Los planes de Elon Musk para Twitter siguen siendo un misterio

Tras poner fin a la disputa y acordar la compra, el excéntrico multimillonario ha dado pocas pistas sobre lo que quiere hacer con la plataforma. Hay preocupación entre los activistas por los derechos humanos y digitales

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Elon Musk (Reuters)
Elon Musk (Reuters)

¿Una superapp llamada X? ¿Un paraíso de la libertad de expresión libre de bots? Estos son algunos de los misteriosos planes de Elon Musk para Twitter, ahora que, después de todo, podría comprar la compañía.

Luego de meses de disputas sobre el destino de su acuerdo por 44.000 millones de dólares, el multimillonario y la app del pajarito básicamente empiezan de cero, o tal vez desde más atrás por el desgaste en la confianza y la buena voluntad de ambas partes.

Musk, director general de Tesla Motors y SpaceX, así como el usuario más reconocido de Twitter desde que el ex presidente Donald Trump fue expulsado de la plataforma, ha compartido pocos detalles concretos sobre sus planes para la red social. A pesar de que ha pregonado la libertad de expresión y criticado a los bots desde que accedió a adquirir la compañía en abril pasado, lo que en realidad planea hacer al respecto sigue tras un velo de misterio.

En las próximas semanas podría convertirse en dueño de una de las plataformas de comunicación más poderosas del mundo, con 237 millones de usuarios diarios, aunque el acuerdo no es definitivo. La falta de planes claros para la plataforma está desatando preocupación entre los pilares sociales de Twitter, que van desde los usuarios en regiones en conflicto donde la plataforma es un salvavidas de información, hasta los propios empleados de la compañía.

(via Reuters)
(via Reuters)

“Tanto usuarios como anunciantes, comprensiblemente, están ansiosos por saber si el movimiento cambiará fundamentalmente la cultura de la plataforma”, dijo Brooke Erin Duffy, profesora de la Universidad Cornell que estudia las redes sociales. “Y entonces, Musk necesitará tomar la decisión de si quiere disipar sus preocupaciones y mantener las funciones centrales (el sistema de moderación de contenidos, por ejemplo) y mantener a la compañía pública, o si realizará una transformación total”.

Enturbiando más las cosas, Musk tuiteó el martes que “comprar Twitter es un acelerador para la creación de X, la app del todo”, pero no dio más explicaciones.

Aunque los tuits y los comunicados de Musk han sido enigmáticos, los expertos en tecnología han especulado que Musk quiere crear una versión de la app china WeChat, en la que se pueden hacer chats en video, intercambiar mensajes, streaming, escaneo de códigos de barras y realizar pagos.

Ofreció un poco más de detalles durante la reunión anual de accionistas de Tesla en agosto, donde dijo a la multitud reunida en una planta cerca de Austin, Texas, que usa Twitter con frecuencia y conoce bien el producto. “Pienso que tengo una buena idea de hacia dónde llevar al equipo de ingeniería con Twitter para hacerlo radicalmente mejor”, aseveró.

WeChat está en la categoría de "superapps" al abarcar un gran número de funciones y servicios (Reuters)
WeChat está en la categoría de "superapps" al abarcar un gran número de funciones y servicios (Reuters)

Manejar el pago de productos podría ser una parte central de la app. Musk dijo que tiene una “visión más grande” de lo que pudo haber sido X.com, un banco en línea que creó en los inicios de su carrera y que eventualmente se convirtió en parte de PayPal.

“Obviamente, eso podría iniciarse desde cero, pero creo que Twitter ayudaría a acelerarlo unos tres o cinco años”, señaló Musk durante su reunión de agosto. “Así que es algo que pienso que podría ser bastante útil por mucho tiempo. Yo sé qué hacer”.

Por ahora, Twitter tiene problemas inmediatos y urgentes con los que Musk tendrá que lidiar si adquiere la compañía. Sus redes sociales competidoras están atravesando problemas con el declive en el precio de sus acciones. Algunas, como Snap, incluso anunciaron despidos. Las regulaciones gubernamentales y quitarle usuarios jóvenes a TikTok también son algunos de los desafíos. Y la visión de Musk de un paraíso para la libertad de expresión tiene preocupados a los expertos en redes sociales y moderación de contenidos, así como a los activistas por los derechos humanos y digitales.

“Cuando comenzó todo esto en el verano, teníamos indicadores y una buena idea de lo que Musk podría hacer con la plataforma”, dijo Angelo Carusone, de Media Matters, un grupo que se opone a la adquisición. “Debido a la demanda, sabemos con quién ha estado hablando, lo que ha estado diciendo y el tipo de personas con ideologías ultraderechistas que quiere poner a cargo de las decisiones. Por decirlo de otro modo, se han confirmado nuestros peores temores”.

Los empleados de Twitter, durante la etapa del ex director general Jack Dorsey y sus predecesores, han pasado años trabajando para convertir una plataforma en donde abundan el odio y el acoso, en un lugar en donde todos sean bienvenidos y estén seguros. Aunque está lejos de ser perfecto, a los críticos les preocupa que la gestión de Musk sea regresar varios años en el tiempo en este asunto.

“Musk dejó en claro que revocaría los estándares comunitarios y lineamientos de seguridad de Twitter, reinstalaría a Donald Trump y a un gran número de otras cuentas que fueron suspendidas por violencia y abusos, y abriría las compuertas de la desinformación”, añadió Carusone.

(Reuters)
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Por ejemplo, la compañía fue una de las primeras en implementar el botón de “reporte de abuso” en 2013, después de que Stella Creasy, miembro del Parlamento británico, recibió una serie de amenazas de muerte y violación a través de Twitter, una experiencia vivida por otras mujeres a lo largo de los años.

En los años posteriores, Twitter siguió creando reglas e invirtiendo en personal y tecnología para detectar amenazas violentas, acoso y desinformación que violara sus políticas. Después de que salió a la luz evidencia de que Rusia usó sus plataformas para intentar interferir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, las empresas de redes sociales redoblaron sus esfuerzos contra la desinformación política.

Ahora la gran pregunta para Musk, quien se describe a sí mismo como un “absolutista de la libertad de expresión”, es: ¿qué tanto quiere revertir estos sistemas, y si los usuarios y anunciantes se quedarán en la plataforma?

Con el fin de apaciguar esas preocupaciones, Musk dijo en mayo que quiere que Twitter sea “tan inclusivo como sea posible”, un lugar en donde, en un escenario ideal, la mayor parte de Estados Unidos se esté expresando, algo muy lejos del parque recreativo derechista que sus críticos temen.

Y si bien Musk ha insinuado que sopesaría activar nuevamente la cuenta de Trump, no está claro si el expresidente, quien ya lanzó su propia plataforma de redes sociales, volvería a Twitter.

Además está el asunto de los empleados de Twitter, quienes han estado lidiando con la incertidumbre, con la salida de personal de todos los niveles y con un posible dueño que los ha criticado públicamente en su propia plataforma. Musk también ha arremetido contra la política de trabajo desde casa de Twitter, luego que alguna vez pidió que las oficinas de la compañía se convirtieran en un “albergue para indigentes” porque, afirmó, había muy pocos empleados trabajando en el lugar.

Como un usuario sumamente activo en Twitter con más de 100 millones de seguidores, Musk sabe cómo usar la plataforma. Durante una reunión de personal a la que asistió en junio, Musk dijo que su objetivo era hacer a Twitter “tan atractivo que no puedas vivir sin él”. Si es capaz de conseguir esto, finalmente podría colocar a la plataforma en las grandes ligas de las redes sociales, junto a TikTok, Facebook e Instagram, donde el número de usuarios se cuenta en miles de millones, y no sólo en millones.

Desde luego que Musk también es conocido por sus predicciones que tardan en cumplirse o simplemente nunca se materializan, como la colonización de Marte o el despliegue de una flotilla de taxis autónomos.

“Esto no es una automotriz en donde basta con dejar atrás a General Motors. Perdón, pero eso en realidad no es tan difícil”, dijo David Kirsch, profesor de estrategia e iniciativa empresarial en la Universidad de Maryland, quien ha estudiado los efectos de los bots de Twitter en el precio de las acciones de Tesla. “Aquí estamos lidiando con todas estas compañías que también cuentan con programas de inteligencia artificial muy sofisticados, programadores muy sofisticados con doctorados... todo el mundo está intentando resolver esta cuestión”.

(Con información de AP)

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