La transformación digital no solo tiene que apuntar hacia las empresas y los usuarios, también tiene una amplia variedad de beneficios que aportar a temas de investigación e interés público. Una muestra de ello es cómo los datos móviles pueden ser parte del estudio y análisis de los sismos.
Tigo y la Universidad Nacional de Colombia concretaron una alianza que da el ejemplo de cómo estos dos temas tienen un punto en común para aprovechar los datos de estos fenómenos naturales en tiempo real.
Información que es útil, teniendo en cuenta que los temblores no se pueden predecir, pero sí estudiar y monitorear para entender la actividad telúrica en varias zonas del país.
Los datos móviles y los sismos
La alianza entre las dos entidades cuenta en su inicio con 13 estaciones sismológicas desplegadas en 8 sitios diferentes de la Sabana de Bogotá y sus alrededores, además de 5 estaciones ubicadas en un radio de hasta 20 km alrededor de Medellín, Manizales, Palmira, Valledupar y San Andrés, “lo que crea una red de observación de punta para monitorear y analizar estos eventos naturales”, informaron.
La idea es que con este convenio se agreguen 7 estaciones más en áreas de influencia de Leticia, Puerto Asís, Turbo, Quibdó, Popayán, Puerto Carreño e Inírida.
El beneficio de los datos móviles opera en la práctica de la siguiente manera: cuando sucede un movimiento telúrico, sin importar la magnitud, se genera una serie de informes de la situación, que son claves para analizar lo que está sucediendo.
La conectividad permitirá que estos datos los reciban los expertos en segundos, lo que permite hacer un estudio del sismo en muy poco tiempo y en caso de presentarse una necesidad, como solicitar que se haga una evacuación o generar una alerta; de este modo, las autoridades puedan consultar y tomar decisiones rápidamente.
Según la Red Sismológica de la Universidad Nacional de Colombia (RSUNAL), cada estación consume cerca de 50 GB de datos al mes, dependiendo de la tasa de muestreo. Información que debe pasar por el Centro de Procesamiento y Análisis, ubicado en la entidad educativa en su sede de Bogotá.
“Gracias a nuestra alianza, nuestra red sismológica accede a la conectividad, lo cual nos permite acceder a la información en tiempo real. La tecnología ha avanzado significativamente en lo referente a la transmisión de datos en tiempo real y gracias a esta conectividad hemos logrado tener el acceso a la información”, dijo Carlos Vargas, director de la RSUNAL.
La transmisión de datos a través de una Red Móvil, permite localizar el evento sísmico, determinar su magnitud y otras características técnicas, lo que despliega múltiples oportunidades de evitar estragos sociales en caso de ser necesaria una evacuación o también tener información sobre el comportamiento de la actividad en cada zona.
“La transformación digital no es algo exclusivo de las empresas y los negocios. Cada vez, se suman más ejemplos de cómo el uso adecuado de la tecnología y la conectividad permite realizar una mejor toma de decisiones y de una manera oportuna en los ámbitos académicos, científicos y gubernamentales”, afirmó Marcelo Cataldo, presidente de Tigo Colombia.
Aplicación para predecir sismos
Varios países, entre ellos México, Chile, Colombia, Ecuador y Perú son son altamente sísmicos, debido a que en su ubicación se encuentra desplazamiento de placas tectónicas principales, y estas a su vez se encuentran en el Cinturón de Fuego del Pacífico.
Una aplicación que puede ayudar a esta situación es Sismo Detector. Esta plataforma se puede descargar de forma gratuita desde Apple Store o Google Play Store para que el dispositivo móvil pueda alertar a intervalos de 2 a 5 segundos, por sonido o vibración, sobre un terremoto que se avecina cerca del usuario.
Además de esta advertencia, la aplicación dirá la ubicación exacta del desastre natural, su magnitud, profundidad e incluso el radio del impacto.
Asimismo, los usuarios también podrán acceder a los informes de ejecución manual enviados por otros y podrán localizar a sus amigos o familiares gracias a la opción Safety Check.