Parece sacado de un universo de ciencia ficción, pero es algo muy real. Actualmente en etapa de laboratorio, un equipo de investigadores de la Universidad Soochow de Taiwán ha creado un robot líquido. Uno que se puede moldear, dividir y reconstruir de manera completamente autónoma.
Este robot líquido se crea a partir de pequeñas gotas de materia magnética. Su tamaño completo sin descomponerse no supera el centímetro. En concreto, está creado con nanopartículas de óxido de hierro magnético. Luego se suspendieron en aceite. Lo que finalmente convierte ese ferrofluido en un compuesto blando.
Cómo funciona este robot líquido
La composición anteriormente descrita permite que este pequeño dispositivo cambie su estructura para ir a un punto específico indicado. Puede sortear casi cualquier obstáculo que se le presente. O al menos esa es la intención del equipo de investigación que lo hizo.
Para controlar este movimiento, el equipo de investigación utilizó la composición del propio robot líquido. Los imanes esféricos mantienen el poder de este pequeño invento. Los dispositivos también le permiten moverse y cambiar de forma cuando la situación lo requiere.
Como se ve en un video publicado por Science, este pequeño robot líquido se divide como si fuera un enjambre y posteriormente se fusiona. Por ejemplo, sus habilidades se prueban en un laberinto, se analizan todos los caminos posibles y luego se conectan.
En qué escenarios se puede usar este pequeño robot
Las posibilidades de este robot líquido son enormes, una de ellas está relacionada con el estudio de robots blandos, pero el equipo de investigación tiene dos opciones. Por un lado, en experimentos de laboratorio para controlar y producir reacciones químicas en ensayos clínicos. Especialmente en estudios de virus o elementos microscópicos.
Sin embargo, el equipo de investigación enfatizó más su uso médico. Un robot líquido podría ser una solución para la administración local de fármacos a humanos. La máquina puede contener medicación del paciente que puede dirigirse al sitio de inyección cuando se ingiere.
Su pequeño tamaño y su capacidad para adaptarse a la forma requerida y superar obstáculos le permitirían circular por las arterias o capilares del cuerpo humano. Y luego llegar a órganos o tejidos específicos.
“Otro uso puede ser eliminar los coágulos de sangre en el cerebro que causan accidentes cerebrovasculares, aunque crear un campo magnético lo suficientemente fuerte para mover con precisión el robot dentro del cerebro sería un desafío”, menciona Bradley Nelson, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich.
Sin embargo, el equipo de investigación todavía tiene algunas preguntas importantes que abordar. El pequeño tamaño del robot de líquidos, además de la escalabilidad y el precio, dificulta el transporte de las dosis necesarias del fármaco al paciente.
Asimismo, el sistema magnético requerido para mantener el control remoto de la máquina debe ser lo suficientemente potente como para atravesar el tejido del cuerpo humano.
Venom, otro ejemplo de un robot blando
Este robot se trata de masa que también se puede controlar de forma remota a través de un campo magnético. La idea es que este robot pueda entrar el lugares estrechos, incluso dentro del cuerpo humano, para recolectar objetos que se tragaron por error, o para extraer partículas de órganos y salir sin causar ningún daño.
El robot fue fabricado por investigadores de la Universidad China de Hong Kong, quienes mezclaron fuertes imanes de neodimio con bórax, un detergente común. Un compuesto de silicio encapsulado asegura que la sustancia no sea tóxica para el cuerpo humano.
En las demostraciones se vio como consiguió recuperar una batería en un estómago de mentira, y es posible percibir cómo se puede manipular de varias formas diferentes. A continuación, el video:
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