El sábado pasado, la Argentina ya empezó con la descentralización gradual de los testeos de los casos sospechosos de infección por el nuevo coronavirus. Desde febrero, los testeos -que se hacen para diagnosticar o descartar la enfermedad- se venían realizando en el Instituto Anlis/Malbrán, que depende del Ministerio de Salud, de la ciudad de Buenos Aires. Antes del 31 de marzo, los testeos se harán en 35 laboratorios públicos ubicados en las provincias, que ya recibieron capacitación para su personal y, en algunos casos, 25 equipos para hacer hacer la detección del virus y 25 cabinas de seguridad.
De acuerdo a fuentes del Instituto Anlis/Malbrán, los 35 laboratorios estarán recibiendo antes del 31 de marzo los kits para hacer 52.500 determinaciones para detectar al virus. El Gobierno compraría 500.000 kits más en las próximas semanas como una medida para abastecer la demanda por el posible aumento de la curva de casos, una subida que se ha registrado en Asia, Europa y América del Norte por la rápida transmisión del virus. Hasta este miércoles 25 de marzo, se habían confirmado 387 casos positivos de coronavirus, y 1453 casos negativos (se descartaron después de que se hiciera el estudio de biología molecular), según el parte diario del Ministerio de Salud de la Nación.
El estudio de cada caso sospechoso puede implicar más de una determinación en cada persona. Igualmente, el Instituto seguirá haciendo estudios de casos sospechosos y recibirá muestras de otras provinciales si los profesionales locales lo piden. Los laboratorios que empezaron a hacer esta semana los testeos se encuentran en Capital (como el Hospital Muñiz y el Hospital de Pediatría Juan Garrahan), las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz, Santa Fe, Chaco y Tierra del Fuego, donde se han confirmado más casos de infección por el nuevo coronavirus, que se llama COVID-19. Después, se agregarán los otros de las demás jurisdicciones. Formosa, que aún no ha notificado casos, recibirá los kits para hacer los testeos este viernes.
La realización continua de testeos es una exigencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para todos los países. Forma parte de la estrategia global para desacelerar la pandemia por el coronavirus. Además de las medidas de distanciamiento social, aislamientos preventivos, lavados de manos frecuentes, los tests garantizan que cada afectado tenga su diagnóstico y permiten rastrear por donde circula el virus. A partir de los resultados de los testeos, las autoridades sanitarias pueden tener información para decidir más medidas para contener y mitigar la propagación del virus.
El virus (que lleva el nombre SARS-COV-2) fue descubierto el 7 de enero pasado en China, después de que en diciembre se detectaron en la ciudad de Wuhan 27 casos de personas con un síndrome respiratorio agudo grave de origen desconocido. En los días siguiente, los casos de personas con la nueva enfermedad causada por el virus comenzaron a diagnosticarse en Tailandia y Japón, y luego siguiendo expandiéndose hacia el resto del mundo hasta que el 11 de marzo se declaró una pandemia.
Después de que se identificara la causa de la enfermedad, científicos de diferentes países se concentraron en hacer testeos para hacer los diagnósticos en los casos sospechosos. China desarrolló un protocolo de testeo que se enfoca en dos partes del material genético del virus. Otro de los protocolos fue realizado en la institución Charité de Berlín, Alemania, y utiliza el método PCR en tiempo real. Este protocolo sirvió de base para los primeros 250.000 kits de diagnóstico que distribuyó gratis la OMS a los países, incluyendo a la Argentina.
Esos kits fueron recibidos en el Instituto ANLIS/Malbrán, donde se estableció un proceso para procesar las muestras a partir del hisopado en los casos sospechosos. Desde febrero, las muestras se reciben y registran. Se abren dentro de la cabina de seguridad. Con 6 máquinas robóticas, se extrae material genético de las muestras, y luego se detecta o se descarta la presencia del virus.
Al descentralizarse los testeos, se espera acortar el tiempo que implicaba el transporte de la muestra desde las provincias a Capital Federal. “Los casos confirmados podrían crecer por la evolución natural de la pandemia, y no porque haya más laboratorios”, dijeron las fuentes de la institución de investigación científica y vigilancia de las enfermedades infecciosas. Además del diagnóstico de casos, en la institución también se están llevando a cabo estudios para analizar el genoma del virus que circula en el país y comparaciones con otros países.
En la provincia de Buenos Aires, serán 18 los centros donde se realizarán las pruebas. Tendrán capacidad operativa para hacer hasta 2.000 muestras diarias. Los nuevos centros de diagnóstico bonaerense para Coronavirus son los hospitales “Argentino Diego” de Azul, “Alende” de Mar del Plata, “Penna” de Bahía Blanca, “San Juan de Dios” de La Plata, “Rossi” de La Plata, “Eva Perón” de San Martín, “Paroissien” de La Matanza, “El Cruce” de Florencio Varela, “Evita” de Lanús, y “Fiorito” de Avellaneda. También harán testeos los laboratorios de las facultades de Medicina, Ciencias Exactas y Veterinaria de la UNLP, y de la Universidad Nacional de Quilmes, junto con el Instituto Biológico “Dr. Tomás Perón” de La Plata, SENASA Martínez, el Centro de Investigaciones Básicas y Aplicadas de Junín, el Centro de Bioinvestigaciones de Pergamino, y el Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Maiztegui”, en Pergamino.
La Provincia cuenta además con el Hospital Nacional Posadas, ubicado en El Palomar, y el Instituto Nacional de Epidemiología “Jara” de Mar del Plata, que ya estaba recibiendo muestras de casos sospechosos de COVID-19 para descartar influenza A y B con derivación al Malbrán en Capital.
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