El 18 de marzo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunció que para encontrar más rápido potenciales tratamientos y medicamentos para combatir el coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzaría un estudio global para investigar y analizar tratamientos todavía no probados.
Los primeros en ofrecerse para las pruebas fueron Argentina, Bahrein, Canadá, España, Francia, Irán, Noruega, Sudáfrica, Suiza y Tailandia, que han tomado medidas muy diferentes para enfrentar la pandemia y con muy diversos resultados. Muchos países se sumaron en los días siguientes. Ya suman 45 y la lista sigue abierta. “Cuantos más países se sumen, más rápido tendremos los resultados”, dijo Ghebreyesus.
“Este amplio estudio internacional está diseñado para generar información sólida que necesitamos para demostrar qué tratamientos son más efectivos”, anunció. “Hemos llamado a este estudio el ensayo Solidaridad”.
Esta iniciativa mundial es única y sin precedentes en la historia de la medicina: el estudio de tratamientos en miles de pacientes graves, de forma simultánea, en centros hospitalarios de varios países y en circunstancias de gran presión sanitaria en plena pandemia. Todo este esfuerzo científico determinará si algunas de las drogas utilizadas serán efectivas para salvar a los pacientes más graves, reducir el tiempo de internación, liberar camas críticas, y disminuir a su vez el riesgo de contagio.
Este tipo de ensayo simultáneo y masivo “reducirá drásticamente el tiempo necesario para generar evidencia sólida sobre qué medicamentos funcionan”, dijo el director de la OMS este viernes, poco antes que un paciente noruego fuera el primero en comenzar con las pruebas.
De este modo, de entre todas las opciones posibles, los cuatros tratamientos seleccionados y que se utilizarán en diferentes combinaciones durantes las pruebas son:
Remdesivir
El remdesevir es un antiviral que fue probado en pacientes con ébola con resultados que no fueron alentadores. La droga cobró relevancia cuando se la utilizó en Estados Unidos en el primer paciente con diagnóstico de COVID-19 y se observó mejoría. El mecanismo de acción de esta droga alentó a los científicos a incluirla en el estudio y hoy forma parte de los cuatro tratamientos elegidos para hacerle frente a la pandemia que mantiene en vilo al mundo.
Lo cierto es que demostró utilidad debido a que su mecanismo consiste en interferir la replicación del microorganismo invasor, contra el virus respiratorio sincitial, el de Junín, el de la fiebre de Lassa y algunos coronavirus como los causantes del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS) y del síndrome respiratorio agudo grave (SARS).
Cloroquina e Hidroxicloroquina
La cloroquina es un medicamento que inicialmente mostró cierta actividad contra el COVID-19, aunque los datos son escasos. Científicos chinos inicialmente informaron sobre sus beneficios pero sus hallazgos hasta el momento no han sido publicados en revistas científicas.
Un investigador francés ha informado sobre un estudio en algo menos de 30 pacientes en el que demostró que con el uso de estas drogas se logró que un alto porcentaje de pacientes infectados dieran resultado negativo en los testeos para COVID-19 realizados a los seis días de tratamiento, en comparación con pacientes no tratados quienes, en el mismo período, continuaron positivos. Es relevante ya que la hidroxicloroquina es un medicamento que potencialmente produce efectos adversos cardíacos como arritmias que pueden ser fatales, razón por la cual esta droga solo puede utilizarse bajo estrictos controles médicos.
Ritonavir/lopinavir
En el año 2000 se aprobó la combinación de fármacos Ritonavir/Lopinavir. Ambos funcionan como inhibidores de la proteasa del virus SARS-CoV-2. Se trata de una proteína que necesita el virus para madurar y volver a infectar una vez que se ha replicado en las células.
Son drogas que se utilizan en combinación y con mucho éxito para el tratamiento de la infección por VIH. También se ha documentado su relativa utilidad para otros coronavirus como SARS y MERS. Además, China brindó algunos resultados favorables con estas drogas, razón por la cual se las incluyó en el estudio de la OMS.
Sin embargo, en un ensayo clínico publicado en la revista NEJM con 199 pacientes, la combinación no mejoró los resultados del tratamiento estándar. Pero los autores alertaron que los participantes estaban gravemente enfermos y que el tratamiento podría haberse dado demasiado tarde
Ritonavir/Lopinavir más interferón-beta
El último de los tratamientos que será estudiado en el megaensayo de la OMS añadirá interferón-beta al dúo ya descrito de Ritonavir/Lopinavir. El interferón-beta es una molécula involucrada en la regulación de la inflamación en el organismo que también demostró eficacia contra el MERS en monos titís. Una combinación de las tres drogas está siendo probada ahora en pacientes con MERS de Arabia Saudita.
Sin embargo, según datos publicados en la revista Science, el uso del interferón-beta podría ser riesgoso en pacientes con COVID-19, ya que, si es administrado en estadíos tardíos de la enfermedad podría causar mayores daños en el tejido.
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