Relojes inteligentes: historias de usuarios que salvaron su vida o identificaron una enfermedad con el dispositivo

Es difícil pensar hoy en un mundo sin tecnología y sin dispositivos que ayuden a que la vida cotidiana sea más sencilla. Además, porque esas innovaciones también han permitido que cada persona tenga más conciencia sobre su salud o por lo menos, una mejor información sobre su estado, cuidados y relevancia de la actividad física.

Y el listado de casos de usuarios que se han salvado o que han detectado una enfermedad antes de tiempo gracias a relojes inteligentes es muy largo.

Se convirtió el reloj en una herramienta útil ante un panorama de riesgo en el mundo frente a la salud, de hecho, la OMS indicó que cada año mueren cerca de 17,9 millones de personas en el mundo por enfermedades cardiovasculares, es decir el 31 % de los fallecimientos anuales en el planeta. Por lo que la data siempre es fundamental.

Los primeros relojes inteligentes empezaron a salir en 2012, aunque fue sobre 2015 que las empresas comenzaron a tener dispositivos más cercanos a los que están actualmente.

En 2018 se conoció el caso en Chile de Gustavo Rodríguez de 34 años de edad quien sufrió un accidente casero. Tras sentir un fuerte dolor de espalda cayó al suelo sin poder levantarse por el golpe. Luego de unos minutos de no poder moverse, el Apple Watch que tenía le envío una alerta de caída y le dio la opción de llamar a alguien.

Finalmente, el hombre decidió llamar a su suegra que vivía cerca, y de esa forma pudo ser atendido y enviado a un hospital para ver su estado de salud.

Un caso muy similar sucedió en 2021, con doble agradecimiento esta vez. Dan Pfau, de 70 años de edad. Se fue de vacaciones a Martha’s Vineyard, una isla en la costa este de Estados Unidos, y mientras estaba dando un paseo en bicicleta se cayó. El Apple Watch que tenía detectó la caída gracias sus sensores y tras no recibir ninguna respuesta del usuario llamó a emergencias y el hombre pudo ser atendido.

“Lo que recuerdo después del accidente es despertarme en una ambulancia”, contó a Apple Insider luego de ser salvado gracias a que su reloj dio el lugar exacto en el que se encontraba.

Pero no fue su única vez, porque el año pasado Pfau se desmayó y al caer se rompió la cabeza, luego de unos minutos se levantó y fue al baño. Tras notar que seguía sangrando le dictó un mensaje al reloj y así pudo contactar a su esposa.

Además de enviar alertas en caídas, los smartwatchs también dan mucha información a los usuarios sobre su salud. En 2019, George Cox de 22 años, recibió una alerta de su dispositivo que le marcaba 120 pulsaciones por minuto estando en reposo.

En un primer momento no hizo caso a estos datos, pero cuando se estaba preparando para una amigdalectomía le mencionó eso a una enfermera, quien le preguntó si tenía problemas cardiacos. Así que decidieron hacerle pruebas y, finalmente, le hicieron una intervención para sustituir una válvula sanguínea que tenía dañada desde su nacimiento, algo que le previno la muerte.

Algo similar ocurrió este año, cuando Kim Durkee fue notificada por su reloj al tener fibrilación auricular (frecuencia cardiaca irregular), por lo que ella decidió ir al médico para que le hicieran exámenes y el resultado fue que tenía un mixoma, es decir, un tumor en el corazón que el cortaba el flujo sanguíneo y eso podía ocasionarle un accidente cerebrovascular o la muerte directamente.

Por lo que los casos son claros y variados, demostrando que la tecnología puede ser un compañero importante en el cuidado de nuestra salud, acompañado de una vida sana, buena alimentación y ejercicio.

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