El pasado domingo por la noche, la célebre firma italiana Gucci cerró por primera vez el calendario de la Semana de la Moda de Milán con un curioso desfile contra el que se reveló una de sus modelos en medio de la pasarela. Ayesha Tan Jones esperó a estar frente a las cámaras para manifestarse en contra de la “fetichización de las enfermedades mentales”.
La colección primavera/verano 2020 total white que el director creativo Alessandro Michele presentó en Milán consistió en atuendos inspirados en camisas de fuerza, piezas utilitarias de corte recto, hebillas y correas opresivas. En una cinta transportadora (como de aeropuerto) las modelos se transportaban a gran velocidad frente al público mientras que de fondo se escuchaban grabaciones de voces que decían “sólo quiero ser feliz”; hecho que varios han apuntado a una clara referencia a la esquizofrenia y a un manicomio.
El evento transcurría entre la sorpresa por la puesta en escena y la normalidad hasta que una de sus modelos levantó las manos en señal de protesta. Jones se sintió profundamente ofendida y mostró las palmas de sus manos sobre las que se había escrito “la salud mental no es moda”. “Presentar estos símbolos como accesorios para vender ropa en el clima capitalista de hoy es vulgar, poco imaginativo y ofensivo para las millones de personas en todo el mundo afectadas por estos problemas”, publicó más tarde la modelo sobre lo sucedido en su feed de Instagram junto a un video de su manifestación.
“Como artista y modelo que ha experimentado sus propias luchas con la salud mental -continuó-, así como los miembros de mi familia y seres queridos que han sido afectados por depresión, ansiedad, bipolaridad y esquizofrenia, es hiriente e insensible que una gran firma de moda como Gucci use estas imágenes como concepto para un momento de moda fugaz”.
Ayesha Tan-Jones se define como “artista no-binaria, música (bajo el nombre YaYa Bones) y fundadora de Shadow Sistxrs Fight Club”, un curso de auto-defensa para mujeres, binarias y no-binarias, personas trans y de color.
Tras la polémica, Michele, señaló que la idea del show nació de una reflexión “sobre la humanidad y los uniformes”. Para el diseñador, este conjunto de piezas —que, por cierto, no estarán a la venta— eran “una forma de mostrar la versión más extrema de un uniforme dictado por la sociedad y quienes la controlan”.
“Los uniformes, la ropa utilitaria, la vestimenta normativa, incluidas las camisas de fuerza, se incluyeron en el desfile de moda como la versión más extrema de un uniforme dictado por la sociedad y quienes la controlan. @alessandro_michele diseñó estas prendas para representar cómo a través de la moda se ejerce el poder. Este poder prescribe normas sociales, clasificando y frenando la identidad. El director creativo diseñó una colección que transmite la moda como una forma de permitir a las personas caminar a través de campos de posibilidades, cultivar la belleza, hacer que la diversidad sea sacrosanta y celebrar la autoexpresión e identidad”, publicó la firma en su página de Instagram.
La impresionante primera fila del desfile (allí se encontraban, entre otros Sienna Miller e Iggy Pop) aplaudió de pie cuando Michele hizo su reverencia. Algunos de los presentes, como la actriz y modelo Hari Nef, defendieron incluso el concepto del espectáculo en las redes sociales: "Fue más un recordatorio provocativo de la sumisión que una glamourización de la locura”.
Este fue el primer espectáculo “carbono neutral” de la marca. A principios de este mes, Gucci prometió convertirse en una empresa totalmente neutral en carbono y su CEO, Marco Bizzarri, dijo que la marca había considerado repensar los desfiles de moda por completo, pero sentía que la tecnología aún no estaba lo suficientemente avanzada como para reemplazar la práctica.
Sin embargo, la firma italiana no es ajena a la controversia; la casa de moda se disculpó y retiró del mercado en febrero un suéter de lana negro de cuello alto que cubría la mitad inferior de la cara y fue criticada por apropiación cultural después de usar turbantes en un desfile el año pasado.
A su vez, la protesta de Jones se produce después de que la casa británica de moda de lujo Burberry enfrentara críticas similares por crear una campera con capucha con una “soga” que colgaba de su cuello en la Semana de la Moda de Londres otoño/invierno 2019.
Tras la amplia difusión que recibió su acto de desobediencia civil, la modelo activista publicó un agradecimiento en sus redes sociales: “Solo quiero agradecerles por todo el apoyo que me han brindado desde que levanté mis manos en protesta pacífica en el desfile de Gucci Runway. Me siento muy bendecida de estar rodeada de camaradas que me apoyan y de saber que hay tanta gente que comparte apoyo en línea para esta acción. Quiero aprovechar esta oportunidad para recordarle a la gente que este tipo de valentía es solo un simple gesto en comparación con la valentía que las personas con problemas de salud mental muestran todos los días. Tener la valentía de salir de la cama, encarar el día y vivir sus vidas es un acto de fortaleza, ¡y quiero agradecerles por estar acá y ser USTEDES!”
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