Mucho se dice sobre la importancia de contar con buenas defensas para que el organismo “ataque” a los virus y bacterias que causan enfermedades. Pero ¿qué es el sistema inmune y para qué sirve?
“El sistema inmunológico está formado por células, órganos y proteínas que circulan en la sangre y funcionan como una red en la que se interrelacionan. Lo normal es un equilibrio constante y ese equilibrio se ve amenazado por diferentes situaciones, que van desde estrés hasta elementos propios del medio ambiente. El sistema está preparado para contrarrestar eso y siempre volver al equilibrio”. El médico especialista en inmunología y reumatología Pablo Mannucci (MN 96008) explicó a Infobae que “hoy se sabe que, además de controlar infecciones causadas por bacterias, virus y hongos, el sistema inmune controla el desarrollo de tumores y la aparición de enfermedades autoinmunes, o sea, que su accionar es mucho más amplio de lo que se creía”.
Según el coordinador del área de Inmunología del Hospital Alemán, “para que ese equilibrio se mantenga y el sistema inmune se mantenga activo hay elementos fundamentales”. Y enumeró:
1- “Primero hay que estar bien nutrido y tener una alimentación adecuada”, dijo en referencia a “fundamentalmente evitar el sobrepeso”.
2- Evitar el tabaco, ya que "está demostrado que altera el funcionamiento de las células inmunológicas".
3- Hacer actividad física.
4- Controlar la ingesta de alcohol
5- Cumplir el esquema de vacunación obligatorio y estar atento a vacunas que son necesarias en determinadas situaciones (por ejemplo fiebre amarilla en caso de viajes a determinadas zonas o la antineumocócica en personas asmáticas).
“El sistema inmune tiene memoria inmunológica y para generarla las vacunas son fundamentales; es la única manera de que el sistema inmune recuerde cómo actuar frente a esos gérmenes”, resaltó el especialista, quien además sostuvo que “hay que estar atentos a situaciones o señales de alarma que pueden denotar que el sistema inmune no está del todo bien, como infecciones respiratorias moderadas a severas recurrentes”.
Puntualmente sobre el coronavirus, Mannucci enfatizó que “frente a un paciente con desequilibrio inmunológico tiene más chances de desarrollar una forma más grave de la enfermedad”.
Nutrientes clave para mejorar sistema inmune
Mientras las cifras de infectados y muertos relacionados al nuevo coronavirus continúan en aumento, es vital actuar en forma preventiva.
En ese sentido, existe una gran variedad de minerales que cumplen diversas funciones en el organismo pero dos de ellos parecen ser fundamentales para el comportamiento del sistema de defensas: el selenio y el zinc.
El reconocido médico infectólogo italiano Attilio Speciani, en una entrevista relacionada al aumento de casos en Italia, remarcó la existencia de una investigación muy relevante sobre la presencia de selenio y sobre la capacidad del cuerpo para vencer a los virus. Estudios recientes demostraron que “tener una concentración adecuada de selenio en sangre permite una mayor capacidad defensiva del sistema inmune contra los virus en general, y el coronavirus no es la excepción”.
Y agregó: “En aquellas poblaciones donde hay una falta de selenio y zinc, los virus cambian más fácilmente y se vuelven más agresivos. Esto se aplica a otros coronavirus e influenza. Lo mismo sucede ante una persona desnutrida o inmunodeprimida, el virus cambia más rápido y se vuelve más agresivo porque no hay respuesta defensiva de nuestro organismo”.
“Los alimentos naturalmente ricos en selenio son, especialmente, los mariscos y las nueces. También está presente en productos de origen animal como el pollo, carne vacuna, y en vegetales de hojas de verde y legumbres”. Según precisó el médico y máster universitario en nutrición Milton Dan (MN 119041), “como el cuerpo humano no es capaz de sintetizar selenio, su presencia depende de la ingesta de los alimentos que lo contienen y, a su vez, el selenio de estos alimentos depende de la riqueza en selenio del medio en el que crecieron”.
Debido al bajo consumo de alimento de mar y la escasa presencia de selenio en los suelos, muchas veces no llegan a mantener los niveles suficientes y suele ser necesario suplementarlo. “No todo suplemento de selenio es igualmente eficaz, para que cumpla su efecto y obtener los mayores beneficios, el aporte del mineral debe ser de alta biodisponibilidad, para ello hay que tener en cuenta los factores que aumentan o dificultan su absorción”, explicó Dan, quien resaltó que “las recomendaciones sugieren su aporte en forma independiente, no combinado en los denominados multivitamínicos”.
“El otro factor importante es aportar el selenio en forma orgánica, ello puede ser a partir de levadura (Sele200) o por un proceso que se conoce como quelación de minerales -continuó Dan-. La quelación es un desarrollo científico y tecnológico que permitió transformar los minerales inorgánicos en una forma orgánica. En la Argentina se encuentran disponibles a la fecha tres minerales en la forma quelat, uno de ellos es el selenio”.
El otro mineral clave en el sistema de defensas es el zinc, cuyos beneficios vinculados al sistema inmune fueron descriptos por el científico Ananda Prasad, quien en la década de los 70 se dio cuenta de que este mineral podía ayudar al organismo a acortar o reducir la severidad de los síntomas de los resfriados.
En un estudio ciego con placebo, notaron que en quienes tomaron pastillas de zinc la duración del resfriado se había reducido entre dos y tres días.
A una conclusión similar llegó un metaanálisis publicado en 2017 por científicos de la Universidad de Helsinki.
Los autores de ese metaanálisis explicaron que las formulaciones suelen contener otros ingredientes que restan o incluso anulan la efectividad del zinc, algo similar a lo que sucede con el selenio, por ello sugieren el aporte en forma aislada quelatada.
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