En 2025 la humanidad tendrá en el espacio su primera fábrica flotante. Este avance que ayudará a mejorar las investigaciones y misiones, surge del acuerdo entre las empresas Thales Alenia Space y Space Cargo Unlimited.
Estas dos compañías iniciarán la primera fase del diseño y la producción del REV1, que será el primer vehículo que constituirá la fábrica que tendrá la capacidad de reutilizarse para 20 misiones y transportar cargas útiles al espacio de dos a tres meses de duración.
“Este proyecto será fundamental para mejorar las capacidades tecnológicas de la industria espacial europea, situando a ambas compañías a la vanguardia de la economía del ‘New Space’ mediante aplicaciones espaciales inéditas”, aseguró Massimo Comparini, director general adjunto y director de las actividades de observación, exploración y navegación de Thales.
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Una fábrica en el espacio
El vehículo presurizado será clave para misiones específicas enfocadas en temas de biotecnología, los productos farmacéuticos, la agricultura y los nuevos materiales al contar con condiciones puntales en su laboratorio para la investigación y fabricación en estos temas.
El REV 1 tendrá la capacidad de adaptarse a cualquier sistema de lanzamiento disponible y compatible, lo que dará al vehículo flexibilidad para cumplir con misiones en la órbita ecuatorial, principalmente.
En cuanto a la producción de la fábrica, Thales será responsable del diseño, la ingeniería y el desarrollo, mientras que Space Cargo Unlimited será el propietario y a la vez el operador comercial del vehículo. Algo muy similar a cómo funciona en el sector de transporte aéreo en la que unos son los fabricantes y otros los operadores de los aviones.
La compañía que será dueña del vehículo abrirá una sede en Turín desde donde tendrán la posibilidad de revisar, mantener y reparar futuras naves espaciales, lo que consideran un “centro de servicio” para este sector de la industria espacial.
Siendo parte del del proyecto de la empresa para explotar la producción una flota de vehículos de carga autónomos con capacidades de reingreso a la Tierra y que tengan el potencial de la microgravedad para aplicaciones comerciales.
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Fábricas en el espacio
Este proyecto no es el único de su tipo. ThinkOrbital también está trabajando en una plataforma dirigida a empresas, agencias militares y gubernamentales que quieran fabricar productos en la órbita y reciclar desechos.
La plata podría ser usada para crear viviendas y aplicaciones militares, además de convertir los desechos en productos nuevamente, lo que ahorra dinero a las compañías.
“Estamos trabajando en un concepto de centro y radio en el que los satélites más pequeños saldrían y recolectarían los desechos, los traerían de regreso a una ubicación central, los procesarían y podríamos convertirlos en combustible o sacarlos de órbita”, afirmó Lee Rosen, cofundador, presidente y director de estrategia de la startup.
Las fábricas se llevarían a la órbita en un solo lanzamiento, contarían con montaje autónomo y tendrían reabastecimiento de combustible. Todo esto apuntando al turismo espacial y la investigación en el sector.
La empresa estuvo participando en una competencia de la NASA para desarrollar conceptos comerciales en el espacio, pero no perdieron y por eso apuntan a este proyecto que lo ven como un “nuevo producto que es más viable”.
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