En medio de la vorágine de información que circula sobre el nuevo coronavirus que sorprendió al mundo en diciembre y que esta semana la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró pandemia, la evidencia científica se construye minuto a minuto, sobre la base de la experiencia de los países que más casos presentan.
En ese sentido, algo que llama la atención de los expertos es que el COVID-19 parece no afectar a los niños. De hecho, los afecta en una proporción muy pequeña comparado con los adultos: en la franja etaria que va desde los cero a los nueve años los casos registrados no superan el 1% y la mortalidad es del 0%.
Consultado por Infobae, el médico infectólogo Eduardo López (MN 37586) reconoció que “no se sabe la causa, pero la evidencia indica que prácticamente no hay ningún niño que haya requerido terapia intensiva, al menos es lo que ocurrió en China, que es donde más casos se estudiaron”.
“No se sabe realmente por qué se enferman menos, pero es notable -señaló el especialista-. Algunos discuten si el receptor del virus a nivel pulmonar está totalmente desarrollado en niños comparado con adultos; otros hablan de cierto grado de inmunidad que los protegería, pero lo cierto es que no hay estudios que lo clarifiquen”.
Y agregó: “Si bien los niños no adquieren la enfermedad, o lo hacen de manera muy leve, sí la transmiten, por eso no es exagerada la medida de suspender las clases que se ha tomado en muchos países”.
En tanto, el médico infectólogo Omar Sued, director de investigaciones de Fundación Huésped (MN 91262), consideró que “el virus afecta a los niños, pero no produce en ellos formas graves de la enfermedad ni mortalidad, entonces es posible que muchos se hayan infectado y no hayan tenido alta fiebre ni grandes síntomas y por tanto no se reportaron”.
“Por otro lado, al no haber requerido internación ni muerto ninguno ha pasado inadvertida la infección”, agregó el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, quien resaltó que “no hay una causa biológica identificada que permita pensar que no son afectados por este virus”.
Sobre a partir de qué edad el coronavirus comienza a aumentar su tasa de mortalidad, Sued sostuvo que “el virus empieza a aumentar la tasa de de mortalidad en forma muy importante a partir de los 60 años y por cada década se duplica: a partir de los 60 es 4%, a los 70 es del 8% y a los 80, 16%”, por eso es que hay que tener tanto cuidado con los adultos mayores".
En tanto López agregó que “el grupo que más se infecta es el de 45-55 años, pero en ellos la enfermedad es de buen pronóstico”.
Ante la pregunta de qué ocurre con las mujeres embarazadas, López aseguró que “no se sabe claramente qué hacer con este grupo porque hubo muy pocos casos, pero lo que sí se observó es que los pocos que hubo evolucionaron bien y no tuvieron mayores complicaciones”. “Mediante estudios de sangre de cordón se determinó que no hay transmisión al feto en forma significativa”, subrayó.
“Las mujeres embarazadas no parecen tener un riesgo mayor que otras personas y tampoco el virus parece transmitirse de la madre al hijo ni en la cesárea ni en el parto; el único problema que tenemos que resolver es qué hacer con los bebés a cuyas madres les diagnosticaron coronavirus -sumó Sued-. Se cree que lo mejor es que amamanten a sus hijos con barbijo o lo hagan después de lavarse muy bien las manos; y en caso de estar internadas, lo ideal sería darle al bebé leche materna extraída en mamadera y mantener a la madre en una habitación separada”.
Sobre el período de incubación y la ventana de contagio
"Durante el periodo de incubación habitualmente el individuo está asintomático y en general contagia poco o no contagia", explicó López, quien resaltó: "A veces los primeros síntomas son muy banales, como un poco de dolor de garganta y sin embargo la persona ya contagia".
Y tras asegurar que “el periodo de contagio empieza en el día uno de síntomas y el pico máximo ocurre entre el tercero y sexto día”, el infectólogo manifestó que “no hay tratamiento farmacológico de eficacia definido hasta el momento” y que si bien se están probando varias drogas antirretrovirales, la actual indicación para el seguimiento de los pacientes es “de sostén”.
Al respecto, y sobre las personas que llegan al país desde los países de riesgo, Sued recomendó: “La gente que llega se tiene que quedar en su casa durante dos semanas, controlarse la temperatura cada 12 horas, evitar el contacto estrecho, dormir en camas separadas, desinfectar bien las superficies y lavarse las manos permanentemente. Eso, si uno está infectado, va a evitar que la infección se propague al resto de la familia y la propagación pase a ser de circulación en la comunidad”.
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