Cuando una persona abre un canal en YouTube o en Twitch siempre le surge la duda sobre si puede usar o no contenido de otros para apoyarse en el suyo, como el caso de la música. Pero qué dicen estas plataformas sobre el caso contrario, la protección al contenido que ese usuario genera, que nace de su propia autoría y que quizás llega a otras aplicaciones o medios de comunicación.
Con el crecimiento de la labor como streamers o influencers, este es un tema que ellos deben conocer para cuidar sus obras por el valor que conlleva consolidarlas y lo fácil que puede ser replicadas en otros lados.
Un ejemplo puntal de esto es lo que sucedió cuando Ibai Llanos entrevistó a Luis Enrique, extécnico de la Selección de España. En ese momento los canales de televisión de ese país tomaron el directo y lo pusieron en vivo en su señal. Si bien nunca hubo un reclamo por parte del streamer, los usuarios si se preguntaron si eso era posible o si había consecuencias legales por temas de derechos de autor, copyright y derechos de transmisión.
La ley protege las obras y al autor
Si bien cada país cuenta con legislaciones propias que generan consecuencias y acciones diferentes, en temas de derechos de autor hay un concepto base para todo: “cuando alguien crea algo, sea un contenido audiovisual, un contenido en plataformas, una fotografía o una canción, se adquieren los derechos desde ese momento y es el dueño”, afirmó Juan Miguel Cifuentes, abogado con maestría en propiedad intelectual, a Infobae.
Esto quiere decir que en principio nadie necesita hacer un proceso legal para avalar la propiedad de un contenido, solamente publicarlo y que surja de su autoría. Por eso, para usar esas publicaciones en otros canales o medios, se debe pedir un permiso o acuerdo previo para no incurrir en infracciones.
Pero para el caso de los formatos en plataformas audiovisuales, como YouTube y Twitch, se debe entrar a mirar ciertos puntos del reglamento de cada una, porque ahí es donde empieza a abrirse el camino.
Reglas de Twitch
Lo primero que dice la plataforma de Amazon es que los derechos de autor se van a respetar y se van a aplicar según la nacionalidad del streamer y el lugar de publicación, por lo que cada caso tiene muchas particularidades.
Pero en paralelo a esta protección, la aplicación tiene una sublicencia por el contenido que allí se crea. “Twitch contractualmente se asegura a sí mismo una licencia sobre el contenido que los streamers emiten en la plataforma. Entonces puede hacer cualquier tipo de acto de explotación fuera de Twitch, como conceder otras licencias y obtener beneficios”, contó Sorin Vilceanu, abogado de Bird & Bird.
Lo que abre la puerta a una gran variedad de situaciones, porque el creador de contenido también puede licenciar sus formatos por aparte y fuera de la plataforma, sin saber que la aplicación también lo esté haciendo con otros socios o que ya lo haya hecho y se esté retransmitiendo ese contenido sin su consentimiento, aunque ya lo haya dado al momento de aceptar los acuerdos al crear la cuenta.
Pero al mismo tiempo, el streamer puede saber que está sucediendo eso y cambiar las condiciones porque no está sacando beneficio de la retransmisión para recuperar el poder del contenido.
Así que “puede no hacer nada o también puede negociar por su cuenta. Es decir, no es que Twitch solo negocie sus derechos, es que es paralelamente ambos son posibles. El streamer puede negociar por su cuenta y la plataforma por la suya, pero si el creador quiere que la aplicación ya no entre la ecuación, tendría que negociar con ella, quitar esa condición y ser el único que negocia sus derechos”, aseguró Vilceanu.
Todo esto en casos de retransmisiones por parte de terceros, porque directamente en la plataforma cualquier replica de contenido se puede denunciar y se bajará.
Reglas de YouTube
La plataforma de Google es muy enfática en la protección de su propio contenido, es decir, en cuidar las obras de los autores dentro de la misma aplicación y no de lo que pase con terceros.
“Solo podemos administrar el contenido bajo nuestra plataforma”, respondió la YouTube a Infobae, dejando claro que los terceros que quieran transmitir contenido de la plataforma “solo pueden hacerlo si tienen los derechos”.
En caso de presentarse una violación, son los creadores de la obra quienes deben buscar ayuda externa para el caso, como lo cuenta Juan Miguel Cifuentes con una situación que tuvieron en Colombia.
“Uno de nuestros clientes es un realizador audiovisual, que sube videos con una técnica llamada timeland. Entonces un canal de televisión creó un campeonato de fútbol y para promocionarlo tomó imágenes de unas tomas en Bogotá publicadas por nuestro cliente”, comentó.
En ese caso ejercieron una reclamación por infracción a los derechos de autor, ya que modificaron y utilizaron la obra sin autorización previa, “vulnerando el derecho moral de integridad” y finalmente llegaron a un acuerdo de conciliación.
Un caso que explica el alcance de las reglas en la aplicación, asegurando que “es responsable de escanear el contenido solo en nuestra plataforma” y que los streamers o creadores de contenido son los dueños de todas las obras que publiquen.
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