El doctor Martín Lombardero es médico cardiólogo, especialista en Imagen Cardiaca desde hace muchos años de los Sanatorios de la Trinidad, con un extenso curriculum en su especialidad. Escribió un proyecto para el primer día post cuarentena basado en el sentido común, donde él mismo se pregunta: ¿Cómo salir de la cuarentena protegiendo a la población, cuidando algunos insumos básicos de protección médica y reactivando la economía a la vez?
En diálogo con Infobae precisó: “El aislamiento obligatorio de toda la población a tiempo ha sido la primera herramienta indispensable para frenar la curva de contagios, a fin de aplanar la curva de pacientes infectados y no saturar los sistemas de salud. Se trata de “ganar tiempo” mientras adecuamos y preparamos nuestros centros de salud para una atención controlada y coordinada, disminuyendo así la mortalidad que conlleva esta enfermedad. La paradoja es que cuanto mayor es la cuarentena, menos circula el Coronavirus COVID-19, pero mayor será la pérdida económica del país, con todo lo que esto implica”, explicó a Infobae el doctor Lombardero.
“Todos nos preguntamos cómo será el primer día después que se levante este aislamiento por decreto presidencial. Cómo va a salir a la calle la gente con el virus circulando. Porque el virus no se va a ir el 31 de marzo, ni tampoco en pocas semanas más”, agregó Lombardero.
“Para ello habría dos respuestas: 1) Teniendo más exámenes de diagnósticos de COVID-19 para aislar a la gente que lo tenga. Pero la posibilidad ideal de tener test rápidos y masivos no sería tan fácil de ejecutar por razones económicas y de disponibilidad mundial. Todos los países están atravesando una crisis sanitaria y los recursos son limitados, incluyendo los test de diagnóstico del coronavirus.”. Y 2) Fabricando cobertores faciales sólidos y transparentes para disminuir la forma de transmisión “tipo gota” del virus", precisó el cardiólogo que busca generar un proyecto masivo que implique la construcción de estos dispositivos y su uso, por qué no obligatorio, para salir a la calle a trabajar y de esta manera bajar la posibilidad de contagio.
“Los barbijos no alcanzan. La falta de insumos y sobre todo barbijos es un problema mundial. El requerimiento ha sido masivo no solo por los centros de salud sino por la comunidad, llevando a situación de escases, especulación, acopio y precios exorbitantes, indignos del momento que atraviesa la humanidad. Además, la utilización del barbijo en la comunidad general es controvertida (por ej: no es reutilizable, y no cubre la entrada ocular). Pero esta es una discusión para los especialistas en Infectología que ahora, lamentablemente, queda en 2do plano por la actual escasez de barbijos. Y lo que es peor: su utilización en la comunidad general va en desmedro de los que realmente necesitan el barbijo en forma imprescindible: el personal de salud y los pacientes COVID-19”, precisó Lombardero.
Transmisión del virus
Una de las características que tenemos como certeza del nuevo coronavirus es como son sus dos vías de contagio:
1- “Gota”: cuando una persona salpica gotículas al toser, estornudar y hablar. Esas gotas pueden ingresar directamente por las mucosas de nuestra boca, nariz y ojos. Por eso es clave mantener una distancia prudencial de 1,5 a 2 metros de otra persona.
2- “Contacto con superficie”: Si un paciente con COVID-19 contamina una superficie (al toser, hablar y estornudar), otro individuo que toca dicha superficie (generalmente con la mano) se contaminará con el virus. Y al llevar su mano a la cara se va a activar el contagio (el coronavirus ingresará también al organismo por boca, nariz y ojos). De ahí la importancia del lavado de manos para inactivar esta vía de contagio.
“Es por ello que una manera eficaz de cortar la transmisión del virus es la elaboración de protectores faciales en la población y que su utilización sea masiva. La idea sería comenzar a realizar una producción masiva de los mismos, ya sea a nivel industrial o casero [hay mucha gente muy creativa que en este aislamiento que tiene tiempo y puede fabricarlo en su casa] y la vez desincentivar la venta y uso de barbijos en la comunidad general, quedando los mismos para el uso exclusivo de centros de salud y pacientes con coronavirus. Así como en la cuarentena obligatoria no se puede transitar por la calle sin un certificado lo justifique, la utilización de barbijos en la población general debería estar justificada (por ejemplo portador de COVID-19. o alérgico a ..). Pero a la vez, debería ser obligatorio el uso de un protector facial en espacios públicos y durante un tiempo prudencial para disminuir un posible contagio”, indicó el doctor Lombardero.
“La medida transitoria para combatir el virus post cuarentena sería implementar el uso obligatorio de máscaras/protectores faciales para deambular, trabajar frente al público, trabajar en oficinas cerradas con gran cantidad de gente (pudiendo sacársela si no trabaja frente al público recién cuando llega a su oficina), espacios públicos, transporte público, personal de seguridad, controles policiales y en múltiples y diferentes alternativas de la vida diaria. Otras medidas efectivas para luchar contra el virus sería que los mayores de 65 años prosigan en cuarentena obligatoria y en los individuos de 60-65 quede como optativo según comorbilidad y factores de riesgo. Además, se debe seguir incentivando la política de Home Office para aquellos que su trabajo se los permita”, destacó Lombardero.
Ventajas del protector facial
El cardiólogo especialista, afirmó que el protector facial (a diferencia del barbijo), se puede lavar inclusive con agua y detergente/jabón cuantas veces quiera. Además, y muy importante, evita estar tocándose la cara constantemente. El hecho de tener una máscara/protector facial concientiza al individuo a no tocarse la cara. Al sacar el protector, lo puede lavar con detergente, jabón o alcohol, o cualquier producto de mercado que inactive el virus. Luego se lava las manos y recién después se puede tocar la cara. Por lo tanto, lo protegería contra el “contacto de superficie”.
Y puntualizó que los protectores faciales que se venden en el mercado también han aumentado súbitamente de precio y no se consiguen. Es por ello que es recomendable que cada persona puede hacer uno casero con materiales como el PET (Tereftalato de polietileno) de grado alimenticio, que es un tipo de plástico muy usado en envases de bebidas y textiles.
"Los argentinos somos sumamente creativos, ya está adaptando en las redes materiales caseros para hacer una protección facial, como por ejemplo con botellas descartables de bebidas y agua mineral (entre otros interesantes diseños). De esta manera, la propuesta podría ser hacer los ciudadanos creativos que están en casa con tiempo ocioso por la cuarentena puedan diseñar un protector facial, práctico y fácil de hacer, que no se empañe, no dificulte la respiración, liviano y de costo cero o lo más cercano a cero”, amplió.
: "¿Es una protección 100% segura? No. Pero es infinitamente mejor que salir con la cara descubierta. ¿Es difícil de implementar? Si, pero más complicado y grave es:
1- Que el personal de salud se quede sin barbijos
2- Que siga parada la economía
3- Que haya rebrote inmediato después del esfuerzo de esta cuarentena (que ningún método asegura que no pueda existir, pero por sentido común e instrumentando un tiempo prudencial estas medidas, es muy probable baje la posibilidad de un rebrote inmediato)
No reactivar la economía puede generar tanto daño como la epidemia. Pero sin salud no hay recuperación. Debemos buscar entre todos soluciones creativas para re-activar la economía y cuidarnos a la vez. Se trata de seguir ganando tiempo, para que la curva sea lo más plana posible y que haya una cama con respirador para quien lo necesite. Los recursos son limitados (en todo el mundo) y todos nos estamos preparando para una “inundación controlada”, pero nadie puede estar preparado para un tsunami sanitario", concluyó.
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