"El complejo de la langosta": por qué es importante ser firmes con los adolescentes

En esta etapa, la vulnerabilidad está a flor de piel. De qué manera los padres pueden acompañar y apoyar a sus hijos, pero sin perder la autoridad que deben demostrar para imponer límites, según un médico

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La adolescencia es una de las etapas más difíciles de sobrellevar para los padres. Los jóvenes que atraviesan esta etapa de la vida suelen sentirse como que "lo saben todo", pero en realidad, es todo lo contrario: todo un mundo los espera por delante.

Algunos adolescentes llegan a pensar que los padres son sus enemigos. Y los padres sienten que les mienten, que son irrespetuosos, irresponsables, mientras que otros no le dan importancia y alegan que es solamente cuestión de la edad.

Julio Curkier, médico pediatra y de adolescentes, director médico de ADOS, Centro para la atención Integral de Salud del Adolescente y su Familia,  explicó lo que se conoce como "el complejo de la langosta": "Hay un período de la adolescencia en la que están muy vulnerables y eso se llama 'el complejo de la langosta'. Desde el nacimiento, va formando el caparazón y, cuidadosamente, lo va perdiendo.

"Luego llega un momento, que sería la adolescencia que es la pérdida de ese caparazón", continúa, "con lo cual cualquier cosa que lo lastime, que lo dañe, queda golpeado y muchas veces para toda la vida, y el concepto del caparazón uno lo ve en la adultez como consecuencia del período de un daño, lesión o lastimadura, y cualquier desvirtuación de la realidad desaparece y deja cicatrices para siempre".

"Esto no es interpretado por los adultos, incluso por los mismos padres, alguien con un gran poder. Ellos mismos se someten a ese gran poder y no se animan a decirles que 'no' cuando hay algo que los pone en riesgo, porque el 'no' no es para todas las cosas, el 'no' es solamente para cuando se está en situación de riesgo", agregó el médico.

"Considerar a los adolescentes súper hombres con más fuerza y más posibilidades de las que tienen los adultos está mal. Yo recuerdo un libro cuyo titulo era Tener hijos sí, pero adolescentes jamás y eso por el miedo que inspira el adolescente, un miedo absolutamente falso. El adolescente es vulnerable", reafirmó Curkier.

"Aprender que el chico es vulnerable es algo que uno lo ve todos los días. Los padres llaman y dicen 'quiero que veas a mi hijo' y cuentan algo que es teóricamente algo terrible y cuando uno se sienta con el adolescente a hablar, a los 5 minutos están llorando y transmiten la angustia que les generó esa situación cuando antes no habían hecho ni el más mínimo comentario ni a los adultos que los rodean, pero algunas veces sí a sus pares, que los reinterpretan".

¿Se puede evitar? Sí, esto puede ser evitado si se los escucha y se los puede comprender y hablar con ellos. La autoridad y el autoritarismo implican un beneficio para el adolescente.

"El complejo de la langosta ha sido muy útil para ser más solidarios y adecuarlos a las circunstancias. Quizás ellos no lo demuestren, y hagan como que son Superman, pero en el fondo son muy vulnerables. Saberlo ayuda mucho al adulto, para manejarlos con más autoridad. Y ahora decir 'te puedo acompañar', 'ahora entiendo lo que dijiste o lo que quisiste decir cuando lo dijiste'", concluyó el pediatra.

El objetivo de Stamboulian Talks es transmitir a través de exposiciones atractivas y sintéticas aspectos interesantes, importantes o novedosos en temas sanitarios. La meta es que cada presentación sirva de disparador para que la audiencia se sienta motivada a profundizar, indagar, crear conciencia o pasar a la acción en relación a los temas presentados.

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