En el marco de las medidas de aislamiento social obligatorio, adoptadas por el Poder Ejecutivo Nacional, y con la presencia de niñas y niños en casa de manera permanente, se deben extremar medidas y recaudos para evitar accidentes domiciliarios.
Al estar todo el día en casa, las personas tienen más posibilidades de sufrir lesiones involuntarias en accidentes domésticos, algunos de los cuales pueden terminar siendo graves. Estas lesiones pueden prevenirse por lo que es fundamental el cuidado de los adultos a cargo.
Es importante poder tomar conciencia que aproximadamente el 80% de los accidentes se producen en ámbitos privados y el 50% en el propio hogar. Un accidente según la OMS “es un suceso no premeditado cuyo resultado es un daño corporal identificable”.
“Seria bueno en estos momentos promover recomendaciones para un hogar seguro para evitar que los niños se lesionen. Si se puede prevenir no es un accidente, por eso preferimos llamarles lesiones no intencionales”, explicó en diálogo con este medio la doctora Melisa Giovanini, también pediatra del Comité de Prevenciones de la Sociedad Argentina de Pediatría.
Todos los días llegan a las guardias niños que han sufrido algún accidente doméstico. Los niños menores de 5 años son un grupo de riesgo, con mayor incidencia entre el año y los tres años de vida donde el comienzo de la deambulación y la progresión del dominio de su cuerpo y la autonomía se potencian con la curiosidad propia de querer descubrir el mundo, sin comprender el potencial peligro.
Sin embargo, en este contexto muchos padres temen llevar a sus hijos a las guardias de los hospitales. Las guardias son la puerta de entrada del paciente al hospital, son el corazón de los hospitales y el lugar por donde más gente circula.
“Las guardias en los hospitales siguen funcionando para urgencias. Si hay accidentes moderados graves hay que asistir. En este contexto las familias solo recurren ante una emergencia, que es al fin y al cabo la finalidad de la guardia”, advirtió en diálogo con Infobae la doctora Carla Orsini, pediatra de Swiss Medical Center.
El Centro de Emergencias, como su nombre lo indica, es un área especializada en “emergencias”. Es decir, su función principal es la de atender de forma inmediata a pacientes cuya salud corre peligro. Por ello se aconseja llamar al pediatra para que realice una evaluación primaria y si es algo grave, como una quemadura importante que requiera una curación bien hecha, desgraciadamente la guardia no puede soslayarse.
“Lo que se recomienda es comunicarse telefónicamente con un servicio de emergencias médicas o con el pediatra de cabecera para que puedan categorizar el cuadro y decidir si necesita atención inmediata o no. Le pueden dar pautas de alarma y cuidados específicos según la lesión o le indicarán que debe ser evaluado por un profesional médico en el domicilio o guardia si el cuadro del niño así lo requiriera”, continuó Giovanini.
Los 5 accidentes domésticos más frecuentes son:
- Las caídas de altura y golpes
- Heridas cortantes y hemorragias
- Quemaduras
- Intoxicaciones
- Atragantamiento
Dormir en la cama de los adultos sin protección, suelos resbaladizos, huecos mal protegidos (espacios entre escalones, barandas), objetos desparramados en el camino, uso de objetos inadecuados para alcanzar objetos: banquitos, sillas, (los niños nos imitan) y asomarse a lugares sin protección son algunas de las principales causas de las caídas de altura y los golpes.
Para prevenirlas se recomienda dormir en sitios seguros, no dejar expuestos banquitos ni mesitas que tienten a los niños a escalar próximos a ventanas, balcones, asegurar posibles huecos con mallas de protección, no dejar superficies resbaladizas y sucias, y no dejar objetos innecesarios desparramados.
En la mayoría de los traumatismos leves-moderados al golpear puede producirse un hematoma (chichón), para limitar la formación de éste se puede colocar frio: bolsa de gel, y comprimir, o algún producto que contenga árnica.
Específicamente si el golpe fue en la cabeza es importante constatar que el niño esté consciente, haya llorado, esté conectado y se comporte normalmente. Se debe acudir a un servicio de emergencias para ser evaluado y reconocer las pautas de alarma ya que se deberá observar la evolución del mismo. Concurrir inmediatamente si está mareado, somnoliento, irritable, si presente vómitos a repetición. Si el niño desea dormir puede hacerlo pero habrá que despertarlo cada 2hs.
Las quemaduras son producto del contacto con líquidos o superficies a temperaturas elevadas: estufas, lámparas y hornos ubicados en lugares accesibles, recipientes calientes o con líquidos calientes expuestos al alcance de los niños, o de tocar enchufes y cables.
Dentro de las recomendaciones para prevenirlas se incluyen cocinar en las hornallas traseras con los mangos de las cacerolas y sartenes hacia adentro, alejar a los niños de la cocina mientras se prepara la comida y cuando se está cocinando advertir a los niños que eso quema, colocar protecciones en los objetos calientes y que resultan accesibles, cubrir el horno con un trapo, repasador, no dejar recipientes calientes expuestos sino hacia adentro de las mesadas o centro de la mesa, utilizar individuales no manteles, manipular con cuidado productos peligrosos y utilizar protectores para los enchufes.
Para evitar que una lesión por quemadura avance, se recomienda aplicar agua fría de la canilla sobre la quemadura por lo menos 10 minutos, cubrir con apósito estéril, si la ropa está pegada a la piel mojar pero no retirar y consultar al servicio de emergencias. No colocar, aceites, dentífrico, ni hielo o abrir las ampollas.
Frente a quemaduras eléctricas, si un niño está en contacto con la fuente eléctrica no tocarlo directamente sino a través de un objeto no metálico para retirarlo de la fuente eléctrica. Sino cortar la electricidad. Si el niño está inconsciente y con signos de paro cardiorrespiratorio se deberá realizar RCP, si el niño impresiona bien igual se debe acudir a un servicio de emergencia para evaluar la herida y posibles daños.
Para prevenir el atragantamiento se debe evitar que los niños menores de 3 años jueguen o manipulen objetos con piezas pequeñas, no ofrecer alimentos que se atoren fácilmente: salchichas, nueces, maníes, pochoclos, caramelos duros, o siempre bajo supervisión y evitar que los chicos corran con objetos en la boca.
Qué hacer: si el niño llora, tose o habla dígale que se tranquilice que usted lo va a ayudar y que siga tosiendo. Eso significa que el aire está pasando. Háblele con calma y estimule a que lo siga haciendo.
Qué no hacer: no golpear nunca la espalda porque obstaculizamos el mecanismo que está usando para liberar el objeto o incluso podemos inclinarlo nosotros hacia la vía aérea.
Si la tos es inefectiva, débil, babea o cambia de color a morado, o si es mayor se lleva ambas manos al cuello (señal universal de atragantamiento) puede ser que la obstrucción se total y es necesario aplicar las maniobras de desobstrucción de la vía aérea.
Para el Comité de Prevenciones de la Sociedad Argentina de Pediatría, estos accidentes no son “inevitables” ni “obra de la fatalidad” como se suele escuchar. En la mayoría de los casos son producto de la desinformación, la imprevisión o la franca negligencia de los adultos. Si todos en la comunidad, primero los mayores y luego los niños, siguieran conductas seguras, la gran mayoría de los accidentes serían evitables, con todas las ventajas que esto significa.
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