Existen actualmente más de 170 mil infectados y un saldo de 6.680 fallecidos a raíz de la pandemia que desde sus inicios mantuvo en vilo a todo el mundo. Por eso, no importa qué escenario esté atravesando cada país, la contención del coronavirus es vital en pos de evitar una mayor propagación.
Dentro de los métodos de prevención, el primero al que recurrió la población, además del alcohol en gel, fue el del barbijo, incluso antes de que se registren casos en Argentina lo que llevo a la Sociedad Argentina de Infectologia (SADI) a desaconsejar el uso del barbijo para la prevención del (coronavirus) 2019-nCoV”.
En el texto, explicaban que “los virus respiratorios, incluyendo el 2019-nCoV, no se encuentran suspendidos en el aire. Es necesario que una persona infectada con dicho virus lo elimine a través de sus secreciones, y solo estarán expuestos quienes se encuentren a corta distancia”.
En esta linea, el médico infectólogo Daniel Stamboulian explicó a Infobae que solo se justifica cuando uno esta cerca de una persona infectada con coronavirus o que posiblemente tenga el virus. “La persona debe evitar el encuentro con personas con problemas respiratorios porque no hay tratamiento. El único tratamiento adecuado es el correcto manejo de la infección respiratoria”, dijo Stamboulian.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro de Control de Enfermedades y Prevención de los Estados Unidos (CDC) y el Ministerio de Salud de la Nación no recomiendan a la población llevarlos cuando caminan por la calle, cuando van a hacer compras a un mercado, asisten a un evento deportivo o cuando en pocas semanas lleven a sus hijos al colegio.
“Tienen un rol muy limitado en la Argentina, en un país que por el momento no ha tenido ningún caso, y consideramos un país de bajo riesgo. Solo cuando una persona con síntomas respiratorios y que dice que viene de China o que estuvo con alguien enfermo consulta rápidamente en la guardia médica, le ponemos uno de estos barbijos para que evitemos que sus secreciones se dispersen en el ambiente", dijo a Infobae la doctora Gabriela Piovano, médica infectóloga del Hospital Muñiz.
Y agregó: “Las personas que lo asisten, enfermeros, médicos, y los que lo reciben utilizarán el barbijo quirúrgico. El barbijo N95 queda exclusivamente reservado para el personal de salud que le haga algún procedimiento a la persona enferma que va a aerosolizar el ambiente, situación que solo se da cuando le tomamos una muestra respiratoria o hacemos otros procedimientos. La OMS, el CDC, el Ministerio de Salud nos dicen que la población en general no debe utilizar máscaras para protegerse””.
“Disponemos de dos tipos de barbijos. El primero conocido como barbijo quirúrgico, lo utilizan los cirujanos y tiene sentido para que el personal de salud se lo coloque y cuando el cirujano opera evita que sus secreciones expongan al paciente. También lo utilizamos cuando hay personas que tienen infecciones respiratorias y se lo colocamos a la persona afectada para que cuando hable o tosa, no elimine secreciones en el ambiente”, explicó a Infobae Gustavo Lopardo, médico infectólogo ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) (M.N 74.429).
"Existe otro barbijo o máscara más sofisticado y por supuesto de mayor costo, que tiene poros mucho más pequeños, entran con mucha dificultad acá las pequeñas gotas, pero además tiene la posibilidad de que se sella a todo su alrededor y no entra prácticamente ninguna partícula. Este no solo protege de casi todo microorganismo, sino que si hubiera vapores o humo en el ambiente también nos protege”, aseguró.
A pesar del incremento de la cantidad de casos en Argentina y en el mundo, los especialistas estuvieron en la misma línea: el barbijo como prevención no sirve, sino que es útil únicamente para aquellos que ya estén contagiados o los que se encuentren a pocos metros de distancia de alguien con coronavirus.
“Ante cuadros respiratorios consultar, y siempre buen lavado de manos, que ayuda a prevenir este y muchos otros virus. Cuando era chico, me habían enseñado que al toser o al estornudar me tenía que tapar con las manos. Pero hace once años, en 2009, con la pandemia (gripe H1N1), aprendimos que esto no es lo mejor, porque cuando hacemos esto nuestras manos quedan muy altamente colonizadas con microorganismos. Lo mejor es lo que llamamos etiqueta de tos, toser o estornudar al pliegue del codo, con el que habitualmente no tocamos a nadie. E igual siempre después es recomendable lavarnos las manos, con agua y jabón o alcohol en gel”, dijo Lopardo.
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