Lucas, quien fue despedida como embajadora de una organización benéfica tras declarar: “La libertad de elección es de cada ser humano. No confío en el camino de la vacunación”.
El VCP lanzó un estudio con encuestas realizadas en todo el mundo, y examinando conversaciones en línea sobre el coronavirus para tratar de medir las actitudes hacia una futura vacuna. Después de analizar más de tres millones de publicaciones en redes sociales por día entre enero y marzo, Larson dijo estar segura de que la gran mayoría de las personas estaban “ansiosas por una vacuna contra el coronavirus, y lo antes posible”.
Según un estudio de la OMS, la “vacilación hacia las vacunas” es una de las diez principales amenazas para la salud del mundo. Dependiendo de la enfermedad, entre el 75% y el 95% de la población debe vacunarse para garantizar la inmunidad del rebaño, postuló el organismo.
Una encuesta de Wellcome Trust de 2018 sobre las actitudes hacia las vacunas en todo el mundo encontró que ocho de cada 10 personas (79%) estaban de alguna manera o totalmente de acuerdo en que las vacunas son seguras, mientras que el 7% está en desacuerdo total o totalmente. Los números varían en todo el mundo, con un 72% en América del Norte y un 73% en el norte de Europa que acepta que las vacunas son seguras, frente a sólo el 59% en Europa occidental y el 40% en Europa oriental.
Sin embargo, la escala y la gravedad de la crisis mundial de coronavirus pueden estar erosionando la resistencia a la vacuna. Una encuesta reciente de VCP en el país más reacio a la inmunización del mundo, Francia, donde el 33% no ve las vacunas como seguras, encontró que sólo el 18% de los encuestados rechazaría una vacuna contra el coronavirus.
Una encuesta en el Reino Unido a mediados de marzo encontró que aproximadamente el 7% de las personas rechazaría una vacuna contra el coronavirus, mientras que una segunda encuesta a principios de abril, momento en que la cifra de muertes por COVID-19 comenzaba a aumentar rápidamente, mostró que el porcentaje había caído a 5%.
En Rusia, donde según el Wellcome Trust, sólo el 62% de las personas está de acuerdo en que las vacunas son efectivas, hay indicios de que las preocupaciones sobre la crisis del coronavirus causaron conflictos entre los antivacunas y los escépticos médicos.
El administrador de The Truth about Vaccines, uno de los grupos de redes sociales más grandes dedicados al tema, expresó su frustración por la falta de disciplina entre sus 100 mil miembros.
En otros lugares, sin embargo, la pandemia parece haber endurecido las actitudes antivacunas, como en los EEUU, donde prominentes figuras del movimiento se apoderaron del COVID-19 para reforzar sus argumentos e impulsar teorías de conspiración.
Scott Ratzan, de la escuela de salud pública de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, dijo estar alarmado por los resultados de una encuesta en la ciudad de Nueva York que mostraba que sólo el 53% de los residentes estaban seguros de recibir una vacuna contra el coronavirus y el 29% se negaría.
Larson admitió que el momento de la liberación de la vacuna, pronosticado para 2021, podría ser crítico, y muchos podrían desanimarse por cualquier sugerencia de que podría haber sido apresurado y no probado adecuadamente.
En general, Larson aseguró no estar convencida de que el coronavirus tuviera un impacto directo en el sentimiento anti vacunación. Pero sí previó un posible impacto indirecto, relacionado con el temor al coronavirus, que condujo al retraso de las vacunas contra el sarampión en 24 países y su cancelación en otros 13, lo que provocó la preocupación de la OMS y Unicef.
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