Al igual que cuando pasa un huracán y la ciudad empieza “desde cero”, una sensación similar tendrá la población cuando finalice la cuarentena obligatoria, que se dictó para evitar la propagación de la pandemia en varias partes del mundo. Finalizar actividades que dejaron inconclusas, encontrarse con familiares y amigos, viajar a cualquier parte del mundo, salir a comer, y volver al trabajo son algunos de los deseos que comparten vía redes sociales las personas para llevar a cabo al finalizar el aislamiento.
“Todo este encierro hace que haya una demanda contenida de encuentros y posiblemente la gente tienda a eso, una vez que finalice el encierro casi como un festejo colectivo. Sin embargo, eso sería bastante peligroso, la salida debería ser tranquila porque la pandemia no se elimina con la cuarentena, lo que evitamos es la velocidad del contagio y si volvemos a estar expuestos posiblemente vuelva acelerarse”, dijo a Infobae Harry Campos Cervera, médico especialista en psiquiatría y miembro de APA.
Primeros precedentes
Por primera vez en dos meses, los vecinos de algunos barrios de la urbe de Wuhan, que se encontraban en cuarentena desde el 23 de enero, considerados por fin seguros por la ausencia prolongada de contagios, pudieron salir de sus complejos residenciales para ir a comprar comida, recorrer las calles aunque sea por un rato, anhelando el 8 de abril día en el que finalizará la cuarentena.
“Los habitantes de Wuhan de a poco están volviendo, y eso es algo muy positivo porque da cuenta que esto empieza y termina y de a poco volveremos a los carriles de la vida habitual pero de forma gradual que es lo más importante”, dijo a Infobae Elsa Wolfberg, médica psiquiatra y psicoanalista de APA.
Para el prestigioso médico neurólogo Conrado Estol, es similar a tomar un remedio: “No se corta de repente. Los epidemiólogos deberán decirlo e imitar a un país que lo haya hecho primero y le haya ido bien. La gente mayor de 70 años debería ser la última en salir, los niños primero y así progresivamente, último los teatros, cines y conciertos, de a poco y en forma gradual”.
Un antes y un después en la vida de las personas
Para Gabriela Martínez Castro, especialista en trastornos de ansiedad y directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (Ceeta), es muy probable que muchas personas no sean las mismas que eran previo a la cuarentena obligatoria: “Muchos vículos se verán reforzados pero otros tantos se romperán así como habrá mucha gente que se plantee el estilo de vida que venían llevando. Es muy probable que la gente empiece a invertir en valores vitales y decida rumbos en la vida que se planteó durante la pandemia”.
“Debido a la cuarentena muchas personas se vieron forzadas a abandonar su ritmo de vida y esto no fue algo menor, un ‘parate’ forzado de esta magnitud no es fácil y es por eso que son cada vez más los que acuden a un profesional aún sin antes haber consultado. Desde mi campo de trabajo, son cada vez más las personas con trastornos por ansiedad generalizada, que se traduce en una preocupación constante. De a poco empiezan a generar sintomatología física y a medida que pasa el tiempo aumenta el temor, sensación de pánico y crisis. Por eso es vital, que sea de forma gradual y que se acompañe como sea a esas personas", comentó Martinez Castro.
Volver a la rutina
La mejor manera de volver a la cotidianidad de acuerdo a Campos Cervera, es de forma controlada: “Debemos volver a la realidad de manera controlada y con paciencia ya que nos tendremos que enfrentar a una realidad complicada, por un lado debemos seguir atentos al virus pero por otro lado, nos encontraremos con un fuerte impacto económico y tendrá un costo enorme para algunas personas”.
“La mejor manera sería gradual y sobre todo teniendo en cuenta que después de esto, es como cuando arrasa un huracán y tenemos que reconstruir la ciudad, acá metafóricamente tenemos que reconstruir lo que quedó dañado, por eso, es importante no idealizar que termina la cuarentena y es todo encuentros y fiestas sino que debemos seguir trabajando para recuperar el día a día”, enfatizó Campos Cervera.
Del mismo modo, Wolfberg apuntó a que las personas saldrán con mejores sentimientos: “Es un sistema solidario ya que por eso estamos encerrados, para evitar la propagación del virus entre todos. Me parece que hasta saldremos mejores. El hecho de que cada día a las nueve de la noche, los balcones y las ventanas se inunden del sonido de aplausos de la población a los médicos y personal de la salud es emocionante y también tendremos la sensación, si se hace de forma gradual que mucha de las molestias habrán valido la pena cuando veamos resultados concretos”.
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